20.

171 19 7
                                    


Dakota respiró hondo, había ignorado por completo el hecho de que al ser novios lo más lógico era que tuvieran que dormir juntos.

Caminó hasta el armario y empezó a buscar entre sus cosas, su fina bata negra que había comprado exclusivamente para esa ocasión, le había costado un dineral, pero había utilizado la tarjeta se Mike, y eso era parte del trato.

En ese momento la puerta se abrió, ella alzó la vista e hizo una mueca de desagrado al ver a la madre de Mike en pijamas, parada en medio de la habitación.

Claudia la miró de arriba abajo, Dakota aún tenía la bata en la mano, se paseó en interiores por la habitación, no dejaría que ella la intimidara, de hecho, ella nunca le había causado miedo. —Veo que su noviazgo forzado no es tan.... Forzado —dijo sin quitarle los ojos de encima—. Espero que esto no sea un plan tuyo para atrapar a Mike... Porque pienso que...

—No me interesa Mike —la interrumpió bruscamente—. No me gusta, no es mi tipo, además me está pagando por fingir ser su novia, solo estoy aquí por el dinero, así que puede ahorrarse sus palabras.

Mike se paró bruscamente de la cama y salió al pequeño balcón de la habitación. Dakota puso ambas manos en su cintura y se paró frente a Claudia. —Ahora, si no le molesta, salga de la habitación para que pueda dormir en paz.

Ella se quedó mirándola unos segundos, era obvio que estaba enojada por la forma en que Dakota le había hablado, pero lamentablemente no pertenecía al grupo de personas que hacían lo que fuera porque Claudia le prestara atención. Ella retrocedió y salió de la habitación con paso airado.

Dakota se puso la bata y se amarró el pelo en una cola alta. — ¿Por qué tu madre me odia tanto? —Preguntó, poniéndose brillo labial.

—No lo sé —respondió Mike bruscamente. Eso llamó su atención, salió al balcón y tocó su hombro, pero él no se giró. —¿Qué pasa contigo? —Preguntó con el ceño fruncido.

—¿Te importa? —Preguntó él.

Dakota respiró hondo y admiró el bello paisaje que estaba frente a sus ojos. —Realmente no —dijo entrando nuevamente en la habitación y metiéndose debajo de las sábanas.

Giró varias veces, tratando de conciliar el sueño, miró en dirección al balcón, Mike seguía ahí, estaba parado, con ambas manos apoyadas en la baranda, se veía tenso. Apretó los ojos, tratando de dormir, pero en el fondo sabía que no lograría hacerlo hasta saber lo que estaba pasando con él.

Alejó las sabanas y se levantó de la cama. Antes de poder decir algo, él habló. —Si no quieres estar aquí, puedes meterte en la cama de Fred, al fin y al cabo, eso es lo que quieres.

Ella respiró hondo y lo obligó a mirarla. —¿Qué pasa? —preguntó preocupada.

—Fui el hazmerreír en la fiesta, todos comentaban lo bien que la pasabas con Fred, reías más con él y dejabas que él te tocara bastante mientras bailaban. Tuve que soportar los comentarios de casi todos los miembros de la familia, odié eso, te estoy pagando para que estés conmigo, no con él.

Dakota posó la mano en su hombro. — Soy tu novia, Mike. Nada pasará entre Fred y yo.

Mike la observó, y el anhelo que vio en sus ojos la hizo sentir un nudo en la garganta. Este no era el Mike amistoso, relajado y despreocupado que conocía, era el Mike inseguro, tratando de buscar la aprobación de su familia. ¿Cómo le podía negar algo viéndolo así? —Lo prometo.

Él tomó su cara con ambas manos, se inclinó hacia ella y la besó, le tomó unos segundos aceptar lo que estaba pasando, pero no se separó de sus labios, el deseo se avivó en su interior y se apretó contra él, buscando sentirlo más cerca. —¿Qué estamos haciendo? —Preguntó Dakota, rompiendo el beso y mirándolo fijamente.

Él acarició sus labios con el pulgar y la mirada que le dedicó fue tan intensa que la asustó. —No lo sé, pero no quiero parar.

Dakota se quedó mirándolo unos segundos. —Yo tampoco.

Ella retrocedió, sin despegarse de sus labios, él tenía sus manos en su cintura, y la guiaba directamente a la cama.

Dakota chocó con el colchón detrás de ella, se dejó caer y el peso de Mike la aplastó, hubiera sido incomodo, pero el deseo de que él estuviera en su interior era tan fuerte que ignoraba totalmente su gran peso.

Él deslizó su mano por su muslo, buscando su diminuta braga y bajándola. Ella le había rodeado el cuello con sus manos, sin embargo, las manos de Mike no se mantuvieron quietas ni un segundo.

Él acariciaba todo su cuerpo con una ternura que la hizo sonreír, pasó los dedos suavemente por sus pezones, provocándolos.

Dakota echó la cabeza hacia atrás cuando Mike se introdujo profundamente en ella. Su cuerpo se agitó y dejó caer las manos en la cama.

Ella empuñó las sábanas, él la hizo subir tan alto que no pudo evitar gritar, Mike tapó su boca, acelerando sus movimientos en su interior, él golpeó cuatro veces más antes de llegar juntos al clímax.

Dakota abrió lentamente los ojos, la claridad del día le molestaba, sopló para quitarse un mechón de cabello de la cara, se movió un poco y observó con horror como Mike la tenía sujeta en sus brazos.

Sus ojos casi salían de sus orbitas, se paró lentamente y buscó su ropa, la cual estaba esparcida por los alrededores de la cama. Se vistió rápidamente, escuchó que una chica fuera de la habitación iba a ir a la piscina.

La piscina, claro. Eso la mantendría alejada de Mike un tiempo. Se puso el traje de baño violeta que había comprado para la ocasión, busco una toalla, protector solar, sandalias y salió corriendo de la habitación.

Saludó cordialmente a las personas que estaban rodeando la alberca, el padre de Mike la invitó a desayunar, pero estaba demasiado preocupada para hacer eso, la piscina estaba vacía, así que no se lo pensó dos veces, y se tiró en ella.

El agua estaba tibia, el sol no había salido del todo, apenas eran las ocho de la mañana, había salido corriendo de la habitación, anoche le pareció excitante acostarse con Mike, pero hoy... Hoy no quería ni verlo.

Y como si lo hubiera estado llamando con el pensamiento, Mike apareció en la alberca, al parecer la estaba buscando. Dakota se llenó de pánico, cerró los ojos, tomó aire y se hundió en el agua.

No tenía el valor para enfrentarlo.

*****

OMGGGGGGGGGGGG

Continuará...

No seas tonto, Mike!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora