Intrigue┊Naruhina

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Estoy tumbado sobre mi cama con los brazos detrás de mi cabeza, son casi las seis de la tarde pero mi habitación está completamente a oscuras, las cortinas están cerradas por lo que no entra ni una pizca de luz.

Solté un suspiro lleno de cansancio al oír como mi celular vibraba una vez más, perezosamente me di la vuelta sobre la cama para estirar el brazo y tomarlo, no me sorprendí cuando los mensajes de Kiba explotaron en mi buzón.

Más, leyendo uno me di cuenta de lo que quería, y oh, yo no le voy a dar en el gusto para que me esté haciendo tantas preguntas, privadas además de todo.

Ignoré todo lo que tenga que ver con él, de verdad no entiendo lo que pasa por su pequeña cabecita con el cerebro más pequeño del mundo, definitivamente mi amigo es un caso demasiado especial.

«—¿De verdad no hay nada entre ustedes o simplemente intentas cubrir el sol con un dedo?»

Yo no estoy cubriendo absolutamente nada, y es precisamente porque entre Hinata y yo no hay nada más que una linda amistad que planeo y dure hasta mucho tiempo más.

El timbre comenzó a sonar, por lo que, a regañadientes me levanté de mi cómoda cama para abrir, mientras no sea Kiba no me acriminare contra nadie.

—Hola.

—¿Hi-Hinata?

Estoy completamente estático frente a ella, sosteniendo la puerta con una mano y con la otra desordenándome el cabello. Si les soy sincero no esperaba que me visitara...

—Hm... ¿Tienes tiempo? Ha-Hay algo que me interesaría que vieras, digo... hay alguien a quien quiero que conozcas. Sé que es muy pronto, pero a base de todo lo que te he contado, tengo confianza suficiente en ti como para hacer esto.

Habló demasiado rápido, más le entendí todo, por suerte, ya saben lo lento que puedo llegar a ser.

—Sí... —balbucee como idiota, luego me di cuenta que estaba observándola más de lo que debería... más de lo que debería siendo su amigo.—Digo, sí, sí, lo que más tengo ahora es tiempo.

Sí, aunque hace menos de tres minutos estaba vagando en la comodidad de mi cama, aunque no me importaría esto de cambiar mis «planes». Que quede claro, Hinata es mucho más importante que una simple tarde viendo el techo de mi habitación en completa oscuridad.

—¿Podrías acompañarne? No está muy lejos de aquí... Además ya me seguiste ahí una vez, lo sabes.

Pasó de sonar tímida a echarme en cara que la seguí hasta el hospital, bueno, de ahí a comenzando todo esto. Sé muy bien a lo que se refiere, estoy más que dispuesto a ir con ella.