43. Catherine

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Cat.

Carter no recuerda demasiado esos días, espero que nunca lo haga, no podría aguantarlo, no podría mirarme otra vez. Cuando nos atraparon fue por culpa de mi contacto, su familia había sido enviada a las minas de carbón y nos ofreció a cambio de sus vidas, no le guardo rencor por ello, pero creo que no sigue viva la pobre. Creo que ya sabes a lo que se enfrentó Carter, La Ira de Dios, una semana entera de torturas sin descanso, catorce torturas diarias, una por cada pecado capital y círculo del infierno, lo ataron a las paredes del calabozo de la finca y lo torturaron a discreción, él aguanto la mayoría con toda la dignidad que pudo, tu padre, el Profeta estuvo presente en cada una y Abraham fue el verdugo, lo bañaron en aceite hirviendo, le arrancaron cada trozo de su ser, lo utilizaron de tiro al blanco, de comida para lobo e incluso lo partieron y unieron, los miembros de la inquisición lo utilizaron de conejillo de indias para todos sus experimentos durante esa semana infernal. A mí me tocó la parte más ligera, pero siento que la más cruel, me hicieron presenciarlo, la pared en la que estaba Carter era en realidad una especie de espejo unidireccional, yo podía ver todo lo que le hacían, pero el a mí no, todos los días golpeaba el espejo hasta que me dejaba las manos en carne viva y gritaba hasta desgárrame la garganta, lo más cruel llegó el séptimo día, ambos fuimos llevados al patio principal de la finca, alzaron los postes de los generadores de tormenta y ataron a Carter a ellos, trece rayos le impactaron de lleno, sus órganos explotaron e hicieron que su piel se abultara, los ojos se le habían salido y solo quedaron las cuencas de las que salía lo que quedaba de su cerebro, él había muerto. Luego me tocó a mí, básicamente pasé por manos de todo el personal del lugar hasta que fue mi cita con el rayo, estaba asustada, el cuerpo de Carter seguía donde lo habían dejado, a los pies de los postes de los generadores, era comida de buitre, el cielo los había bendecido otra vez y se acercaba una tormenta, mi fin estaba escrito, pero cuando los rayos cayeron no me golpearon a mí, golpearon al cuerpo de Carter, otra vez, trece rayos exactos le dieron de lleno en el corazón, todos estaban cayados...hasta que el muerto se levantó. Trish, si alguna vez observas la cara del Diablo será como la de Carter esa noche, no tenía ojos, la cara era un amasijo de carne pútrida llena de gusanos e insectos inmundos, su cuerpo estaba deforme y había sitios en los que los animales le habían dejado los huesos al aire y se veían como trozos blancos en la grisácea piel del chico, pero lo peor era su boca, estaba sonriendo, era una sonrisa malévola y llena de sadismo, su cuerpo se alzó del suelo y el aire adquirió el olor del ozono, se escuchó el sonido de un cristal rompiéndose y un par de espadas volaron a manos de Carter, apuntó con ellas a la muchedumbre congregada y un rayo de electricidad salió despedido de él, las personas murieron entre terribles gritos de agonía, Carter le lanzó un rayo a la finca y esta empezó a arder, los guardias abrieron fuego contra él, las balas atravesaban su esponjosa carne y destrozaron sus débiles huesos, pero él avanzaba hacia ellos cada vez más regenerado, parecía como si hubieran puesto al revés una película, su carne cerró, las heridas sanaron, adquirió otra vez el color, la sangre empezó a moverse por sus venas de nuevo, pero aun así daba miedo, seguía sin tener ojos, seguía sin tener alma, flotaba entre las personas y las partía en trozos con las espadas, las electrocutaba o simplemente les arrancaba los miembros con solo mirarlos, niños, mujeres y hombres por igual sufrieron en sus manos, los brazos eran separados de los cuerpos y soltaban sangre como una fuente mórbida, los niños lloraban ante los mutilados cuerpos de sus padres solo para ser callados con la planta de los zapatos de Carter destrozando sus pequeños cráneos como si de un cacahuate se tratase, cabezas, piernas, no hubo cuerpo completo, no hubo sangre que no se derramara. Abraham se había protegido con sus guardaespaldas, ellos disparaban a todo lo que se moviese con la esperanza de matar a Carter, eran tres en total, el primero recibió un rayo del cielo, el segundo perdió la cabeza cuando Carter la tomó y tiró de ella para sacársela con todo y espina dorsal, el tercero cayó al suelo al mirar la suerte de sus compañeros y Carter lo partió a la mitad con sus espadas, Abraham estaba acorralado contra una pared, Carter puso su mano en su cara y de ella salió fuego tan oscuro como la noche misma, dejó a Abraham en el suelo con la cara en llamas y se dirigió a mí, cortó los cables que me ataban a los generadores y caí al suelo, el me miró como si no me conociera y alzó su espada, cuando la hoja estaba a unos centímetros de mi cara y podía oír la electricidad que la envolvía y hacía que mis pelos se pusieran de punta, se detuvo, me miró otra vez, parpadeó y sus ojos volvieron , se regeneraron lentamente y me miró de nuevo, juro que cuando lo hizo escuché un sonido sordo, como el de tus alas cuando vuelven a tu espalda, pero más grave, como el de unas alas de reptil, me llamó por mi nombre y se desmayó, me lo llevé a rastras de la finca, ensangrentado, ardiendo como las llamas que habían consumido la propiedad, pero vivo y como un humano, estuvo tres días inconsciente, por un segundo pensé que su sangre había cambiado de color, porque su piel tenía vetas doradas, pero solo eran imaginaciones mías, le había pinchado un dedo para comprobarlo, pero sus sangre se veía normal, todo en él se veía normal, salvo por el hecho que cuando algo lo tocaba recibía una descarga eléctrica de mil demonio (una ardilla sufrió esa suerte por mi). En la noche del tercer día, justo cuando me había decidido a abandonarlo e irme él se despertó, una parte de mi estaba agradecida, pero otra estaba aterrorizada, tenía miedo de dejarlo y romperle el corazón al chico que amaba, mas, tenía miedo de abandonarlo y causar su ira sobre mí. Por suerte él me abandonó al mes de despertar, unos hombres me encontraron y ellos...bueno, ya te harás una idea de la suerte que tengo con los hombres que no son Carter, él los mató a sangre fría y me salvó de nuevo, decidimos volver a trabajar juntos y hacer pagar a los superiores por lo que nos habían hecho, le hice prometer que no mataría más, cruzamos el muro y empezamos a hacer de las nuestras contra ustedes, no me arrepiento de nada, ni lo haré.

Trish...voy a negar todo lo que diga a partir de ahora hasta que salgamos de esta maldita cueva, pero...gracias, para ser un poco honesta...me estás empezando a caer bien.

 Ahora vámonos, debemos sacar a Carter de prisión y derrocar a un rey, aunque...tengo un mal presentimiento.

Diario de un superviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora