Capítulo 17. El Dragón II

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EN GARLEON...

POV DRAGON.

En realidad no sabía que hacer en este momento. Estaba dudando entre decirle la verdad de todo lo que iba a suceder o cumplir las órdenes de nuestra Diosa y manipularla. Cualquier decisión podría ser beneficioso o dañino, pero no sabía cuál.

Lucy- Ehh... señor Dragón. ¿Me podría decir quienes son esas personas a las que se refiere? -dudé unos segundos pero al final opte por la opción de la que me arrepentiría en el futuro.

Yo- No son nadie... siento haberla asustado o preocupado. Solo lo decía para que te dieras prisa en entrar -la miré a los ojos pero solo veía desconfianza-. Vete a dormir, se hace tarde y mañana será un largo y duro día. Vas a trabajar mucho y necesitas descansar -señalé el sofá-, puedes dormir en el sofá.

Ella hizo lo que le dije y en un abrir y cerrar de ojos se durmió. La tapé con la manta para que no pasara frío por la noche y me dirigí hacia mi cuarto. Nada más cerrar la puerta me tumbé en la cama y cerré los ojos.

RECUERDO.

Un niño de cabellos rosados se encontraba a mi lado dormido, estábamos los dos solos en el corazón del bosque. La pequeña fogata que habíamos hecho horas antes se estaba apagando, pero la luz de las estrellas iluminaban todo el lugar.

La brisa veraniega se volvió más fuerte, el chico entre mis brazos empezó a temblar por lo que le tapé con una bufanda de cuadros. Era una que había hecho junto a Anna. Verle tan pacífico y calmado me sacaba una sonrisa siempre.

Cómo te echo de menos Natsu...

FIN DEL RECUERDO.

Realmente le echaba de menos, pero no tenía tiempo de pensar en estas cosas en medio de esta situación.

???-Date prisa si no quieres que la Diosa se enfade -Lunia apareció por el marco de mi ventana sorprendiéndome.

Yo- De acuerdo... ministra Lunia -salí por la ventana pero antes de alejarme del lugar puse runas alrededor de la caseta para proteger a Lucy de cualquier peligro.

Lunia- No tenemos mucho tiempo, ahora que Aloys está suelto todo el plan se podría estropear -alcé mis alas y los dos volamos a través del cielo estrellado.

Yo- Ministra...- ella, que estaba delante de mí, se giró pero sin parar de volar.

Lunia- ¿Qué quieres? -me preguntó de mala gana-. Si es por Lucy no te preocupes por ella, solo es un peón como los otros "elegidos". Dentro de poco no será nadie -en su cara se dibujó una sonrisa maliciosa-. Todo por la Diosa -dijo mientras hacía un puño su mano derecha y la ponía sobre de su corazón.

Yo- Todo por la Diosa... -murmuré repetiendo su acción.

Continuamos volando por el cielo hasta llegar al palacio. Entramos a la sala principal y nos encontramos a Zeref hablando tranquilamente con la Diosa. Cuando nos miraron nos inclinamos de inmediato.

La Diosa- Levántense -hicimos lo que nos ordenó. Ella nos miró triunfante mientras se acercaba-. Tengo buenas noticias muchachos -se acercó a Zeref-. Zeref nos ayudará a que Aloys no interfiera en nuestros planes. Es decir que él se encargará de matarlo.

Zeref- Habrá ligeros cambios pero nada fuera de lo normal, puede que esos dichosos magos de Earthland nos arruinen el plan pero para eso está Lucy aquí.

Lunia- Diosa Negra, con este pequeño problema que hemos tenido al empezar el plan, ¿el plan funcionará? -la nombrada frunció el ceño y la miró fijamente.

La Diosa- ¿A qué te refieres Lunia? -su tono se había vuelto más sereno.

Lunia- A-A que si algo del plan funcionará -repitió agachando la cabeza aterrada.

La Diosa- Lunia, no te sabría decir con certeza pero lo que puedo asegurarte sin dudarlo es...- dijo acercándose a ella lentamente- ....que tú morirás por dudar de mi magnífico plan -dijo sacando una daga negra llena de runas antiguas y acercándosela a la garganta-. Me sorprende que después de tanto tiempo desconfíes de mí. Eso me hace dudar de tu lealtad.

Lunia- Ma-majestad, he estado con usted desde el principio, nunca la traicionaría. Juré lealtad hasta el último día de mi vida -seguía con la cabeza gacha, no se atrevía a levantar la mirada.

La Diosa- Ya sé que juraste lealtad, pero en cualquier momento podrías cambiar de bando ya que vosotros los ángeles solo seguís el camino hacia la paz -paseó su daga por el cuello de la ministra-. ¿Qué pasará el día que pienses que lo correcto no es lo que yo estoy haciendo?

Lunia- Pues...

La Diosa- Te cambiarás de bando porque eso es lo que hacéis los ángeles enviados a nuestro mundo -dejó de mover la daga y la detuvo sobre su cuello, lista para clavársela-. ¿Unas últimas palabras?

Lunia- H-Ha si-Sid-sido un honor haber trabajado para usted mi señora -dijo soltando un suspiro-. Por fin volveré a mi reino y viviré en paz, gracias mi Diosa -dicho esto la daga atravesó su cuello cortándolo de forma limpia.

Zeref- Hice bien al dejarte a cargo de este plan -dijo acercándose mientras aplaudía lentamente-. Eres una Diosa espléndida. Solamente no me falles en el momento de la verdad -unas llamas salieron del suelo engullendo al gran mago, cuando desaparecieron él ya no estaba.

La Diosa- Ahora que has visto lo que ha pasado con Lunia cumple con tu deber Igneel -se sentó en el trono y me miró amenazante-. Si me traicionas no dudaré en matarte a ti y al él.

Hice una reverencia antes de salir del palacio y volví mi caseta. Aún visto la escena anterior no estaba seguro de si contarle o no.

Cuando llegué saqué una roca volcánica blanca ovalada de mi cajón y la puse cerca de Lucy. También escribí una nota, la cual dejé debajo de la roca. No permitiría que le hicieran lo mismo que a su madre antes de abrir el portal Eclipse. No quiero que se repita la misma historia otra vez, no otra vez.

Cogí lo imprescindible para el viaje, iría a Magnolia a avisar a todos antes de que fuera demasiado tarde.

Yo- Adiós Lucy, cuídate mucho y nunca salgas fuera de la cabaña por la noche. Si lo haces los ángeles caídos podrían matarte para que no cumplas con la profecía -dije con un tono suave para no despertarla-. Ten mucho cuidado en quién confías -miré a la roca- Cuídala Aloys...

POV LUCY

Me desperté por culpa de los fuertes rayos del sol que chocaban en mi cara. Me senté en sofá y vi no muy lejos de mí la roca blanca de ayer y una nota debajo de esta.

¿Qué es esto?

Yo- Señor Dragón, creo que le ha llegado el correo o algo -no escuché respuesta por su parte por lo que me levanté y caminé por toda la caseta buscándole-. ¿Señor Dragón? ¿Dónde está? ¿Es esta la prueba de la que me hablaba ayer?

Después de un rato buscándolo me rendí, y me senté en el sillón exhausta. Cogí la roca y la miré detenidamente. Al ser blanca se podía ver claramente que estaba un poco sucia, con mi mano intenté limpiarla un poco. Nada más tocarlo empezó a brillar y la roca que tenía entre mis brazos se convirtió en Aloys.

Aloys- Que forma más amigable de darme la bienvenida ¿no?- dijo Aloys saliendo de entre mis brazos.

Yo- ¡Aloys! -me levanté y lo abracé fuertemente-. Gracias a dios que tú sigues aquí.

Mi vida como D.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora