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Recordaba perfectamente que después de llegar a su casa en la madrugada y pensar por al menos una hora, por fin su cuerpo había sucumbido ante el sueño y el agotamiento, logrando así dormir al menos otras cuatro horas.

Y ahora estaba ahí, arrastrando los pies mientras caminaba directamente hasta la puerta de su casa, no sabía quién se hayaba detrás de ésta, pero estaba muy segura de que su cara la ahuyentaría. Y es que abrió los ojos cuando sintió que el timbre de su casa era tocado una y otra vez de forma escandalosa, por lo que se vio obligada a levantarse.

—¡Ya voy! —gritó ahogando un enorme bostezo al escuchar el timbre sonar una vez más, al abrir la puerta, pudo ver al otro lado de la reja a un chico rubio y de ojos azules. Sus miradas conectaron al momento en el que Hinata alzó la vista, y se topó a Naruto tocado el timbre casi desesperado.—¿Naruto? —murmuró, el sueño que quedaba en su cuerpo se fue de un segundo a otro al ver el rostro de preocupación de que se cargaba él.—No entiendo... ¿Pasa algo?

—¡Tú sólo ábreme! ¡Ya! —gritó, Hinata sintió una extraña sensación al oírlo así, por lo que en menos de dos segundos dio un corto salto y corrió con las llaves en mano para abrir la puerta de la reja.

Con las manos temblorosas intentó que la llave encajara en la cerradura, y luego de unos segundos, por fin lo logró.

—Dios, qué pasa, me estás preocupan—

Antes que Hinata lograra terminar de hablar, Naruto envolvió a Hinata entre sus brazos, casi robándole el aire por completo, pero poco le importó. Porque al despertarse, a los pies de su cama y cubierto con una de las cobijas, sin la chica de ojos lila descansado, el miedo y pánico se apoderaron de él enseguida, temiendo lo peor. Ahora que la tenía ahí, sintiendo su calidez, podía respirar en tranquilidad.

—Te odio —murmuró aflojando un poco su agarre, más sin dejar de abrazarla.—Me debes una explicación. ¿Por qué te fuiste así como así? ¡Maldición! Es que me diste el susto de mi vida Hinata, en serio.

—¿Te preocupaste? —murmuró, intentó acomodar sus brazos, más no pudo.

—¡¿Y me lo preguntas?! —la tomó de los hombros y la miró directamente a los ojos.—¡Estabas bajo mi cuidado y no te encontré cuando desperté! ¡Creí que te había pasado algo o que habías hecho algo!

—Naruto...

—¡¿Qué iba a hacer yo si te pasaba algo después?!

—Oye...

—¡Ímaginate! ¡¿Qué haría?! ¡Dime!

—¡Naruto!

—¡¿Qué?!

—¡Estoy bien! ¡Viva y en mi casa!

—¡No vuelvas a hacer algo como eso en tu vida! ¿Bien? ¡Nunca desaparezcas así de nuevo!

—Simplemente me vine a mi casa... Es todo...

—Escúchame atentamente, Hinata, si un día se te ocurre desaparecer de nuevo y así de la nada, no te lo voy a perdonar.

—¿Por qué lo dices como si fuera tan importante para mí?

—Eres muy importante para mí... —bajó el tono lentamente, mientras bajaba la cabeza y miraba sus manos.—Ahora... Te acepto un desayuno a modo de disculpa.

Intrigue┊NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora