Clayton y Rosejay acostumbraban a no hablarse en público, justo como él le había pedido que hiciera debido a su peculiar reputación.
Ese día, durante la clase de encantamientos, Rosejay decidió pasar de alto su advertencia y tomó un asiento junto a él.
"¿Qué haces, Jay?" Inquirió Clayton, entre dientes. Katrina, a lo lejos, los veía con la ceja alzada. "Te he dicho que..."
"¿Por qué estar lejos el uno del otro?" Rosejay lo miró a los ojos. Él tragó saliva. "Casi parece que te avergüenzas de lo nuestro."
Clayton bufó.
"Por supuesto que no."
El profesor Flitwick llegó, y se colocó sobre su acostumbrada pila de libros para dar la clase.
Rosejay intentó seguir la lectura, pero en realidad, su cabeza se encontraba en otro lado, intentando descifrar la verdadera relación entre Snape y el muchacho a su lado.
"¿Qué piensas de Snape?" Preguntó, mientras el profesor pasaba a revisar los movimientos y ejecuciones de los de la primera fila. Clayton, como era su costumbre, se sentaba hasta atrás.
Clayton frunció el ceño.
"Es un profesor" dijo. "No hay mucho que pensar acerca de ellos."
"No, no me refiero a eso. En el sentido humano, ¿cómo lo consideras?"
"Creo que es un pesado, como todos, pero logré pasar el TIMO de su materia" se encogió de hombros. "¿A qué viene el tema?"
Rosejay fingió jugar con su pluma.
"He visto como te trata. Si yo fuera tú, definitivamente me haría la idea de que debería llevarme bien con él para ahorrarme problemas."
Clayton se carcajeó en voz baja.
"Afortunadamente, no eres yo."
Flitwick iba ya en la segunda fila. De reojo, Rosejay captó que los observaba a ambos.
"¿Cómo debo tomar eso?"
"No me importa como me trate Snape" suspiró. "Si, es un prepotente y un entrometido, pero..." Pasó una mano por su cabello, dejándolo más desarreglado de lo que ya estaba. "Él dice hacerlo por mi bien y mi futuro desarrollo" puso comillas en esas dos últimas palabras. "Tal vez tiene razón, aunque yo no lo creo."
"En ese caso..."
Flitwick estuvo frente a ellos antes de lo previsto, interrumpiendo su conversación.
A pesar de que Rosejay deseaba continuar con ella, le fue imposible con Flitwick haciéndola participar en repetidas ocasiones, y cuando no, le pedía a Clayton hacerlo.
Al finalizar la clase, Clayton se fue lo más rápido que pudo, sin despedirse incluso de Rosejay.
Rosejay intentó seguirle el paso, sin éxito, pues el muchacho se perdió entre el tumulto de estudiantes.
Un cuerpo chocó contra ella, haciéndole dar un traspié y con esa acción, desparramando sus libros y pergaminos en el suelo.
"¡No era mi intención!" Gritó el responsable. Se trataba de Terry, sus ojos brincones y azules danzando con nerviosismo. "¡Voy tarde a mi clase de transformaciones!" Balbuceó, agachándose para recogerle los libros. "¡Guarda mi asiento en el comedor hoy y dale un beso a Katrina de mi parte!" Se despidió, sin permitirle a Rosejay decir palabra.
Sonrió un poco al recordar las incontables ocasiones en que el niño se le había insinuado a Katrina, llamándola su platónico más grande y especial.
Sacudió la cabeza, despejando esa clase de pensamientos mundanos.
Tenía que encontrar a Clayton, resolver sus dudas respecto a él.
Continuó andando en el corredor, con los pensamientos por la borda como disparados de un cañón...
Luego, lo escuchó. A Clayton. En la oficina de Quirell.
Rosejay se inclinó sobre la puerta.
"No puedo más con esto" decía Clayton, entrecortadamente.
"Cla-Clayton, no puedes de-dejarlo" habló Quirell. "Tienes-es que conti-tinuar. No-no qui-quieres que S-Snape sospeche-che más de ti. Podría-a cos-costarte tu es-estadía en el co-colegio. Tu fu-futuro."
Hubo un golpe. Rosejay supuso que Clayton había pateado algo.
"¿Y esto lo hará?" Gruñó. "¿No es cierto acaso que todo esto en realidad si podría costarme mi futuro, mis sueños? Profesor Quirell, por favor..." un sollozo. Rosejay se quedó estática, ¿Clay lloraba? "Necesito su ayuda, la suya, no la de la nadie más."
"Y la-la tienes-es, Clayton" Quirell gimoteaba, tanto como el muchacho. "Te-te doy todo lo que puedo hace-er, pe-pero no soy fuerte-te. Y-y Snape-pe..." Su voz se fue haciendo más débil, casi un susurro. "Debes-es se-seguir. Lo co-comenzaste."
"Snape me matará" Clayton también hablaba más bajo, como si se perdiera en uno de sus cuadros, en uno de esos bosques oscuros nevados que tanto pintaba y los cuales eran los únicos que le permitía ver a Rosejay. "Si se entera que le he mentido todo este tiempo me matará, lo aseguro."
"No lo hará" fue lo último que escuchó Rosejay, sorprendiéndose de que las palabras fueran firmemente pronunciadas y no en tartamudeos como Quirell hacía. ¿Había alguien más en la habitación? "Yo me encargaré que eso no suceda."
Rosejay se alejó, asustada por la tétrica forma en que habían respondido.
Esa voz le había puesto los pelos de punta.
Dió un paso atrás... Y su pie se encontró de pronto sobre la cola de la nada oportuna Señora Norris.
La gata chilló, y le arañó el tobillo sacándole un corto grito.
Con su dedo tocó la herida, de donde efectivamente, brotaban un par de gotas de sangre.
Cuando alzó la vista, Clayton salía de la oficina de Quirell, con los ojos rojizos y el rostro hinchado.
Vio a Rosejay, de pie junto a la puerta, y ella supo que había deducido su razón de estar allí.
Clayton simplemente se alejó.
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Draco dormiens
FanfictionQuizás Rosejay debió tomar mucho más en serio ese viejo lema de "nunca hagas cosquillas a un dragón dormido." TERMINADA PORTADA POR @ocarett Primer puesto en la categoría "fanfic" en los Flower Awards 2017