2. La chica del bosque

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Hola, soy Carter, ya saben, el chico que se saca balas del cerebro y se las entrega a pelirrojas con alas. Ya saben, lo típico.

Me encontraba en la cima de una derruida iglesia en la zona pobre de Ciudad Alfa, el pequeño cuadrado que se había convertido durante un año en mi hogar estaba alumbrado por el fuego de una pequeña hoguera que lanzaba destellos fantasmales a mi cara.

- ¿Era necesario dispararme? –le pregunté a la chica que estaba frente a mí, una chica morena de baja estatura, ojos cafés que tenía un pequeño rifle de cazador en la mano.

-No me gustaba como la veías –respondió tajante- de todos modos ¿Lo encontraste?

-Sí, fue muy fácil después del show que di en el vestíbulo –saqué un pequeño trozo de papel de mi bolsillo, eran unos planos de unas instalaciones subterráneas en alguna parte de Ciudad Alfa.

- ¿Gasté una bala por un trozo de papel? –preguntó incrédula.

-No, gastaste una bala por nuestro nuevo hogar –le enseñé el plano a mi amiga- si mis fuentes son correctas (y lo son) este es el plano del ex-bunker real, fue abandonado hace catorce años cuando nació el Ángel.

- ¿Qué nos garantiza que no tengamos visitas inesperadas en medio de la noche? –dijo desconfiada.

-El hecho de que se haya dado por perdido en un terremoto hace diez años –le expliqué- durante el terremoto de hace diez años uno de los miembros del consejo real dijo que se había destruido y lo convirtió en su pequeña guarida –la chica puso cara de querer replicar, pero yo la detuve- el tipo murió hace un año y todos los que saben de este pequeño secreto también. Murieron en el incendio de la Torre del Profeta.

-Está bien, confiaré en ti –murmuró la chica dejándose caer en una manta que estaba puesta en el polvoroso suelo.

-Duerme, según esto será un largo camino hasta el bunker –le sugerí.

Bueno, déjenme me presento, soy Carter y no sé qué ni de dónde vengo, la chica morena es (literalmente) la primera mujer que he visto, se llama Cat y es mi mejor amiga.

Verán, todo empezó un año antes de entrar al palacio del ángel...

Me estaba asfixiando. Lo primero que recuerdo es saber que tenía los ojos abiertos pero lo veía todo negro, o más bien café, alcé la mano con la esperanza de ir a la superficie y no abajo, me abrí paso atreves de la tierra hasta que emergió del suelo y luego sentí un dolor atronador en ella, intenté moverla pero no podía e iba perdiendo poco a poco la sensibilidad en ella, me la habían roto, con dificultad alcé la otra y emergí del suelo escupiendo tierra, lo primero que vi fue un par de pies descalzos, alcé lentamente la mirada y crucé la mirada con los enrojecidos ojos por las lágrimas de Cat.

-Hola –fue lo único que pude decir antes de que gritara y me diera una patada en el rostro que me noqueo.

Desperté con la cabeza dándome vueltas y doliéndome a horrores, veía todo borroso y parpadeé varias veces para poder enfocar bien las cosas, era de noche, los grillos cantaban, las estrellas brillaban cual diamante sobre la aterciopelada oscuridad de la noche y yo me encontraba atado a un gran roble.

- ¿Pero qué demonios ocurre? –murmuré para mis adentros.

-Podrías explicármelo tú –dijo una voz femenina, frente a mi estaba una chica diferente a la que había visto cuando salí de la tierra, era bajita, de pelo azul eléctrico, pálida y de ojos azules- ahora sí que te metiste en un buen lio, ¿Verdad?

- ¿Quién eres? ¿Qué quieres? –exigí saber.

-Claro, amnesia –dijo por lo bajo la chica y desapareció en una nube de humo.

Diario de un superviviente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora