Capítulo 22

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Dean

Llevo al menos 40 minutos observando a Alex dormir, me siento un maldito afortunado por tenerla sobre mi cama y no me refiero a una forma sexual. Su respiración acompasada y sus manos debajo de su mejilla hacen que luzca demasiado tierna. No sé exactamente en qué momento empecé a sentir este remolino de cosas por ella; el primer día que la vi, siendo sincero, observé detalladamente cada curva de su cuerpo y me encantó su forma de mover las caderas provocativamente sin rayar la línea vulgar.

Sus ojos fijos en mí y lo que me costó conseguir una cita con ella, no hacían más que incentivarme a continuar. Por supuesto que en un principio no concebí la idea de una relación, llevaba un par de años soltero, luego de lidiar con una ruptura que me había dejado estropeado el corazón y acabó con mi confianza en los demás, claro que tenía aquellas amigas de cama; sin embargo no era capaz de entregarle a ninguna el corazón.

Hasta que ella llegó.

Sabía que tenía algo que la hacia sobresalir entre las demás, algo que hacía que quisiera pasar tiempo de calidad con ella, no sólo un par de minutos en un bar; pero no lograba encontrar el qué.

Después de conocer su apellido y pedirle a Vince que averiguara un poco de su procedencia —porque sí, lo hice, pero ella no lo sabe— supe que era hija de El Gran Tomás Russell, un reconocido juez de la ciudad, pero lo que me dejó completamente fascinado, fue enterarme que apesar del dinero que gana su padre y de las comodidades que posee su familia, sea una mujer tan independiente, cualquier otra persona estaría feliz de que la mantuviesen y con sólo pedir le diesen las cosas que quisiera, pero no, este no es el caso. Alex quiere ganarse las cosas por ella misma, trabaja para costear su carrera, comprar lo que quiera, ir a donde quiera y sin tener que pedirle un peso a su padre.

Siempre creí que el juez viviría en una mansión rodeado de cientos de escoltas con una metralleta en cada mano, luego entendí que había visto muchas películas de mafiosos que me habían trastornado el cerebro.

Claro que me tomó por sorpresa saber que viven en un edificio de apartamentos, cabe aclarar que no es nada pequeño; pero según entendí, prefieren las cosas así, ¿para qué una casa gigante si son sólo ellos cuatro? Y es probable que dentro de poco sólo sean tres. Alex tiene claro que en cuanto termine su carrera comprara su propio apartamento, no tan grande como en el que vive con su familia, pero sí algo que pueda decir que consiguió con su propio esfuerzo.

Me atrapó con su entereza, su carácter, su forma de defender los ideales que tiene, de no dejarse amedrentar, de luchar por conseguir lo que sabe que merece, su forma de ser tan dulce al hablar conmigo y la madurez con la que acepta mi profesión. Confieso que en un principio temí porque esta situación la sobrepasara y decidiera que era demasiado para enfrentar, dejé que se familiarizara con mi entorno y jamás pasó por mi cabeza ocultarle mi trabajo, es algo de lo que me siento más que orgulloso. Gracias a Dios sus sentimientos por mí son más grandes que la incomodidad que todo esto pueda generarle.

Sé que Alex ha dado un salto de fe conmigo y me ha entregado su corazón luego de ser destrozado por el desgraciado infeliz de Derek y admito que aún no comprendo, no me cabe en la cabeza cómo fue que dejó ir a esta preciosa mujer y no la extrañó por tanto tiempo, sino hasta que ya fue demasiado tarde. Si algo debo agradecerle, es que haya abandonado el trayecto que mantenían juntos, para que así mi amor pudiera encontrar el camino que la condujo hacia mí, porque desde que la conozco no he parado de pensar que fue ella quién me encontró y no al revés.

Ahora pienso en lo que pueden estar pensando la prensa y las chicas con las que solía andar, a las que por cierto, después de aquella noche en el café, no volví a atender ninguna de sus llamadas o regresarlas. Sólo espero que ni los chismes, ni las mujeres quieran dañar mi relación y mucho menos lastimarla con comentarios mal intencionados, porque ya lo he dicho: bastante sí me costó hallarla para tener que soltarla y eso es algo que no pienso hacer.

La miro con los ojos cargados de amor, porque es lo que me hace sentir. Quiero ser lo mejor para ella porque sé que lo merece, quiero protegerla, cuidarla, amarla como no supieron hacerlo antes, demostrarle que esta oportunidad que me ha dado, no ha sido un error, que estamos juntos para ayudarnos el uno al otro a crecer como personas, para apoyarnos, para querernos, para amarnos.

No sabía que podía volver a querer a una mujer de este modo, hasta que Alex despertó los sentimientos que yo tenía guardados en un cajón bajo siete llaves. Me hace ver la vida de otra forma y aunque puede sonar prematuro no quiero imaginar una vida en la que ella no esté presente.

Quiero presentarla a mi familia, estoy seguro que mamá la adorará, papá estará encantado de saber que he conocido a una mujer cómo ella y que corresponde mis sentimientos y Evan, mi hermano, gozará de lo lindo a mi costa como lo hace Jason con Alex. Sé que se enamoraran de ella, de la misma forma de la que lo estoy yo.

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Heeey, hey, hey, hey.
Apuesto que esto no se lo esperaban :3 mi amado Dean ❤

Si les ha gustado, háganmelo saber y si no, pues también. ¡Claro que acepto críticas constructivas!

Besos y abrazos, bonitas y bonitos (por si de casualidad me lee algún chico).

Cayendo por ti - En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora