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  En cuanto la puerta se abrió, emitiendo un crujido, se oyeron unos gruñidos.

Los tres hocicos del enorme perro olfatearon en su dirección, aunque no podía verlos aún.

"¿Qué tiene en los pies?" Preguntó Hermione en un susurro.

"Parece un arpa" contestó Ron. "Snape debió dejarla ahí."

"Apuesto a que se despertará en el momento que deje de tocar" dijo Harry. "Bueno, empecemos" le dedicó una mirada a Rosejay.

Rosejay se llevo el clarinete a la boca y empezó a soplar. Hacía un poco que no lo tocaba (ni siquiera recordaba el por qué había decidido llevarlo con ella ese año, pero lo agradecía), aunque le bastaron unos pocos segundos para acostumbrarse.

Desde la primera nota, los ojos de la criatura fueron cerrándose.

Rosejay apenas respiraba.

Los gruñidos se fueron disipando. Las tres cabezas se balancearon al ritmo de la balada y poco a poco, se derrumbó al suelo, dormido.

"Sige tocando" advirtió Ron a Rosejay. "Creo que podemos abrir la trampilla, ¿quieres ir delante, Hermione?"

"¡No, no quiero!"

  Ron apretó los dientes y anduvo con cuidado sobre las patas del perro. Se inclinó y tiró de la argolla de la trampilla, abriéndola.

"¿Qué puedes ver?" Preguntó Harry.

"Nada... sólo oscuridad... no hay forma de bajar, hay que dejarse caer."

Harry, hizo un gesto a Rosejay indicando que no se detuviese, y luego llamó la atención de Ron, señalándose. 

"¿Quieres ir primero? ¿Estás seguro?" Inquirió su amigo. "No sé cómo es de profundo ese lugar. Rosejay, deberías darle el clarinete a Hermione, tus pulmones deben estar por explotar."

Rosejay dejó de soplar, y en los pocos segundos que la música se detuvo al pasarle el clarinete a la niña, Fluffy se alzó, gruñendo. En cuanto Hermione comenzó a tocar los gruñidos se detuvieron.

Harry se acercó y miró hacia abajo, hacía la trampilla. Rosejay vio cómo se sentaba y luego se colgaba del borde.

"Si algo me sucede, no me sigan" dijo, observándolos fijamente. "Vayan a la lechucería y envíen a Hedwig a Dumbledore. ¿De acuerdo?"

"De acuerdo" respondió Ron por todos.

"Nos veremos en un minuto, espero..."

Y Harry se dejó caer.

Pasaron unos segundos. La habitación era dominada por un impotente silencio, a pesar de que Hermione seguía tocando.

"¡Todo bien!" Escucharon de pronto la voz de Harry. "¡Fue un aterrizaje suave, pueden saltar!"

Ron lo siguió de inmediato. Rosejay le hizo un gesto a Hermione, indicándole que lo hiciera lo mismo, tomando su lugar en el clarinete.

Al final, Rosejay se quedó a solas con Fluffy, aún tocando.

Se aproximó a la trampilla, y solo se detuvo cuando tuvo que colgarse de esta.

El clarinete le salió volando de las manos, cayendo cerca de una de las patas de Fluffy.

Instantáneamente, los ojos del perro se abrieron y gruñó hacía ella.

Y Rosejay también se dejó caer.

Draco dormiensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora