20 Tarea extra: Un exorcismo

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Carter.

-Debo reconocer que todavía me duele la mandíbula -murmuré mientras estábamos en el transporte rumbo a la escuela, Trish estaba tan roja como su cabello y me miró iracunda.

-Te lo advertí, luego recordé que no tienes visa, por lo que agradece que sigues en el continente... y completo -la chica miró por la ventanilla, como queriendo que el paisaje absorbiese sus recuerdos, todavía temblaba un poco- ¿Dónde lo aprendiste?

-Este no es el sitio, intenta descansar, fue demasiado duro para ti, yo estoy a tu lado por si necesitas algo -cerré los ojos unos segundos y sentí un leve cosquilleo en el cuerpo, los abrí y ya no veía mi cuerpo, me había vuelto invisible.

- ¿Carter? -ella se había dado la vuelta unos segundos, por lo que no me había visto desaparecer, miró a su alrededor, completamente asustada, me acerqué un poco a ella y me hice visible otra vez, ella suspiró aliviada- creí que me habías abandonado, por favor, no te vayas, déjame recargarme en ti un rato.

-Está bien, simplemente no babees dormida -le pedí, ella me dio un leve puñetazo en el pecho, se recargó en mi hombro y cerró los ojos, el olor a canela que despedía más el calor de su tembloroso cuerpo contra el mío me aletargaban, por lo que no tardé en quedarme dormido.

Soñé con el día en que abandoné a Bet.

Era un día soleado, las nubes caminaban lentamente por el cielo azul, yo iba entrando a la escuela, decidí tomar un atajo por el bosque para llegar rápido a la zona de secundaria, ya iba saliendo del bosque cuando vi un destello rubio junto a un manzano cerca del edificio de secundaria, era Bet, decidí acercarme para que fuéramos juntos al salón.

-Ya, tonto, nos va a descubrir -era la voz de Bet, le di la vuelta al tronco y me la encontré de espalda, se estaba besando apasionadamente con otro, el chico notó mi presencia.

-Esto no es de tu incumbencia, niño, circula -espetó.

-Lo es cuando a la que besas es mi novia, neandertal -Bet se dio la vuelta y me miró sorprendida y asustada.

-No es lo que parece, lo prometo -dijo.

-Muchas cosas no son lo que parecen, querida, tu más que nadie lo sabe bien, pero esta no es una de ellas -suspiré para calmar mi ira- ahora, si me disculpan, debo retirarme antes de que alguien salga herido.

Me di la vuelta y caminé lentamente, de repente el día no me pareció tan bello, más bien me pareció insultante que todo estuviese tan hermoso cuando me sentía vacío, miré el cielo, suspiré, cerré los ojos y deseé desaparecer. ¿Quién diría que tres días después lo lograría?

-Carter, despierta -dijo una suave voz, por un segundo pensé que era Bet despertándome cuando me dormía en clase, luego recordé que Trish era la que me hablaba.

-Sí, voy -abrí los ojos y me encontré su sonriente rostro, había ganado color y ya no temblaba tanto, el vehículo se había detenido.

-Hablas dormido -informó mientras bajábamos del transporte, empezamos a caminar rumbo al edificio administrativo cuando ella se tropezó, la sostuve para que no se diese de car contra el suelo- creo que tendrás que dejar que me apoye en ti.

-Disfrutas ponerme en situaciones incómodas, ¿Verdad? -ella sonrió mientras le ofrecía mi brazo.

-Empieza a ser uno de los múltiples placeres de mi vida -sonrió y sentí como una pequeña descarga eléctrica me recorría el cuerpo, después de todo, mirándolo de lejos entrar a la escuela al lado de una hermosa pelirroja no lucía tan mal, ni se sentía tan mal.

Pero bueno, si las miradas de mis compañeros mataran, se habrían necesitado muchas esferas del dragón para revivirme lo suficiente.

Caminamos rumbo a nuestra sección cuando le sugerí a Trish tomar la desviación del bosque, ella aceptó a regañadientes y empezamos a caminar por el sendero.

Diario de un superviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora