Hazme sentir | Lapidot

Capítulo 34

—Te dije que a Malachite le fascinaría venir a patinar —se acercó Onyx, deteniéndose a su lado—. Y, ¿cómo te ha ido estos días con Peridot?

—Muy bien —sonrió la peliazul, mirando a la rubia patinando a lo lejos—. Estos días han sido fantásticos, Peridot y Jasper no se llevan tan mal, Malachite adora a Peri —suspiró—. Ella y yo nos vovimos aún más cercanas que antes.

—¿A qué te refieres con cercanas, eh? —levantó las cejas y se dibujó una pequeña sonrisita en su rostro.

—¡Oye! —se apenó—, no me refiero a eso...

—Tranquila —rió—. Estoy jugando... —empezó a alejarse de ella.

Lapis permaneció ahí, pensando en su comentario. Ella y Peridot apenas llevaban unos días de haber retomado su relación y no habían intentado en algún momento hacerlo.

Lapis rió nerviosa, se había prometido que no tendría prisa para nada, quería disfrutar las cosas.

—¡Lapis! —la tierna rubia se acercó y casi se estrella contra ella.

—¿Qué pasa? —rió, tomaba sus brazos.

—Ven a patinar conmigo, por favor —sonrió.

—Claro —tomó una de sus manos.

Comenzaron a avanzar sobre la gran pista, lentamente, observando a los que estaban en ella.

Primero vio a Obsidiana, que estaba patinando con Bixbite, había invitado a esa chica a patinar, que por cierto, tenía meses que Lapis y Peridot no la veían.

La pelirroja era un desastre patinando, Iolite no pudo ir porque dijo que quería jugar con su nuevo hámster.

Luego miró a Onyx y Sam patinando juntos, conversaban alegremente y se eso la hacía sentirse bien por la pelinegra, Lapis sabía algunas cosas de la triste vida de las gemelas, y sabía que ellas merecían al menos una pizca de felicidad.

Al continuar patinando, Lapis y Peridot vieron a Jasper, llevaba a Malachite sobre sus hombros mientras él patinaba, los dos lucían alegres. Jasper ya no estaba solo, ahora tenía a alguien quien lo amara.

—Todo parece estar bien —dijo Lapis.

—Eso parece...

—¿Tú estás bien? —sonrió.

—Estoy contigo —se detuvo y miró directamente a sus ojos—. Tengo algo que decirte.

—Y, ¿qué es eso?

—Anoche llamé a mi madre, Amanda —sonrió—, y dijo que el otro mes podemos vernos, ¿no es genial? —se notaba su emoción.

—¡Claro que lo es!

—No puedo creerlo, tenía años sin verlas, pero ahora Amanda y Chrisolite van a conocerte, seguro que van a amarte ¡estoy tan emocionada!

—Estoy muy feliz por ti, Peri —le dio un beso en la mejilla—. Muero por conocerlas.

—Y bueno, ¿recuerdas que te había dicho que buscaría el mejor hospital para que puedan operarte?

—S-sí...

—Tu madre dijo que me ayudaría con eso...

—¡¿Qué?! ¿Le dijiste de eso a Blue Diamond?

—Es que, creí que tú ya le habías dicho, pero dijo que haría lo posible por ayudarte —sonrió—. ¿Eso no te hace feliz?

—Lo que no me hace feliz es que no tarda en llamarme y matarme por no haberle dicho antes sobre eso.

—Es tu madre después de todo, tenía que saberlo.