Lo último que quiero hacer es tratar de descifrar lo que Carla dijo antes de desaparecer de mi vista, voy a presentar un examen y necesito concentrarme de lleno en esto; pero mi mente no quiere comprenderlo, porque durante todo el trayecto de la agencia al salón de clase no ha parado de formar teorías alrededor de este extraño suceso.
Aún no he decidido si debería contarle o no a Dean, tampoco quiero que su vena protectora se brote de tal forma que ni él pueda controlar y menos que sienta que no cuento o no confío en él.
De mis labios sale el suspiro más pesado de mi vida.
— ¿Por qué el suspiro?
— Hola, Em. — La saludo cuando toma asiento a mi lado — Ya sabes, cosas del amor — me encojo de hombros.
— ¿Están peleando? — frunce el ceño
— No, no, para nada. — me apresuro a responder.
— Bueno, ¿cómo siguen llevando el tema este de que tu identidad haya salido a la luz?
— No han parado de llamar a mi casa, de acosar a papá en los juzgados, a Dean en la calle cada vez que lo encuentran, incluso nos han interceptado en un par de ocasiones saliendo de algún lugar; pero lo estamos llevando lo mejor que podemos — concreto.
— Solo espera que salga otra bomba de chisme y verás cómo olvidan este. — aconseja.
Y tiene toda la razón.
— Oye, Emma... — me detengo a media frase pensando si es correcto contarle lo que me sucedió hace minutos, pero me decido por hacer algo diferente. — Si te dijeran «ten cuidado, tu mesa va a quedar coja», ¿qué pensarías?
— ¿Es un acertijo? — pregunta confundida
— Solo dime qué pensarías.
— Pues... principalmente que a aquella persona le hace falta un tornillo. Eso es seguro. — asiento a sus palabras en el momento que el profesor entra al salón.
Basta del tema, tengo un examen que realizar.
★★★
Contarle a Dean fue lo mismo que el inicio de un tsunami.
En cuanto llegué a su casa solté todo lo que había sucedido, no se sentía correcto ocultar cosas que bien o mal también le incumben.
Al fin y al cabo es su ex novia, no la mía.
Empezó con una ola de insultos dirigidos a Carla, tantos que no soy capaz de recordar siquiera la mitad, confieso que tuve miedo de que cometiera cualquier locura. Siguió con amenazas dirigidas a quien sabe quién o qué y ahora está enviando órdenes a la persona con la que se encuentra hablando por celular mientras yo recargo mis brazos sobre la isla de la cocina.
— Necesito que la mantengas vigilada, ¿estoy siendo claro? — Jamás había escuchado su voz siendo tan demandante, está de espalda a mí y con cada movimiento que hace puedo ver cómo se contraenlos omóplatos y los músculos de sus brazos, puede que me guste un poco su faceta ruda, claro, cuando no es conmigo — No me importa si no está de acuerdo, las cosas se harán así. — dirige su mirada a mí y es cuando me doy cuenta que va a ponerme un escolta para que me cuide el culo cómo si yo sola no pudiera.
Me enderezo en mi lugar y voy a protestar; sin embargo con solo levantar el dedo índice impide que cualquier palabra salga de mi boca.
— Solo... cuídala, ¿está bien? — se vuelve a la ventana de nuevo y no sé qué diablos le están respondiendo, pero parece calmarlo. Suspira largo y pesado. — Perfecto, estaremos en contacto.
Cuelga la llamada y deja el celular sobre la mesa, se mantiene de espaldas a mí, supongo que está intentando evitar lo inevitable; pero no voy a dejar esto así.
— ¿Qué es lo que acabas de hacer? — Mantengo el tono de mi voz bajo pero eso no impide que se note mi desacuerdo con sus decisiones.
— Haré lo que sea necesario, Alex, — me fulmina con la mirada — lo que sea para que no te pase nada.
— Estás chiflado, Dean, ¿me oyes? — alzo la voz — ¡CHIFLADO!
— Alex, por favor...
— Por favor nada — le interrumpo — Comprendo que esto te haya alterado, pero ¿en serio es necesario que alguien este cuidándome todo el tiempo? — salgo de la cocina para enfrentarlo.
— Por supuesto que es necesario — da dos pasos más cerca de mí — ¿Eres consciente de lo que me haría Tom si algo llegase a pasarte por mi culpa?
— Entonces, esto es por mi papá.
— No. — tres pasos más — Esto también es por ti y por mí. — Un último paso — Mientras esté en mis manos, voy a protegerte y con mi vida si es necesario.
★★★
Siendo domingo declaro esta, como la peor semana de todas.
No he tenido un solo minuto de tranquilidad y sí, voy a culpar a Carla por esto.
Desde que puso un pie en mi casa ha estropeado todo, me la he pasado en constante tensión por tener a un tipo que no conozco de nada cuidándome el trasero 24 horas al día, es bastante probable que conozca mis horarios de ida al baño y cuánto demoro en ello.
Quiero entender a Dean, de verdad quiero hacerlo; pero me parece que está exagerando demasiado y como si eso fuera poco, ahora se le han sumado papá, Jay y Miguel a su dichosa idea, completamente de acuerdo con él en su decisión de proteger cada milímetro de mí; incluso habló con Derek —¡CON DEREK!— para que mantenga un ojo encima de mí mientras me tenga cerca.
Esto se está saliendo de todo control.
— No tenías que hacer el desayuno, Chispita. — Habla somnoliento al salir de la habitación. — Me gusta atenderte cuando estás aquí.
— Desperté temprano y pensé que sería un lindo detalle cocinar para ti. — Hemos discutido varias veces estos últimos días, necesito un momento tranquilo a su lado; aunque solo sea hoy. — Bajemos la guardia y disfrutemos de esto, ¿estás de acuerdo? — asiente en respuesta y nos sentamos uno frente al otro en el comedor.
— Gracias por esto. — toma mi mano sobre la mesa, traga duro y habla nuevamente — No te lo he dicho, pero estoy tan feliz de que estés conmigo, — todos mis gestos se suavizan al escucharlo — tan feliz de que me hayas dado una oportunidad, tan feliz de que a pesar de las discusiones y los desacuerdos permanezcas a mi lado, — siento mis ojos picar y parpadeo rápidamente en un vago intento de detener las lágrimas que se acumulan en ellos. No funciona — estoy tan, tan, tan enamorado de ti. — veo su figura borrosa, pero eso no impide que me levante de mi lugar y vaya hacia el suyo para sentarme en sus piernas, toma mi rostro entre sus manos y puedo ver entre mis lágrimas que en sus ojos también se apilan algunas que no han tomado la decisión de salir — Yo te amo, Alex.
Su confesión me toma por sorpresa, abro los ojos y tapo mi boca con una mano, Dean tiene otro plan, despeja mi cara y me besa.
— Te amo. — es mi respuesta.Mi celular vibra en la mesa interrumpiendo mi momento con un mensaje.
Miguel: Oficialmente soy un hombre comprometido.
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Hey, hey, hey.
Aviso parroquial:
1. Me disculpo por la tardanza en actualizar.
2. No quedan muchos capítulos, unos ocho o nueve máximo y si las cosas me salen bien actualizaré en la noche o mañana.XOXOXOXOXOXO
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Cayendo por ti - En Edición
Romance¿Y si encuentras al amor de tu vida, pero tu futuro te obliga a separarte de él? Código de registro: 1711054744336 (CC)