Capítulo 37

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La figura de Ethan no me deja ver a Dean; sin embargo reconocería su voz en cualquier lugar. Mis hombros se tensan y trago pesadamente, esto justamente es lo que quería evitar.

— Chispita... — su tono de advertencia me avisa que falta muy poco para que pierda la paciencia y mientras yo intento calmar desesperadamente el nudo que está creciendo de forma desmedida en mi estómago a causa de los nervios, Ethan empieza a sonreír de una manera que sólo podría describir como macabra, ¿qué mierda le causa tanta gracia? Si continúa así, yo misma le voy a pedir a Dean que le vuele los dientes de un solo puñetazo.

— Para nada. — contesto al fin — Quiero irme a casa.

Paso por el lado de Ethan en dirección a mi novio para poder largarme de una buena vez e intentar olvidar este horrible encuentro, pero un agarre fuerte —demasiado fuerte para mi gusto— en mi brazo me detiene.

— No hemos terminado esta conversación. — susurra en mi oído y mi cara de desagrado alerta a Dean, quién prácticamente salta sobre Ethan para estrellarlo contra una de las paredes y agarrarlo por el cuello.

— ¡EN TU PUTA VIDA VUELVES A TOCARLA! ¿ME OYES? — pego un brinco al escuchar su grito, nunca lo había visto de esta forma.

— Que lo decida ella. — la respuesta de Ethan es de lo más arrogante y encima la acompaña una sonrisa socarrona.

— Dean... por favor. — empiezo con un tono de voz bajo a la par que miro hacia los lados rogando que aparte de las brujas que estaban conmigo en el baño, nadie aparezca. — Déjalo, ¿si?

Lo piensa por unos segundos hasta que decide que ha sido suficiente, lo suelta y me toma de la mano cuando empieza a caminar a paso apresurado arrastrándome así con él.

Intento seguir su ritmo pero los tacones me ponen muy difícil la tarea y aunque le suplico que se detenga, parece que el enojo lo ha ensordecido.

— ¡PARA YA! — Alzo la voz a tal grado que me arde la garganta y por fin deja de caminar. — ¿QUIERES CALMARTE AHORA MISMO?

— TÚ, VAS A DECIRME AQUÍ Y AHORA QUIÉN ES ESE TIPO Y QUÉ FUE LO QUE PASÓ CON ÉL. — su dedo índice me apunta de manera despectiva.

— No te voy a decir ni una mierda hasta que te calmes. — le advierto — Ahora, si quieres hacer un berrinche, lo haces, pero de mi boca no va a salir una sola palabra.

Lo dejó atrás y entro al salón en busca de mi familia para despedirme.

¡Maldita la hora en la que me deje convencer de mi papá!

★★★

Lanzo los tacones hacia algún lugar del apartamento de Dean y camino hasta el cuarto, donde me deshago del vestido y tomo una de sus camisetas para dormir,  me situo frente al espejo y quito todo el maquillaje de mi rostro para luego soltar mi cabello y dejar que caiga sobre mis hombros.

Entra en silencio, se despoja de su ropa hasta quedar en bóxer y pasa sobre sus piernas un pantalón de pijama. Mecánicamente nos metemos bajo las cobijas.

— ¿Estás de acuerdo en que hablemos ahora? — pregunto calmadamente. Asiente en respuesta y me siento con las piernas cruzadas de frente a él. — Suelta las preguntas. — lo animo.

— ¿Quién es?

— El hijo de los Williams.

— ¿Por qué estaban hablando en ese pasillo?

— Cuando salí del baño, simplemente me abordó.

— ¿Es tarde para qué?

No quiero en lo absoluto tocar este tema. ¿Cómo se supone que debo contarle que durante cierto tiempo un grupo de sujetos estuvo detrás de mí, diciendo cualquier cantidad de vulgaridades a causa de un video que circulaba donde los protagonistas éramos Ethan y yo?

Cayendo por ti - En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora