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Cuando despertó estaba sola. Ya estaba acostumbrada a eso, de hecho, no recordaba haber amanecido con Mike alguna vez, él se las arreglaba para salir de la cama justo a tiempo.

Sonaría como una tonta, pero a veces pensaba en el día en el que Mike y ella estarían juntos. Talvez en el pasado hubiera sido posible, pero justo ahora que estaba a punto de casare con otra mujer, era una idea imposible.

Al otro día limpió todo el desastre que había dejado la cena navideña. Su madre se despertó a las cuatro de la tarde, se veía fatal. —No debí tomar tantas cervezas —dijo bebiendo de su café—. Siento que vomitaré en cualquier momento.

—al menos no te pusiste a llorar —dijo mirando a Gustavo.

Él maldijo y recostó su cabeza de la meseta de la cocina.

—¿Dónde está Mike? —Preguntó Dana.

—No pasó navidad con su familia, Anabela debe de estar cabreada.

—¿Entonces por qué no se quedó con su familia?

Gustavo se encogió de hombros. —Él dijo que quería pasar la navidad aquí.

Dakota se concentró en su café y no hizo comentarios. La verdad era que cuando hablaban sobre Mike ella rara vez decía algo.

Después de año nuevo, las cosas se normalizaron. Todo volvió a su ritmo habitual. Mike no volvió a aparecer por casa, de hecho, no supo nada más de él, tampoco se torturó mirando sus redes sociales, vio que en enero le hicieron una fiesta sorpresa por su cumpleaños número 25, y le dolió bastante ver a Anabela darle un pastel delante de todos y proclamar que lo amaba. No había vuelto a abrir Instagram desde ese día.

Los meses posteriores fueron más de lo mismo, todo parecía normal, solo que había un pequeño detalle. Un detalle totalmente insignificante que le estaba carcomiendo la cabeza, y es que creía que estaba embarazada.

Y ni siquiera se lo planteaba, siempre se había protegido, solo que cuando se mudó con su madre, se relajó un poco, porque aunque no pareciera obvio, no tenía mucho sexo con Andrés, de hecho, salían más de lo que follaban. Y considerando la última vez que estuvo con Mike, y haciendo cálculos, sí cabía la probabilidad.

Cuando el mes de abril llegó, no pudo seguir ignorando lo que estaba pasando. No se podía concentrar en el trabajo, había confundido algunos pedidos, y todo había sido un desastre. Su madre le había dado el día libre y mientras estaba en el baño con tres pruebas de embarazo, pensó que talvez lo había exagerado todo.

Orinó en las tres y salió del baño, talvez todo era producto de su imaginación. Se acostó en la cama y miró al techo. Esperaba que todo fuera una mala broma porque solo tenía 19 años. No podía tener un niño con 19 años, era estúpido, improcedente, imposible.

Además, Mike estaba a punto de casarse. No podía hacerle eso. Él estaba a punto de iniciar una nueva vida, y Anabela era una chica excelente, se sentiría mal si le arruinaba eso.

Definitivamente no podía hacerlo.

Entró al baño. Sus manos temblaban. Tomó las tres pruebas al mismo tiempo y sus ojos se llenaron de lágrimas. —No... —susurró con la voz entre cortada—. No, por favor.

Era un hecho. Estaba embarazada

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KEEEEEEEEEE

Continuará...

No seas tonto, Mike!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora