Trish.
Me encontraba flotando en la inmensidad del espacio exterior, a mí alrededor brillaban las estrellas sobre la aterciopelada noche infinita y junto con ellas flotaban los restos de mi hogar, mi mundo, todo aquello que había conocido ahora no eran más que trozos inertes que flotarían ahí durante milenios. Vaya suerte la mía, hacia solo unos días era una adolescente normal y ahora me encontraba flotando en la impenetrable oscuridad sintiendo como lentamente perdía la sensibilidad en mis congelados miembros y empezaba a notar bordes negros en mi campo de visión debido a la falta de oxígeno. A lo lejos pude ver un punto donde la oscuridad se hacía más densa, como si hubiese algo ahí que estaba hecho de pura oscuridad, todo lo que estaba a mí alrededor y yo nos dirigíamos ahí.
Empecé a cerrar lentamente los ojos resignándome a mi inminente destino, pero con un rayo de esperanza todavía latente y ese, era verlo otra vez en lo que siguiese, después de todo una promesa es una promesa...
Hola, soy Trish, y vivo en "el mundo perfecto" suena loco ¿No?, verán, soy una orgullosa ciudadana de ciudad Alfa, la mejor (y única) ciudad de la Atlántida, un pequeño continente cerca del antes llamado Mar Mediterráneo, déjenme les explico:
Vivo en el año dos mil novecientos noventa y nueve, y la Atlántida es lo único que queda de la humanidad, hace cuatro mil años se descifró el genoma humano y con eso nació la eugenesia, la eugenesia es la modificación del ADN de un feto para mejorar los atributos que estos desarrollarán al nacer, ahí inició una era en la que las familias más ricas del mundo empezaron a modificar su genética para dar a luz a una descendencia superior, más fuerte, inteligente y atractiva, a estas personas se les llamo los "Superiores", con el tiempo esta nueva especie de humanos mejorados empezó a tomar el lento control de la sociedad y mil años después lograron esclavizar a las personas normales, lo "Inferiores", así inició la época dorada de los superiores, mil años de esclavitud para los inferiores que trabajaban sin descanso hasta desfallecer, pero al terminar esta edad de oro inició La Guerra, La Guerra fue un conflicto bélico de escala global, todas las naciones del mundo peleaban unas contra otras y a la vez contra sí mismas, mil años de guerra acabaron con el noventa por ciento de las masas continentales del mundo, sin embargo la humanidad sobrevivió. Parecía que mil años de esclavitud y otros mil de guerras le enseñarían al hombre que debía tranquilizarse y pensar en lo que estaba haciendo, pero como siempre la estupidez humana rebasó las expectativas y otra guerra estalló, ésta ahora con bandos definidos, los superiores del poco mundo que quedaba se alzaron bajo una sola bandera exigiéndole a los inferiores que volviesen a sus puestos de trabajo y los inferiores exigiendo un trato justo, por desgracia para los inferiores los superiores tenían mejores armas y soldados y después de diez largos años de guerra la población de inferiores descendió en un ochenta por ciento, pero esto les abrió los ojos a los superiores y se dieron cuenta de que si erradicaban a los inferiores nadie trabajaría por ellos y eso dio pie a un alto al fuego, sin embargo la madre naturaleza como la lunática homicida que es decidió activar varias de las placas tectónicas del mundo a la vez, todo lo que no se destruyó bajo la ira de la tierra fue engullido por el agua, el ser humano ahora confinado a unas cuantas mini islas artificiales vagó por los océanos del globo buscando algún vestigio de tierra firme donde poder asentarse, no podían salir de la Tierra porque todas esas cosas habían sido destruidas por el terremoto y el agua, tampoco podían utilizar los satélites que la orbitaban y todo parecía perdido, pero al final después de más de quinientos años de vida oceánica encontraron el Edén, un continente entero de la mitad del tamaño de un territorio antiguo llamado Oceanía se alzaba sobre las olas como un paraíso virgen listo para ser poblado, todo eso era obra de Dios.
Tomaron varios siglos pero al final ciudad Alfa se irguió orgullosa en el continente de la Atlántida, la humanidad estaba salvada, aunque los únicos que no salieron bien parados fueron los Inferiores, los viejos rencores se encendieron y los Superiores culparon a los inferiores del destino del mundo, dijeron que la impureza de ellos hizo enojar a Dios y por eso les mando el terremoto masivo, por eso regresaron a su condición de esclavos y fueron echados de Alfa, a las tierras baldías donde trabajarían bajo las órdenes de sus amos para redimir sus pecados, para separarnos de ellos se construyó un muro más grande que la torre de Babel, ese fue bautizado como "La Muralla del Profeta". Las cosas estaban al fin yendo como la seda: se habían asignado culpables, les habían castigado, el hombre ahora tenía techo bajo el que cobijase pero no tenía líder, pero un hombre de Dios se irguió sobre el resto, un hombre que era, es y será el símbolo de la perfección en Alfa, su nombre: demasiado sagrado como para mencionarlo, le llamaban El Profeta, él se alzó como monarca supremo de la Atlántida e inició una nueva época de (hasta el momento) dos mil novecientos noventa y nueve años de paz reinando atreves de sus descendientes.
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Diario de un superviviente.
Ficção AdolescenteÉl es un chico solitario y misterioso con tendencias a desaparecer en un parpadeo que guarda un secreto de importancia global, ella es una vivaz chica que busca arreglar el extraño corazón de él. Por otro lado tenemos a un chico sin pasado e inmorta...