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Al pasar por la trampilla habían atravesado unas cuantas situaciones un tanto complicadas.

Primero, un Lazo del Diablo los recibió al caer, dejándolos atrapados. Hermione, quién fue la única que logró librarse a tiempo, lo venció con facilidad.

Después, tuvieron que volar en escobas para atrapar una llave (¡la cual también volaba, y el cuarto estaba lleno de ellas!), aunque en realidad, fue Harry quién la consiguió, después de todo eso de ser el jugador de quidditch más joven del siglo no era un simple título.

Al pasar esa puerta se hallaron frente a un gran tablero de ajedrez, en el cual tuvieron que actuar como piezas para pasar. Hermione fue una torre, al igual que Rosejay; Harry un alfil y Ron un caballo.

Ron, al ser el mejor jugador de los cuatro, los dirigió sabiamente, y a pesar de las súplicas de sus amigos porque se mantuviese a salvo, tuvo que sacrificarse para poder ganar el juego.

Mientras abandonaban el gran cuarto con el tablero, Rosejay se giró, como Harry y Hermione, observando a la figura en el suelo de cabello pelirrojo, inmóvil.

"Estará bien" dijo Harry, pero Rosejay pudo notar cierto tono de vacilación en sus palabras.

La siguiente puerta cedió ante ellos con facilidad, y tan pronto como la empujaron, un repugnante y nauseabundo olor los invadió.

"Oh no" gimió Hermione. "Dime que no es un trol."

Y efectivamente, lo era. Uno muy parecido a aquel que había entrado al castillo durante Halloween.

El trol se encontraba en el suelo, dejando a la vista un gran golpe en su cabeza, del cual chorreaba sangre.

"Snape y Clayton ya han pasado por aquí" murmuró Rosejay al ver el estado de la criatura. "Nos llevan la delantera..."

Harry asintió.

"Entonces no perdamos más tiempo."

Lo rodearon con sumo cuidado para llegar al otro extremo. Primero Hermione, luego Harry y al final Rosejay. Cuando menos lo esperaron, el trol se sacudió, haciéndola dar un paso atrás.

Estaba despertando.

"Ustedes sigan" dijo en voz baja, mientras el trol empezaba a abrir los ojos. Los niños se quedaron estáticos. "¡Vamos, sigan!" gritó esta vez, sacando la varita e intentando recordar todo lo posible acerca de los trols de montaña.

Harry le dedicó una mirada antes de pasar por la puerta con Hermione.

"Bien, sólo quedamos tú y yo" masculló. El trol se puso de pie en medio de gruñidos. La gran figura de doce metros la eclipsó, haciéndole tragar en seco. "Realmente eres escalofriante, pero afortunadamente para mi, sé como hacerte caer... ¡Desmaius!"

A pesar del ya conocido efecto del hechizo, el trol apenas se inmutó. Rosejay retrocedió, aturdida. Al chocar con la pared a sus espaldas, finalmente se percató de una inscripción en la cual se leía:

Si crees que derrotar a un trol es sencillo, sólo intenta derrotar a uno que el ingenio pondrá a prueba. Para poder pasar a este, te deberás inventar un buen teatro.

El trol se abalanzó hacia Rosejay en un parpadeo.

"Piensa Rosejay" se dijo a sí misma. "Sólo debes idear una manera ingeniosa de derrotarlo, nada complicado... Pero, ¿por dónde empezar?... ¡Immobulus! Bien, eso me dará algo de tiempo para... ¡Aqua eructo!" exclamó, y de su varita salió disparado un potente chorro de agua, como una ola, que impactó en el cuerpo del trol, lanzándolo contra la pared contraria. Rosejay escuchó un fuerte golpe, pero eso no fue suficiente para hacerlo caer. "Me pregunto que habrán hecho Clayton y Snape... ¡Herbifors!" dijo una vez más, y de la cabeza del trol crecieron flores. La criatura se rascó, confundido por el repentino cambio. Soltó un gruñido. "Oh vamos" se quejó Rosejay, "me han pedido algo creativo, creo que el asunto de las flores estaba implícito" después, lanzó un hechizo de área, el cual liberó una onda de choque que aturdió al trol, haciéndolo balancearse y finalmente, caer.

Rosejay suspiró, aliviada.

Se encaminó hacia la misma puerta por la que Hermione y Harry se habían ido, con la intención de seguirlos, mas cuando intentó pasar por la puerta, esta se vio rodeada de un extraño fuego púrpura, el cual no pudo apagar con ningún hechizo.

¿Ahora que debía hacer?

Tanteó las paredes, en busca de alguna señal. No estaba dispuesta a abandonar, no iba a irse de ahí sin una respuesta clara acerca de Clayton... Y de pronto se topó con una puerta, como un pasadizo oculto, la cual lucía tan vieja que seguramente estaba sellada, quizás por eso no la había notado en primer lugar. Rosejay no tenía idea de a donde la llevaría, pero algo le hacía creer que era el camino que debía seguir.

Alzó la varita y apuntó a la puerta, abriéndola con un encantamiento de apertura.

Frente a ella se mostró un largo pasillo oscuro, abismal. Rosejay proyectó una luz con su varita, avanzando lentamente.

La puerta se cerró a sus espaldas, robándole el aliento. Apresuró el paso, sintiéndose intimidada por la oscuridad.

Entonces unas cuantas voces se hicieron presentes, rebotando en el eco que albergaba el estrecho corredor. Rosejay aumentó la marcha, casi corría...

Finalmente, llegó a una nueva habitación. La luz la cegó al principio, pero cuando se estabilizó, no se asombró de encontrar a Harry allí, tan sorprendido como ella por lo que tenían justo en frente de sus narices.

O mejor dicho, a quiénes.

Draco dormiensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora