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No me interesé demasiado al momento de ver que había una nueva persona a un lado de mi casa, quizá y era alguien tan amante de las fiestas como mis vecinos anteriores. Personalmente no soy muy fan de ellas, gracias a Sasuke o Kiba suelo salir a divertirme, pero no es algo que suceda muy seguido.

Ese día, cuando el camión de mudanza se estacionó frente a la casa de al lado, solo ví personas bajar con cajas y más cajas, habían interrumpido mi momento más preciado del día, mi descanso.

Había tomado mis cosas adentrándome en mi casa inmediatamente después de ver que no se irían, al menos no es un buen rato.

Una mudanza quiere decir ruido, y bueno, no soy muy fan del ruido que digamos.

Bebiendo un vaso con jugo de naranja, subí a mi habitación para recostarme un rato. Sí, una rutina que no tiene en nada la palabra "productivo" de por medio, pero mi excusa sería: "vacaciones". ¿Trabajo? En realidad, buscaría uno en un par de días. Necesito una fuente de ingresos.

Revisé cada una de las aplicaciones de mi celular para hacer un poco de tiempo al menos antes de dormir.

Efectivamente, los trabajadores de las mudanzas no saben respetar el silencio ajeno.

Suspire para mis adentros. Mis intentos de dormir fueron completamente arrojados a la basura.

Revolví mi cabello y me senté sobre la cama observando como el cielo celeste se iba apagando lentamente, dando a conocer que la tarde estaba más cerca.

Apoyé mis manos sobre el marco de la ventana  de mi hanitación sintiendo como la brisa me golpeaba el rostro con sutileza.

Dirigí mi vista hacia abajo, el camión de mudanza se estaba marchando ya, habían un par de cajas en la puerta de la casa, y al lado de esta, una chica de cabello cargando una de ellas.

Ese día pude ver de lejos a la chica que tiempo después me tendría loco.

Intrigue┊NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora