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Hinata caminaba por las calles con la vista puesta en el suelo ylas manos en los bolsillos de su chaqueta, una larga bufanda roja colgaba de su cuello. Sus pasos eran intermedios, no eran muy rápidos pero tampoco muy lentos. Tenía tiempo suficiente para ir al hospital y hablarle de muchas cosas, entre ellas la nueva noticia.

Hinata y Naruto eran pareja.

Sí, esa había sido la noticia del día entre los amigos de la nueva pareja, aunque el pelicafe amante de los perros reclamó a Naruto una y otra vez por haberle ganado a su nueva conquista. Aunque claro, era obvio que de conquista ya no tenía absolutamente nada.

¡¿Por qué tenías que ser ?! —gruñó y le dio un empujón amistoso.—Yo la había visto primero.

—Técnicamente yo la primero, además ella es vecina mía no lo olvides —sonrió de la forma más inocente que pudo en el momento en que Hinata se acercó a ellos, sin oír la conversación.

—Naruto Uzumaki, cuando estemos solos te pateare las pelotas por quitármela.

—En dos semanas más estarás babeando por otra chica, no guardes resentimientos, eso es muy malo para el corazón.

—No te guardo resentimientos, eres mi amigo y eres feliz después de todo —le dio un apretón en el hombro.—Pero si la lastimas te juro que hijos propios no vas a tener.

Esta vez fue Kiba quien puso la sonrisa más inocente que su rostro pudo armar.

Hinata negó con la cabeza sonriente y se acercó lentamente hasta la entrada del hospital. Su corazón latió con fuerza siquiera antes de acercarse a la que era la habitación de su hermana, por uno u otro motivo no tenía una gran sensación en el pecho.

Sin perder la calma trató de acercarse lo más rápido posible, tomó el ascensor, y los pocos segundos que estuvo en él se le hicieron interminables.

Abrió los ojos desmesuradamente al ver la cama hecha, las cortinas abiertas y la habitación completamente vacía. Sintió un gran peso sobre su cuerpo y sin dejar pasar más segundos cerró la puerta de un gran golpe y comenzó a correr hacia donde sea que se encontrara el doctor que estaba a cargo de su hermana, no pudo evitar llamar la atención de varias personas que iban pasando por su lado, más de uno se dio vuelta a mirarla, más nadie atendía a la desesperada chica.

—¡¿Dónde está mi hermana?! —gritó una vez que lo tuvo frente a frente, su mirada calmada hacía que su cuerpo temblara y las dudas y preguntas le explotaran casi por completo la mente.—¡Por favor! ¿Mi hermana donde está? ¡Se lo pido! ¡Quiero saber dónde está y como está por favor doctor!

—Hinata, por favor calmese —pidió, y así quitó las delicadas manos de Hinata del cuello de su camisa delicadamente, ya que gracias a la histeria que Hinata sentía la llevó a tomarlo del cuello de su blanca camisa.—Ella...

—¿Ella qué? ¿Qué sucedió? —susurró con el temor recorriendole cada parte del cuerpo —¡¿Ella qué?!

—Hanabi despertó.

Intrigue┊NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora