Lapis Lazuli se encontraba acostada en el sofá más grande de su sala. Estaba temblando, se encontraba hecha bolita, y no pasaba mucho tiempo para que tosiera o estornudara.
La noche anterior estuvo caminando bajo la lluvia por mucho tiempo, los taxis no pasaban tan frecuentemente a esas horas de la noche. Y el conductor del vehículo que la salvaría, casi la rechaza porque empaparía su auto. Realmente no la había pasado muy bien, pensó muchas veces en que debió haber subido al taxi con Peridot, así no se habría enfermado.
—Toma —apareció en la sala su amiga de cabellos azules celestes, Chalcedony—. Esta pastilla te servirá.
—Gracias —tomó el vaso con agua de la mesita y la pastilla—. Me siento terrible...
—No estarías así si no fueras tan necia —la regañó—. Debiste pensarlo mejor, Lapis.
—Ya deja de decirme cosas, no debí contártelo.
—Claro —rió—, iré a prepararte un té, te caerá bien.
—Gracias, Dony.
—De nada, oh, tengo hambre, cocinaré algo para quedarme más tiempo en tu casa —sonrió.
—Yo te ayudo —intentó levantarse, pocos segundos después, estornudó. Y se dejó caer el en sofá.
—No, yo iré a cocinar, tú te quedas aquí. Descansa.
—De acuerdo...
La peliazul sentía que estaba muy caliente, y no en un mal sentido, sino que tenía fiebre. Se concentraba más en su frente.
Se sentía muy mal, física y emocionalmente.
Aún recordaba lo que sintió al oír y ver a Peridot tan enojada, era una presión en el pecho, u vacío en el estómago. Podía usar muchas palabras para describirlo, aunque ninguna la convencía acerca de como se sentía, exactamente.
Pero por otro lado, si recordaba aquella fiesta, y como se había sentido, todo era muy diferente. Lapis Lazuli se había sentido tan nerviosa, asustada de lo que estaba ocurriendo, de lo que estaba pensando. Se sentía tan débil estando junto a ella, pero no sentía que fuese algo tan malo.
Y si bien antes, ella misma se había admitido que Peridot le gustaba o al menos le atraía, sabía que ahora era más.
Suspiró, y sintió algo reconfortante el pecho.
Luego recordó los eventos de la noche anterior, y se le pasó.
—Diablos...
—¡¿Dijiste algo?! —habló Chalcedony desde la cocina.
—¿Qué? —se dio cuenta de que no sólo lo había pensado—. ¡No! No es nada...
—Okay...
—Es todo —miró sus manos algo triste, parpadeó lentamente.
—¡¿Qué?!
—¡Estoy hablando sola! ¿Sí?
—Ah, perdón —elevó un poco la voz, la escuchó reír—. Por cierto, ya está tu té —le dio una taza—. Tómatelo mientras termino de cocinar.
—Oh, gracias —tomó la taza y bebió, miró sin expresión alguna hacia el frente—. Qué bien sabe.
—Qué bueno que te gustó —sonrió y se retiró.
Cuando Dony empezó a alejarse, Lapis sacó la lengua. Quiso escupirlo, sabía horrible. ¿Cómo es que no se había dado cuenta de que tenía sobres de un té tan desagradable?
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Hazme sentir | Lapidot
FanficDespués de pasar por cosas terribles, ambas comienzan a conocerse aún viviendo en un desastre. Lapis y Peridot tendrán que aprender a ser sinceras y apoyarse en todo momento. En el amor no todo es felicidad, y menos en su situación.