Me giro despacio para saber quién es el portador de esa voz y me encuentro con unos hermosos ojos y la sonrisa más linda que he visto.
— ¿Qué me dices? ¿Bailas o no? — Me despierta de mi ensoñación y me ruborizo un poco. Miro a mis amigas y ellas me hacen gestos para que vaya y eso es lo que hago.
Tomo la mano que me ofrece, me levanto y lo sigo encantada hacia la pista de baile, sobretodo porque la canción que acaban de poner es una de mis favoritas. Me toma de la cintura y me acerca a él. Estoy tan nerviosa que siento que el pecho me va a estallar de lo rápido que late mi corazón. Este chico baila exageradamente bien.
Mientras estamos bailando se acerca a mi oído y se queda ahí, sólo respirando. Después de lo que para mí ha sido una eternidad, habla:
— ¿Cómo te llamas? — Me devano los sesos pensando si es buena idea decirle mi nombre o mejor me invento uno, total no lo voy a volver a ver. Al final me decido por darle mi nombre real y no sea que por la memoria tan mala que tengo se me caiga la mentira en menos de 10 minutos.
—Alex. ¿Y tú?— Eso es, actúa con normalidad. Estás hablando con alguien, nada fuera del otro mundo, me digo.
—Dean. A tus órdenes, princesa. — Intento con todas y cada una de mis fuerzas controlar el ataque de risa que siento crecer dentro de mí, pero es en vano. — ¿Así que soy muy gracioso? — Me mira un poco divertido.
—En realidad, sí. Espero, por tu bien que esa no sea una de tus frases de ligue porque está pésima. — Limpió con el dorso de mis manos las lágrimas que alcanzaron a salir.
—Está bien, tienes toda la razón. ¿Qué te parece si me das tu número y nos conocemos mejor?
—Buen intento, Adonis; pero no le doy mi número a cualquiera. Tal vez y sólo tal vez en otra oportunidad — Le digo palmeando su pecho un par de veces. Dejó un casto beso en su mejilla y doy media vuelta para volver con mis amigas.
Pasó el resto de la noche bailando y bebiendo. Son las 2 de la mañana y no he vuelto a ver a Dean por ahí, mejor porque ya estoy un poco chispeada.
Me encuentro sentada esperando que Laura se despida de Leo y que Aleja y Angélica regresen del baño para irnos a casa. A lo lejos puedo ver como mi amiga le coquetea al mesero y ni qué decir de él, por alguna razón sonrió ante semejante imagen.— ¿Ya estás lo suficientemente ebria como para darme tu número, Chispita? — Ya se estaba demorando en aparecer. Se sienta en la silla que está a mi lado y me giro en su dirección para poder observarlo bien.
— Fíjate que no, pero por lo visto tú si lo estás como para no recordar mi nombre. — Elevo la voz para que me escuche.
— Jamás olvidaría el nombre de una preciosidad como tú, Alex. — Lo miro con los ojos achinados, porque vale, que esa frase está muy gastada. — Anda, dame tu número y tengamos una cita como es debido. — Siento que me estoy quedando sin aire. Hay algo detrás de Dean que me llama la atención. Me fijo bien y son mis amigas llamándome para que nos vayamos.
— Muy bien, Dean — Le digo haciendo énfasis en su nombre. — Dame tu celular — Me lo pasa y anoto el número del mío, exceptuando el último — Aquí tienes. Si logras adivinar cuál es el número que falta, tendremos la dichosa cita. ¡Buena suerte! — Tomo mi chaqueta y salgo de ahí lo más rápido que puedo.
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Cayendo por ti - En Edición
عاطفية¿Y si encuentras al amor de tu vida, pero tu futuro te obliga a separarte de él? Código de registro: 1711054744336 (CC)