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Estaban los dos entre la oscuridad y el silencio de la sala, Naruto expectante a cada reacción o movimiento de Hinata, mientras que Hinata estaba pensando en como decir todo sin derrumbarse en medio del relato.

—No te lo voy a contar para que me des de tu ayuda o algo así —aclaró.—Yo sé quién puede y quién no puede ayudarme, y sé que tú no —suspiró presionando la tela de sus jeans.

—Te escucharé atentamente, hasta que no hayas terminado no diré nada —hizo un pequeño signo, pasando uno de sus dedos por sus labios, señalando que no diría absolutamente nada.—Te escucho.

—Es... —tragó saliva.—Ah... —sus labios temblaban al igual que su cuerpo, entre la decisión del sí y el no, optaba por el no a ojos cerrados, y es que sólo una persona sabía su historia completa, y no era ni ella ni Hanabi.—Esto es... difícil... —sus labios formaron una delicada línea recta, sus pestañas húmedas tocaron su rostro nuevamente cuando cerró sus ojos y unas cuantas lágrimas resbalaron por sus blancas mejillas.—Perdón...—un pequeño murmuro salió de su boca.—Te juro que quiero... pero no puedo, esto es tan difícil... —sintió la presión del mundo encima al no poder decir ni una palabra.

Mientras Hinata estaba en medio de una batalla mental, Naruto la observaba sin prisa, ante la oscuridad de la noche y la habitación, de todas formas podía ver la fineza de su rostro, todas y cada una de sus delicadas facciones.

Y ahí, perdido en ese mundo, no podía evitar preguntarse como un ángel podía estar sufriendo de esa manera, como su mente la podía torturar tanto. ¿Quién o qué ser humano tétrico se atrevió a dañarla de tal manera?

—Está bien —Naruto puso una mano en el hombro de la peliazul llamando su atención inmediatamente.—No te voy a obligar a que me cuentes nada si aún no estás lista, eso sería muy estúpido de mi parte —se mordió el labio paseando su mano por la espalda de la chica, dando leves caricias.—Pero... Por favor, no me pidas que me aleje, porque ahora más que nunca necesitas la contención de alguien, y si no te gusta lo siento, pero ese alguien voy a ser yo.

Un pequeño suspiro lleno de melancolía salió de los labios ajenos, Hinata fue de apoco tirando su cabeza hacia atrás, así dejando que esta quedara en el hombro de Naruto, las últimas lágrimas que se habían alojado en sus ojos bajaron por sus mejillas lentamente perdiéndose en su barbilla.

Antes de caer en el profundo sueño gracias al haber derramado tantas lágrimas, susurró un pequeño pero audible:

—Gracias.

Intrigue┊NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora