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Hinata llegó al hospital más rápido de lo que hubiese esperado, el último instante antes de abrir la puerta de la habitación de su hermana trató de calmarse pues su leve encuentro con Neji le causó un gran malestar y mucho mal humor.

Debía hablar con Hanabi al respecto, sí, no era el momento adecuado, pero había que ser conscientes, Hinata sabía muy bien que aquel momento indicado no iba a ser jamás. Era ahora o nunca, y sólo se retrasarían demasiado las cosas.

Cuando ingresó a la habitación vio a su hermana sentada sobre la cama con la vista perdida en la enorme ventana que dejaba ver un día soleado y hermoso, un suspiro nervioso brotó de sus labios y con eso llamó la atención de Hanabi, ya que volteó la cabeza casi en ese mismo instante.

—¡Hinata! —gritó con alegría, una sonrisa se plasmó en su rostro al ver ahí parada a su hermana mayor.

—Te veías muy entretenida viendo por la ventana —afirmó acercándose hacia la camilla.

—El día está muy lindo. Es una pena tener que verlo desde aquí. Y aburrido además de todo.

Hinata hizo una mueca y una idea leve cruzó por su cabeza en ese momento, Hanabi llevaba tiempo despierta y ya se encontraba, aparentemente, muy bien de salud.

—¿Y qué tal sí...?

[...]
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—Definitivamente la terraza... ¡Es genial! —Hanabi chilló y alzó los brazos, la vista desde ahí era mucho más hermosa que desde la ventana, la brisa fresca le dio justo en el rostro. Después de tanto tiempo aquella era una sensación casi desconocida.

—No podremos estar mucho tiempo aquí o nos regañarán a ambas y mucho más a mí —ambas rieron y se apoyaron en un gran barandal, de ahí podían ver perfectamente a las personas que iban y venían, como si fuesen hormigas con muchos colores.

—Es genial...

—Hanabi... —la recién nombrada volteó la cabeza levemente prestándole toda su atención a la peliazul, quien se veía muy seria, una mala sensación recorrió el cuerpo de Hanabi en cuestión de segundos.—Tengo que hablar de algo muy importante contigo, pero quiero que te tomes todo esto con calma, por favor.

Asintió sin decir nada, tenía los labios casi sellados, sintiendo un fuerte golpe en su pecho, su corazón latía con fuerza.

—Desde hace un tiempo... He estado recibiendo visitas de... —se relamió los labios.—De Neji.

—¡¿Neji?!

—Así es... Él... Él quiere verte, Hanabi. Es sólo que no sabe que estás aquí, él no lo sabe. No sabe que estuviste en coma por tanto tiempo, cree que ahora debes estar en casa probablemente.

—Quiere verme... —murmuró.—No sé si... —Hanabi siempre tuvo mucho cariño por Neji, ambos a veces tenían un carácter similar, siempre congeniaban en muchas cosas y tenían gustos parecidos. Eran casi hermanos, pero con la cantidad de cosas que sucedieron con el paso del tiempo...—Neji nos abandonó.

—Hanabi...

—Él nos dejó. Si se hubiera quedado tal vez yo no estaría aquí. Tal vez tú no hubieses tenido que pasar por todo esto. ¡Tal vez nuestras vidas hubiesen sido muy distintas si él no hubiese sido un cobarde!

Entonces sintió los brazos de Hinata rodearla con fuerza, Hanabi sintió que su rostro comenzaba a empaparse y la dulce vista se volvía borrosa gracias a las lágrimas.

Hanabi lloró de impotencia, de rabia. Lloró por ella y lloró por todas las veces que Hinata tuvo que salir adelante sola.

—Escúchame, nadie nos separará otra vez, pero si hay algo que no voy a dejar es que te llenes el corazón de rencor y odio. No te lo permito —susurró, dio unas cuantas caricias en el cabello castaño de Hanabi y le besó la frente.—Recuérdalo, no estás sola. Ahora me tienes a mí y yo te tengo a ti.

Intrigue┊NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora