Capítulo 31

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Es día de Dalex O cómo quieran llamarlos :v Si se les ocurre uno mejor, me cuentan.

Demos gracias al cielo porque así como en un capítulo anterior un día jueves cancelaron la clase de Alex, hoy cancelaron la mía y me ha sido posible llegar de trabajar para escribir este capítulo.

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—¿Estás hablando en serio?— pregunto luego de salir de mi aturdimiento

—Es lo más serio que he dicho en mi vida.— y por el tono de su voz sé que es verdad.

—¿No es un poco pronto? — es el turno de Dean para aclarar sus inquietudes.

— No pretendo que lo entiendan, — dice al tiempo que se levanta de la silla del escritorio y camina por mi habitación— es solo que he desperdiciado demasiado tiempo con ella por ser un imbécil que no quería aceptar sus sentimientos.

— Bueno, si estás listo para un compromiso de tal magnitud, tienes todo mi apoyo, solo... no la cagues, ¿si? — detiene sus pasos para observarme fijamente antes de responder.

— Créeme que lo último que quiero es dañar lo que estamos construyendo.

Me fijo en las expresiones de Dean, está sorprendido, sí, pero no deja de sonreír y esto, al igual que ver a Miguel tan decidido me llena el corazón.

Estoy feliz por Miguel y claro que por Laura también, con toda seguridad ellos se merecen más que cualquier otra pareja y también merecen toda la felicidad que durante mucho tiempo no se permitieron experimentar.

Deseo con todo mi corazón que las cosas buenas, se mantengan por sobre las malas, que se amén, se comprendan, se apoyen el uno al otro, que la chispa jamás se apague.

Que les dure la vida entera.

Me pongo de pie y voy a su encuentro, lo abrazo y con eso le transmito todo el apoyo que como amiga, quiero y debo hacerlo.

— Así que... ¿cuando lo harás? — interrogo una vez nos separamos

— El próximo fin de semana es el cumpleaños de su madre, se supone que estaremos con su familia en una especie de viaje cerca al mar. — nos cuenta — Quiero llevarla a pasear en yate y allí hacerle mi propuesta. Su lugar favorito en todo el mundo es el mar. — la última frase la susurra y un exagerado «awwww» sale mi boca.

—¿Quién eres tú y qué has hecho con Miguel?

— No lo hagas avergonzarse. — me regaña mi novio.

— Esa no es mi intención. — me defiendo — Simplemente me parece todo tan tierno y romántico, que siento que me han cambiado a mi mejor amigo.

— Quiero compensar todo lo hijo de puta que fui con ella en el pasado, demostrarle que estoy siendo mejor persona cada día por y para ella. — se le corta la voz al final, pero se recupera rápidamente — Estoy cagado del susto, no quiero quedarme con este anillo.

Mete la mano en su bolsillo y saca una argolla, preciosa, oro blanco con hojas a los lados, las cuales al encontrarse se unen en una rosa con un diamante en el centro.

Cayendo por ti - En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora