Draco dormiens

17

Los primeros días de diciembre se vieron acompañados con la llegada de la nieve a Hogwarts.

Las vacaciones estaban cerca.

Los alumnos ya habían empezado a empacar sus cosas y a despedirse de sus amigos; aquellos que tendrían la suerte de marcharse y los que no.

Ese año, Rosejay se quedaría en el colegio puesto que sus padres habían decidido visitar a su hermana mayor a su trabajo en Marruecos (a quién no había visto en todo un año),

mientras que Katrina pasaría las festividades con su familia en casa (inclusive Terry se iría de la escuela).

Pero no Clayton.

Su relación con Clayton se había desarrollado como una escalera tambaleante desde lo sucedido en su estudio.

Aún no se hablaban en público (Clayton decía que lo mejor era mantener su amistad en secreto para ahorrarle ser molestada por chicos como Marcus Flint), pero solían encontrarse en el estudio de Clay para conversar.

Así que en realidad, las cosas iban bien.

La mañana en que los alumnos partieron, la escuela se sintió tan enorme para Rosejay, que no resistió permanecer encerrada en su habitación.

Tomó su bufanda (la azul, un regalo de Katrina) y un gorro, y fue en busca de Clayton para que la acompañara.

Cuando estaba subiendo las escaleras, lo encontró.

Él también iba vestido como si quisiese salir, a los cual ambos rieron al verse.

"Estaba a punto..." dijo Rosejay.

"De ir a buscarte" Clayton completó. "Vaya coincidencia."

"Pensé que tardaría más en convencerte" habló mientras caminaban. "Estaba preparada para tus argumentos despectivos contra Flint y los otros, y el hecho de que según tú, andar contigo significa problemas."

"Eso es cierto, aunque tú no desees creerlo" Clayton replicó. Pero su voz suave y tranquila, contrastaba con el hecho de que su rostro, nuevamente, estaba marcado de golpes; un gran corte en el labio, otro en la ceja y luego un moretón en el pómulo izquierdo. Clayton solía aparecer con ese aspecto al menos una vez a la semana, y cada vez que Rosejay lo cuestionaba respecto a ello, evitaba el tema. "Pero son vacaciones, y Flint y el diablo personificado de Draco Malfoy se han ido. No tengo nada que temer."

Llegaron al corredor principal. La puerta semiabierta, por dónde veían el paisaje blanco, los llamó.

"Tú no les tienes miedo" murmuró Rosejay una vez afuera, observando los árboles a su alrededor. "Ellos te tienen miedo a ti."

Cuando regresó su mirada, el chico fruncía el ceño.

"Tú también deberías" contestó. "Es lo mejor."

Rosejay negó al mismo tiempo que de improviso, cogía la mano de Clayton en un apretón.

Él no hizo ningún ademán de retirarla o alejarse.

"No lo es" dijo. "Lo mejor es que tú estés aquí, conmigo."