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Después de casi media hora luego que Hinata terminara con su relato, no supe que decir, después de interrumpirla más de una vez demostrando lo furioso que me sentía con cada palabra que soltaba, porque cada una iba siendo peor que la otra.

Logré convencerla de que se quedara a cenar, ahora estamos completamente en silencio en la cocina de mi casa, ella con un pequeño cuchillo cortando vegetales y yo poniendo los platos sobre la mesa.

Ninguno a dicho absolutamente nada dentro de éste incomodo silencio, la tv de la sala es lo único que llena nuestro espacio a falta de palabras, sé que debí decir algo, pero estoy molesto.

Todavía me cuesta trabajo creer que en este mundo exista una persona así, tan despreciable.

¿Cómo es posible que sea capaz de hacerle algo así a sus hijas?

Nunca he sido fan de la violencia, no la apoyó ni nada, pero si tuviera al padre de Hinata al frente mío ahora ya estaría molido a golpes, se merece eso y más, todos los malditos castigos del mundo por ser un animal con Hinata y con su hermana.

Los ojos de Hinata estaban cristalizados cuando hablaba, más no soltó ninguna sola lágrima, me sorprende, más se que seguro está cansada de llorar, tal vez ya se hartó de contar su historia tras dolor y más lágrimas, no es justo para ella. No se merece nada de lo que ha pasado.

Me quedé parado viéndole la espalda, se veían concentrada, su largo cabello iba y venía al compás de sus movimientos, la manga del suéter del brazo derecho se encontraba levantada hasta el codo, y desde aquí puedo ver una línea rosada, no... son más de una...

—Hinata...

—¿Hm?

Me acerque lentamente sin que ella lo notara, al estar más cerca, efectivamente, son más de una, hay cuatro líneas alrededor de su brazo derecho.

—¿Qué es eso?

—¿Qué?

Giró su rostro, estaba a unos pocos centímetros del mío, pude ver muy bien como la expresión de rostro cambió a sorpresa al ver mi seriedad.

—Eso —apunté a su brazo con mi dedo índice, sin quitar mis ojos de los suyos.—Las líneas en tu brazo, Hinata. ¿Fuiste tú, no?

Sus labios fueron una fina línea recta y sus ojos dejaron de verme, buscando un punto lejano a mí, cerré los ojos con un poco de rabia, apretando los puños.

—¿Con...?

—Sólo son unos simples rasguños. —por un momento casi me hecho a reír sin ganas por la simplicidad de sus palabras.

Ella se dio vuelta nuevamente y yo me quedé estático, sin mover una pulgada de mi cuerpo. Está bien, a pasado por momentos difíciles... pero sí de algo estoy seguro es que esto no va a suceder otra vez, Hinata no hará nada en contra suya de nuevo.

—Sólo fue una... lo hice por idiota. No me sentía bien... mi cabeza me traicionó y me dejé llevaer. Simplemente me centré en el dolor físico, no quería estar pendiente de que en cualquier momento podría pasar lo mismo de nuevo... Sólo lo he hecho una sola vez, lo juro...

No lo resistí más y acorte la distancia entre nosotros, mis brazos rodearon su pequeño cuerpo, pegándola a mi pecho, deje mi cabeza reposaba en su hombro y sentí como se estremecía, mientras su cuerpo comenzaba a temblar.

—No lo hagas otra vez, por favor...

Tal vez el momento fue muy emotivo, por que Hinata por fin liberó todas las lágrimas contenidas bajo mis brazos.

ya dije en mi perfil que pronto escribiré una nueva historia NaruHina, ya más o menos la tengo planeada ;).

Intrigue┊NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora