Mi vida como D.S.

Capítulo 21. Reencuentro.

Acepté su propuesta y él en seguida hizo brillar todo nuestro alrededor, en unos segundos ya estaba en un entorno completamente diferente de la cueva. Vi un montón de edificios, mayormente eran casas y tiendas, también había mucha gente por las calles hablando alegremente.

Virgo estaba a mi lado con mis cosas, le cogí la capa y me la puse para que la gente no me viera y me reconociera. caminé hacia mi antigua casa y me encontré a la casera. Ella estaba sentada de espaldas a la puerta por donde estaba yo. Virgo dejó las cosas a un lado y volvió al mundo espiritual, yo me quité la capucha.

Yo- Que hace aquí mirando a la nada?- pregunté aún sabiendo la respuesta que me iba a dar.

Casera- Cuanto tiempo Lucy...- se levantó y pude ver que su pelo morado cambió por uno casi blanco.- Han pasado años desde que te fuiste...

Asentí mientras me acercaba a ella, vi que sus manos agarraban un paquete con un sobre. al estar lo bastante cerca de ella me entregó el paquete, se levantó y se dispuso a irse.

Yo- Qué es esto?- sacudí la caja para oír que contenía, pero no se oía nada.

Casera- me lo dió un mago que pasaba por tu casa, me dijo que te tenía que dar un paquete pero como no estabas me lo dejó a mí y tuve que guardarlo hasta hoy...- continuó con su camino y salió de la ca.

Abrí el paquete y vi que no había nada, vi unos destellos al final pero no parecían de importancia.

Sería una broma?

Dejé el paquete vació en el suelo y abrí el sobre, este no estaba vacío, sino que contenía una carta dentro. En la carta ponía que debía ayudar a Fairy Tail todo lo que pueda antes de que fuera tarde y encontrar a los 12 spriggan en el Imperio Álvarez, hacer un trato con ellos y con su rey e irme de vuelta a Magnolia.

Al final de la carta había un aviso diciendo que si no hacía lo ordenado me quitarían la cosa que más aprecio.

La carta no estaba firmada pero continía un fuerte olor que me sonaba pero que no recordaba a qué. Decidí que lo mejor era seguir las instrucciones de la carta.

Volví a llamar a Virgo para que me ayudara con mis cosas, al terminar saqué la roca de Aloys y froté. Él salió en un abrir y cerrar de ojos.

Le pedí si podía entrenarme un rato antes de salir, él aceptó, me dijo unas cuantas técnicas que nunca había visto ni oído. también saqué a mis espíritus para entrenar junto a ellos. Al rato noté como mis poderes incrementaron haciéndome sentir mucho más fuerte.

Ya finalizado el entrenamiento me acomodé la capa, agradecí a mis espíritus todo el esfuerzo que habían hecho y Aloys se puso la capa que le acababa de dar hace un rato.

Salímos a la calle de camino al gremio, la gente a nuestro alrededor se nos quedaba mirando, seguramente por el poder que desprendíamos. A decir verdad mis poderes han mejorado, puede que Ahriel me quitara los poderes Dragon Slayer pero con lo que me enseñó Igneel, Grandine y Aloys me ha ayudado mucho.

Ya no seré la más débil por depender solo de mis espíritus.

Aloys y yo entramos en el gremio, nos dirijimos a la barra mientras todos cuchicheaban, señalaban y miraban hacia nosotros. Ahora que me fijo todos los miembros del gremio han cambiado mucho, todos tienen una apariencia más mayor.

También vi muchas caras nuevas y jóvenes en el lugar, entonces ví a Natsu, Lisanna, Gray, Erza y Juvia hablando animadamente en una mesa de la esquina. Parecía que no se habían dado cuenta de que habíamos entrado como los demás.

Le pedí una caña a Mirajane seguido de Aloys para despejar la mente. Había muchas cosas que tenía que pensar.

Quién era la Diosa de Garleon?

Dónde está Igneel?

Layla dice la verdad o es Ahriel?

En quién puedo confiar realmente?

Seguí sumergida en mis pensamientos hasta que noté como una mano se posaba en mi hombro izquierdo. Me giré lentamente para que la capucha no se cayera, y allí estaba, Levy delante de mí.

Levy- Hola soy Levy, bienvenida al gremio de Fairy Tail- le estreché la mano.- Hay alguna razón por la que estés aquí?- negué con la cabeza- Te quieres unir al gremio?- negué otra vez.-Ah...-parecía un poco desilusionada.

Yo- Podría ir a ver a vuestro maestro?- ella asintió, dejé mi vaso sobre la barra y me fuí con Aloys detrás de mí.

Aloys- El plan no era que tenías que ayudarles?- se acercó a mí curioso.

Yo- Sí, pero la mejor forma para pasar desapercibidos y no armar ningún escándalo es hacerlo sin que lo sepan, y la mejor forma de hacerlo es que solo el maestro lo sepa y que le ayudemos en secreto.- él solamente asintió.

Llegamos al despacho del maestro, tocamos un par de veces la puerta pero nadie respondía. Decidimos abrir la puerta pero no encontramos a nadie. Solo había una nota en la mesa. Me acerqué y vi que no había nada escrito en él.

Qué pérdida de tiempo...

Le indiqué a Aloys que nos fuéramos ya del despacho ya que no había nadie, hasta que oímos un ruido proveniente del armario. Nos acercamos y abrimos rápidamente el armario, nos pusimos en posición de defensa por si salía algo peligroso.

Dentro se podía ver a Makarov atado de pies a cabeza gritando e intentando escapar. Al verlo así le intentamos desatar pero no pudim0s.

Yo- Es imposible desatarlo.- intenté romper la cinta cada vez más desesperada pero no servía de nada.

Aloys- Da igual lo que hagas, esta cinta es una que absorbe magia...-hizo una pausa para tragar fuertemente.- Pero solo la venden y fabrican en Garleon.

Yo- Entonces... alguien de Garleon ha hecho esto... puede que fuera el mismo que me dejó la caja vacía y la carta con la misión...

Aloys- La única forma de romperla es con una planta muy rara y única, la invultus.- empezó a buscar dentro de sus bolsillos.

Yo- Cómo es?

Aloys- Es una planta invisible que solo se puede distinguir porque cerca de su raíz se puede ver que brillan.- entonces caí, en esa caja estaba lo único que podría romper esa cinta y liberar a Makarov.

Esto es un poco dramático a decir verdad, todo lo que ha hecho ese o esa ha sido muy exagerado, pero... por qué lo haría?

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Holisssss, que tal estáis? Espero que os guste este capítulo. Os aviso que pronto, puede que en unas cuantas semanas, habrá una maratón.