Durante los meses anteriores las cosas fueron un poco extrañas, por un lado estaba el hecho de terminar mi carrera y pasar seis meses más alejada del lugar y las personas que me vieron crecer y por otro, tener a Dean suplicando por una oportunidad. No crean que se la dejé tan fácil solo porque apareció en mi departamento.
Fue un lindo detalle, pero eso no aminoraba el dolor que durante medio año cargué en mi corazón. Todas las noches que pasé en vela preguntándome una y otra vez qué estaría haciendo y si me extrañaba tanto como yo a él.
Las heridas no me permitían hacer de cuenta que nada había sucedido, necesitaba mi tiempo para cerrarlas y poder empezar de nuevo.
Él cumplió con lo que dijo, se mudó a éste país conmigo, hizo los suficientes méritos para que yo pudiera sanar y así darnos una oportunidad. Fueron quizá tres meses en los que luchó por mí sin descanso, reconozco que admiro su persistencia y me demostró cuánto me ama en verdad.
En cuanto al trabajo, Dean se abrió paso entre otros actores y le está yendo bastante bien y a mí me ofrecieron un puesto como directora gráfica en una de las agencias más reconocidas de la ciudad. Sabemos que volveremos a nuestro país, pero no tenemos muy claro cuándo sucederá.
Sigo viviendo con Martina; sin embargo no será por mucho tiempo. He estado visitando apartamentos en busca de un nuevo hogar para mí.
Estoy a punto de terminar una de las etapas más importantes en mi vida. Observo varias veces mi figura frente al espejo, asegurándome de haber escogido el vestido perfecto para la ocasión.
Mis caderas están más anchas, he cortado mi cabello a los hombros y ahora estoy a unos cuantos pasos de cumplir 24 años.
Mis padres, mi hermano, Dean y Laura están en Argentina, para acompañarme en este momento tan importante para mí.
Hoy me gradúo como profesional en Diseño Gráfico.
Un par de golpes en mi habitación anuncian a Laura, antes de entrar.
— Te ves muy guapa. — le sonrío agradecida y camino hasta ella para abrazarla.
— Estoy muy feliz de tenerte aquí. — digo aún abrazada a ella.
— Y yo estoy muy feliz de acompañarte en este momento tan importante, no solo para ti, si no para tu familia, para Dean y por supuesto para nosotros, tus amigos. — nos separamos un poco y como por defecto nuestros ojos se cristalizan.
Las dos hemos pensando en Miguel. Ya ha pasado más de un año y lo extraño más de lo que las palabras pueden expresar, su ausencia se sentirá por siempre, no habrá nadie que ocupe su lugar, absolutamente nadie.
— Sé que está muy orgulloso de ti y de lo que has conseguido.
— Lo extraño mucho. — Admito
— Lo sé, yo también lo extraño. — me apoya — Este año ha sido muy difícil sin él. — asiento con pesadez y respiro evitando así que las lágrimas que se han acumulado en mis ojos, salgan y destrocen el maquillaje.
— Bueno, es momento de estar felices — digo
— Martha te envió esto. — me entrega un nuevo cuaderno de bocetos, la semana pasada le había dicho que me quedaban pocas hojas. Lo abro y en la primera página hay una especie de dedicatoria con su puño y letra.
Estoy muy orgullosa de ti, preciosa. De lo que has conseguido con tus propias manos y esfuerzos, del carácter que has formado y de la gran mujer en la que te has convertido.
Haces parte de las buenas cosas y personas que mi niño me dejó en este mundo. Lamento no poder acompañarte, pero sabes lo difícil que me resulta salir del país en estos tiempos.
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Cayendo por ti - En Edición
عاطفية¿Y si encuentras al amor de tu vida, pero tu futuro te obliga a separarte de él? Código de registro: 1711054744336 (CC)