Lapis conducía, se encontraba acompañada de la chica de siempre. Su fiel compañera en trabajos que comúnmente hacía.
Eran apenas las 2:30 p.m.
Y el día era soleado, aunque la temperatura era agradable.
La peliazul se encontraba estresada, el encargo de ese día no había sido tan simple. Y odiaba que las cosas se tornaran como lo habían hecho.
El ambiente era tenso, Chalcedony lo sentía.
—Oye —dijo, llamando la atención de Lapis.
—¿Qué?
—¿Y si te calmas un poco?
—No puedo —apretó el volante.
—Lapis, sé que este tipo de cosas te molestan, pero ya pasó, ¿de acuerdo? Además, recuerda que debes concentrarte cuando conduces.
Respiró lentamente.
—Tienes razón.
—Sí, aún estás algo tensa. Deberíamos hacer algo, no sé, necesitas divertirte.
—¿Bromeas? No, tenemos que llegar a la base cuanto antes.
—Okay, pero después podemos salir a pasear. Yo invito todo.
—No lo sé, no estoy de humor para eso.
La otra rodó los ojos.
—Como quieras, Lapis —prendió la radio.
Poco después bajaron del auto, ya en la base. No estaban solas, habían más personas en el lugar.
Se detuvieron frente al auto y se miraron.—Bien, te daré privacidad con ella —dijo Chalcedony.
—¿En serio? —dijo irritada.
—Huh, sí... es tu madre, no voy a estar de metiche.
—Bien.
Lapis caminó unos minutos por el gran lugar, en los pasillos se encontraban conocidos de la peliazul. Se detuvo frente a una gran puerta, en la parte central superior tenía una figura en forma de rombo, de color azul.
Tocó con sutileza. En unos segundos abrieron.—Lapis —dijo su hermana, con una voz serena.
—Blue Pearl.
—Pasa, te está esperando.
Lapis asintió y avanzó. Su hermana cerró la puerta y se incorporó a la peliazul.
—Lapis está aquí, madre.
—Sí, gracias por avisarme —se giró para verlas, tenía un pañuelo y sollozaba.
—¿Otra vez llorando?
—preguntó la peliazul algo molesta.—Sabes lo que la pone así —dijo su hermana, dándole un pequeño manazo.
—Sí, cierto, lo siento...
—Está bien —dijo la gran mujer—. ¿Qué noticias me tienes?
—Bueno, hubo complicaciones...
La mirada de Blue Diamond cambió, eso intimidó un poco a Lapis.
—Pero —sacó un sobre de un bolso—, aquí está, la ganancia —lo puso en el escritorio frente a ella.
—Excelente.
—¿Algo más?
—Por ahora no, querida.
—Gracias, mamá. Debo irme.
Blue sonrió y asintió.
Lapis salió rápidamente del lugar, se dirigió al automóvil. Notó que su compañera actuaba extraño, bueno, no tanto.
—Dony.
—¿Ah?
—¿Qué te pasa?
—Ahí está...
Lapis miró hacia donde ella lo hacía.
—Mmm...
—Es la chica de la que te he hablado, la que me gusta —puso su mano en una de sus mejillas.
—Ah, sí, la chica que consideras... sexy —dijo lo último entre comillas.
—Lo es, y necesito saber su nombre, trabajar alguna vez con ella.
—Me recuerda a alguien —se cruzó de brazos.
—Oh...
—Pero Dony, te propongo algo.
—¿Qué cosa?
—Yo iré a preguntarle cómo se llama, y tu irás a conseguirme algo para comer, ¿te parece?
—¡Sí!
—Bien.
—Sólo no me la robes —rió.
—Claro que no —rodó los ojos divertida.
Lapis comenzó a caminar hacia la chica, era alta, bronceada y guapa.
Su cabello era rubio muy claro, ojos color miel, muy delgada.
Pobre Chalcedony, por más que ella quisiera, no era la mejor idea relacionarse con alguien en su situación, era muy peligroso. Pero por ahora, era la excusa perfecta para que la peliazul no muriera de hambre.
—Hola —dijo Lapis, acomodándose el cabello.
—Hola —dijo la chica sin mirarla.
—¿Cómo te llamas?
—¿Para qué quieres saberlo? —rió y la miró—. Ah, yo....
—Tranquila —rió—. No soy tu jefa.
—Pero eres importante.
—Sí, sí... pero necesito tu nombre para algo especial.
—¿Vas a reportarme?
—Hey...
—Ahora no, Carnelian —estaba nerviosa.
—Oh, vuelvo luego —dijo triste la chica de baja estatura.
—¿Entonces? No te preocupes, no es para algo malo. Pero quiero saberlo.
—Llámame Skinny, solo así.
—Skinny... Okay, gracias —dijo sonriendo, pasó a retirarse.
Lapis regresó tranquilamente al auto, prendió la radio y se relajó. Unos minutos después su compañera llegó y entró de sorpresa.
—¿Lo conseguiste? —preguntó emocionada.
—Sí.
—¿Y?¿Qué te dijo?
—Skinny.
—¿Sólo así?
La peliazul asintió.
—Genial —le dio una bolsa—. Fue lo mejor que pude conseguir.
—¿Nachos y papas?
—Y una soda —sonrió.
—Gracias —rió.
—¿Algún otro trabajo?
—Por ahora no.
—Mmm... ¿A pasear?
—Sí, claro.
—¡Sí!
—Pero después de comer —dijo antes de meter algunas papas a su boca.
—Okay, okay...
Bien, fue un comienzo cortito pero espero que les haya gustado ❤
—Avaly Hazelnut
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Hazme sentir | Lapidot
FanfictionDespués de pasar por cosas terribles, ambas comienzan a conocerse aún viviendo en un desastre. Lapis y Peridot tendrán que aprender a ser sinceras y apoyarse en todo momento. En el amor no todo es felicidad, y menos en su situación.