─ ❝Ella era mi vecina, la chica que no salía de casa más que un par de horas todos los días, esa chica me intrigaba, y mi manera de ser me obligaba a saber más de ella❞
Fue lo único que pude decir, luego que saliéramos del hospital nos fuimos casi enseguida a la pequeña plazuela que se encontraba relativamente cerca, ni ella ni yo hemos dicho palabra alguna, fuera de la frase que me acabo de mandar.
—¿Gracias?
Ella arquea una ceja y responde como si quisiera reír, pero vamos, no estamos en la situación para que alguno de los dos lo haga. Aunque no está de más, la risa lo arregla todo, siempre y cuando no sea una burlesca o algo similar.
—¿Sabes? Me siento muy afortunado de que me hayas llevado a conocerla, es un honor para mí si te soy sincero —ella no dijo nada, más me miró haciendo que sus se toparon con los míos. Al mirarla así, de tan cerca, observar cada parte de su rostro, sus ojos, su pequeña nariz, su boca... sus labios... Todo de ella, se veía increíblemente hermosa... Hinata era realmente una chica hermosa.
—Al principio no me sentía muy segura que digamos, casi pensé que sería algo muy apresurado, te acababa de contar la trágica historia de mi vida y la de Hanabi así que pensé: «Creo que es demasiado pronto» pero, mientras pensaba eso ya me estaba dirigiendo a tu casa, así que creo que es algo que hubiese pasado de igual forma dentro de estos días —soltó una pequeña risa, en la cual me perdí. Sí, me perdí completamente por que no me di cuenta que llevaba observándola por mucho tiempo, pero había oído cada una de sus palabras.—¿Por qué me ves así? ¿Tengo algo en la cara?
A partedetuhermosura...
¡Oh vamos! ¿Qué demonios me pasa?
—No es nada, perdón, perdón... De igual forma, Hinata... Creo y es un gran paso el hecho de que me hayas traído hasta aquí, eso quiere decir que estás más que dispuesta a recibir mi ayuda, ¿No?
Ella me miró a mí, luego dirigió su vista hacia sus manos para luego dejarla caer al piso mientras murmuraba cosas que no logré entender.
—Estoy segura de que puedo confiar en ti y... Lo haré, de verdad Naruto, gracias por enseñarme en que sí puedo confiar en las personas nuevamente, esto es algo que no voy a olvidar jamás.
Sentí mi cuerpo tensarse cuando sus brazos me rodearon el pecho y dejó que su cabeza descansara sobre mi hombro, aunque al principio murmuró todo, más tarde pude entender lo agradecida que estaba conmigo y con todo lo que según, había hecho por ella.
Y bajo aquellas palabras y su abrazo, sentí como algo en mi interior se iba removiendo, unas sensaciones que no sentía desde hace mucho tiempo, pero sabía perfectamente a lo que se debían.
