11 Una corta historia

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Trish.

La verdad Carter me estaba estresando, todo el día desaparecido, ni siquiera la sombra se le veía por los pasillos, pero sorprendentemente tenía todas las asistencias, todas las tareas y un promedio perfecto o él era todo un prodigio o tenía un pacto con alguien o talvez ambos, aunque no se descarta la idea de que simplemente seamos lo suficientemente idiotas y ciegos como para no verlo.

-Sé que estás ahí -dijo su voz cuando intentaba acercarme a hurtadillas a uno de los escondites que le había encontrado, un banco en uno de los caminos menos transitados de los muchos pasillos que atraviesan la enorme área verde de la escuela.

- ¿Cómo me descubriste? -estaba segura de que no había hecho ruido.

-Todas las chicas usan el mismo perfume frutal cargado de hormonas, su hedor es tal que el tuyo resalta como una mancha blanca en una hoja negra -explicó- tal vez no hiciste ruido, pero no puedes ocultar tu olor.

-Hablas como un sabueso -me burlé sentándome a su lado.

-Suena mejor que "Espectro" -parecía profundamente herido por el apodo.

-Bueno, si no paras de desaparecer sin previo aviso es imposible que no te llamen de otra forma -miré al cielo, a los costados del camino había frondosos abetos que, con sus hojas, nos daban una muy apreciable sombra a la vez que en el suelo la luz hacía formas de lo más hermosas- deberías hacer amigos, salir más, conocer el mundo, quizás hasta conseguirte una novia... -hablé de más y sentí como la sangre se me subía a la cara y me latía más rápido el corazón.

-Decirlo es más fácil que hacerlo -contestó pasando por alto mi comentario- no tengo carisma, buen aspecto ni presencia, una sombra destaca más que yo.

-Pero aun así te hiciste novio de la chica más popular de la escuela -recalqué, su mirada adquirió un tono sombrío.

-No me hables de ella, por favor -lo miré confundida- es solo que lo que sucedió entre Bet y yo no es algo que me gustase repetir -lo seguí interrogando con la mirada, tomó aire.

Hace un año más o menos estaba caminando por las calles de la ciudad cuando vi a un grupo de hombres hostigando a una chica, era la chica que me gustaba, Bet, me acerqué a los tipos y les ordené que la dejasen en paz, como es natural sacaron sus navajas e intentaron apuñalarme, eran lentos y no sabían caminar ni sostener bien un cuchillo, por lo que fue fácil arrebatarle el suyo a uno de ellos, al primero se lo clavé en las piernas, al segundo en las manos y al tercero en las costillas, cuando todo terminó me di cuenta de que me habían apuñalado a mí también, Bet me llevó al hospital, su familia me pagó todo como muestra de agradecimiento, pasaron los días y empecé a hacerme más cercano a ella y , como era de esperar, me declaré y aceptó, fueron buenos meses, pero luego las cosas cambiaron, las amigas de Bet no soportaban la idea de que ella anduviera con un chico como yo, por lo que le empezaron a molestar, pasó un mes para que me diera cuenta de ello, y cuando lo hice las puse en su lugar recordándoles lo imperfectas que eran (todavía me odian por ello), pero eso caló en su ser, a las pocas semanas empezó a querer cambiarme, quería que aprendiese de memoria las mil y un reglas de etiqueta, me decía como pensar, actuar y vestir, empezó a manipularme, dejó de hacer las cosas porque me quería y solo por su egoísmo, para verse bien, tampoco aguantaba el hecho de que viera a otras personas, a diferencia de lo que dicen si tenía amigos (amigas en su mayoría), pero ella los alejó de mí, me aisló del mundo, la cosa se salió de control cuando me enteré de que andaba conmigo y con otro a la vez, así que simplemente la dejé, pero ella sigue pensando que le pertenezco.

-Entonces la dejaste por ser una zorra manipuladora y posesiva -resumí.

-En resumen... sí -contestó.

-Vaya telenovela cliché tienen montada aquí -murmuré.

-La vida de los solitarios siempre es un drama -se encogió de hombros y se levantó, miró su celular y me ayudó a levantarme- vamos, quiero mostrarte algo.

- ¿Qué es? -quise saber.

-La razón por la que no me molesta estar solo -la campana sonó a lo lejos- mañana, lo prometo, búscame aquí -se dio la vuelta y desapareció.

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Diario de un superviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora