siempre puedes desnudarte.

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—Eso estuvo... —jadeó Jace, pasando una mano por su cabello castaño, sudado por el esfuerzo de un buen sexo matutino—. Dios mío, Terra.

—Lo sé —dijo Terra como si no fuera nada, mientras distraída escribía cosas en una libreta. Jace volteó a verla, recargando su cabeza en su codo para apoyarse.

—¿Qué haces?

—Planeo jugadas para lacrosse. Quiero intentarlas en la práctica de pasado mañana, y cuando el entrenador vea que funcionan las aplicará y en el siguiente partido patearemos traseros.

—Realmente te gusta el lacrosse.

—Amo el lacrosse.

—¿Y... amaste lo de hoy? —preguntó Jace, nervioso por su respuesta. Terra pareció pensarlo antes de encogerse de hombros.

—Sí, supongo que estuvo bien.

—¿Y... crees que se pueda repetir?

—Depende de ti.

—¿Qué tengo que hacer?

—Primero, no lucir desesperado. Segundo, pedirle disculpas a tu ex novia y a su hermana. Tercero, no mencionar nada de esto a nadie. Y... supongo que si alguna vez me siento sola, serás el primero en llamar.

—Lo de la hermana de Kristen fue un accidente. Estábamos borrachos y...

—No me importa —espetó Terra. Suspiró al ver la expresión de Jace—. Mira, se ve que no eres tan mal chico y realmente creo que nos podemos llevar bien pero esas son mis condiciones.

—Tus condiciones para volver a tener sexo, ¿cierto?

—Sip.

—¿Y si...? —Preguntó el castaño, deteniéndose a sí mismo por un poco de valor—. ¿Y si quiero más que eso?

Terra inmediatamente dejó de escribir, soltando su pluma. Desvió la vista por primera vez de su libreta para ver a Jace mirándola con ojos anhelantes. Terra se congeló, sin saber qué decir. Sin embargo, no fue necesario.

—Oh, conozco esa mirada. Olvídalo —murmuró Jace, hundiendo su cara en la almohada.

—¿Qué mirada?

—Estás enamorada de alguien más —Terra se quedó callada unos segundos.

—Sí, lo estoy —admitió en voz baja.

—¿Por qué entonces yo soy el que está aquí y no él? —preguntó Jace, sonando genuinamente curioso. Terra sonrió por lo bajo, sin responder—. Oh, él no lo sabe, ¿cierto?

—¿Cómo sabes todo eso? Y... creo que lo sabe. Tendría que ser un estúpido para no darse cuenta. Aunque sí que es algo lento... No lo sé. Creo que lo sabe pero no quiere admitirlo. 

—Escribo canciones. Sé detectar emociones en los seres humanos. Sé cómo esto va a sonar pero a veces me gusta ir a sitios públicos, ya sabes, centros comerciales, plazas, ese tipo de cosas y ver a la gente. Ver cómo se llevan entre sí, las relaciones que tienen, las emociones en sus rostros. De eso escribo canciones. Me pongo en el lugar de esas personas, de la historia que imagino según lo que veo y escribo.

—Pudiste solamente decir que lo veías en mi cara, ¿sabes?

—¡Ey! Mi última oportunidad era que vieras que puedo ser un chico sensible y romántico —se defendió Jace, bromeando. Terra sonrió.

—Lo lamento. Pero ey, estuviste bien. Y no bromeo, te llamaré si alguna vez te necesito —ofreció la chica. Jace negó con la cabeza, suspirando. Alzó su vista de la almohada y miró a Terra fijamente. Terra le devolvió la mirada unos minutos antes de dedicarse de nuevo a pensar en jugadas.

Far away /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora