─36

3.3K 359 118
                                    

Al final nos quedamos los dos solos en la biblioteca, Kiba se fue con la excusa de que tenía algo importante que hacer, cuando realmente quería dejarme solo con Hinata, susurrando un: «Esta es tu oportunidad, campeón, aprovéchala» Y, cerrando el libro que en ningún momento se dio el tiempo de leer, se marchó con su típica sonrisa.

Sakura se fue unos minutos después, el no saber nada de Sasuke en casi todo el día la estaba desesperando, así que se disculpó lo más que pudo antes de irse, literalmente corriendo.

—Lamento que por quedarte conmigo no hayas podido ir a ver a Hanabi hoy... —la verdad es que me hubiese encantado ir y acompañarla.

Hinata en cambio, pasó un mechón de su largo cabello detrás de su oreja y me miró, su rostro estaba completamente neutro.

—No te preocupes, podemos ir mañana, si es que quieres acompañarme, claro —levemente me sonrió, haciendo que una calidez me recorriera el pecho.

—Me encantaría ir contigo mañana. Por cierto, Hinata... —capté su atención y se giró para mirarme otra vez, ésta vez con las cejas alzadas y los labios en una fina línea recta.—¿Te había dicho lo linda que es tu sonrisa?

Me llaman Romeo...

—No, la verdad no.

La llaman arruina momentos...

—Bueno... —carrespeé poniendo una de mis manos sobre mi boca.—Hinata, amo tu sonrisa.

—Alguien que la ame, no está mal —se encogió de hombros, ignorando de una manera olímpica mi hermoso cumplido.

—¿A qué te refieres con eso? Seguro que hay muchas personas que la aman, ¿no crees?

—Realmente no... No estoy pendiente de ver si la gente ama mi sonrisa o en uno que otro caso; me quiera —admiré con tranquilidad la mueca furtiva sobre sus labios y su rostro, entre cerré los ojos y acerqué mi rostro hasta que estuviera medianamente cerca.—¿Qué?

—Estás equivocada, demasiado equivocada —no dijo nada, seguimos caminando por las penumbras de la noche, olvidé decirles que se me pasó la hora en la biblioteca y terminamos saliendo muy tarde, así que pasamos a comer un poco de Ramen a la tienda que amo, obvio, invitación mía.

Aunque debo admitir que fue algo muy vergonzoso que la señorita que atendió nuestra mesa dijera: «Ramen especial, para una pareja especial» en compañía de un: «¡Ya era hora de que por fin nos mostraras a tu novia, eh Naruto

Naruto vergüenzas Uzumaki.

—Gracias por llevarme a comer, Naruto —agradeció una vez que estuvimos ante su casa y al lado de la mía.—Nos vemos mañana... ¿No?

—¡Ah, sí, sí! Nos... Nos vemos mañana —sonreí, rascandome la nuca.

—Bueno, buenas noches —hizo algo así como una mueca, intentando sonreír.

—¡Hinata! —alce mi mano, llamando su atención.—Ah... Y-Yo... Nada, sólo... Hm, buenas noches.

Metí mis manos dentro de los bolsillos de mi pantalón, dirigiéndome hacia mi casa, sintiendo la mirada —obviamente confusa— sobre mí. Me sentía nervioso, y no logro explicarme el por qué.

O simplemente...

Ella me pone nervioso.

Intrigue┊NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora