Intrigue┊Naruhina

─35

¿Saben algo? Creo que últimamente eso de estar entre abrazo y abrazo por parte de Naruto y mía se a vuelto algo muy común, durante las últimas semanas su manera de demostrarme cariño es claro, a base de abrazos, y obviamente yo una que otra vez también lo hago, aunque es bastante extraño si lo hago yo de cuenta propia.

También hemos visitado seguido a mi hermana, yo me siento en el pequeño y cómodo sofá, mientras que Naruto va y le habla como si la conociera de toda la vida, sonríe y le cuenta de todo lo que le a sucedido durante el día, sin guardar ni olvidar el mínimo detalle, así como también le habla mucho de mí. Yo por mi lado me quedo en silencio, oyendo con atención cada cosa que le dice.

—Se me han complicado las cosas, me duermo cinco minutos y es como si no supiera nada. ¡Nada!

Ahora estamos en la biblioteca de la universidad, yo estoy leyendo con calma y tranquilidad un libro de historia, Sakura está frente a mi escribiendo, Sasuke no está debido a la gripe que a tenido por estos días, se quedó en casa porque no quiere enfermarnos, Kiba está babeando sobre la mesa, soltando ronquidos leves con un libro cubriéndole la cara, y al lado mío está Naruto, torturándose con uno de los muchos ejercicios matemáticos que le a tocado resolver después de dormirse prácticamente toda la clase.

Le pasa por idiota y por no dormir en la hora correspondiente.

—Yo podría ayudarte, pero el profesor de matemáticas nos está viendo con mala cara así que mejor hago como que no te conozco.

Como la buena amiga que soy voltee mi cabeza haciendo como si Naruto no se encontrara al lado mío tratando que su intento de pedir ayuda con la mirada por fin diera resultado, lástima que no es así.

—No seas mala Hinata, ayúdalo, el pobre no sabe nada —Kiba movió sus cejas de arriba abajo mientras reía.

—Tú sabes menos que yo, idiota —de la nada Naruto había olvidado que estaba en medio de una importante tarea.

—Bueno, puede que eso sea cierto, pero no soy yo quien se está quemando el cerebro con las matemáticas, amigo.

Sinceramente me dieron muchas ganas de reír, por que Naruto podía quejarse y llorar si quería, pero Kiba tenía razón, sí.

—Hinata~ anda, ayuda al pobre este.

Las miradas cómplices de Kiba y Sakura me estaban poniendo nerviosa y eso no me agrada absolutamente en nada.

❤