Far away /Teen Wolf

los whittemore no son mas que problemas.

Isaac estaba pensando en Terra, como siempre. Solo que ésta vez sus pensamientos estaban destinados a ella y al chico que había salido de su casa nada discretamente después de pasar la noche ahí. Isaac había regresado del cementerio a la madrugada cuando lo vio. Crujió los dientes de tan solo recrearlo en su mente. Sus pensamientos divagaban en lo que habían hecho, en la piel de Terra iluminada por la luz exterior, la manera en que se sentirían sus piernas, en las risitas que soltaría ya que era la persona más cosquilluda del planeta... Isaac se preguntaba si Terra haría gestos seductores como le había visto hacer a algunos chicos en los pasillos, qué tanta experiencia tendría...

Había escuchado hablar de esto un millón de veces a los miembros del equipo de lacrosse, principalmente cuando había entrado al equipo. Isaac la había visto jugar en la calle y sabía que era buena, pero además de Jackson nadie más sabía esto. Sabía que iba a haber prejuicios por ser una chica, que no la tomarían en serio y que harían bromas sexuales de ella; eran chicos después de todo. Pero Terra lo sabía también.

Por eso el primer día de entrenamiento, Terra había salido con su uniforme como todos ante las miradas burlonas de sus compañeros y había arrasado con todos. Primero, fue como portera. Nadie le atinó ni un solo gol. Después, fue como defensora, golpeando con una ferocidad innata digna de su apellido. Era alta, lo que ya era un punto a su favor pero todos le doblaban en masa corporal. Terra con toda la facilidad del mundo había revertido los papeles y había tomado como ventaja su facilidad de moverse entre ellos.

Una vez terminado el entrenamiento, en los vestidores todos hablaban de lo buena que era, hasta que Greenberg decidió hacer un comentario sexista sobre ella. De la nada salió Terra, quien había estado escuchando su conversación desde afuera y sin vergüenza alguno ante la desnudez o semidesnudez de los chicos le dio un golpe en las pelotas al chico.

"No voy a acostarme con ninguno de ustedes, así que ni se lo piensen", había dicho. "Vine a hacer que este equipo de mierda gane por primera vez un partido. Así que juegan con mis reglas o voy a tomar sus testículos entre mis uñas con manicure recién hecho y se los voy a retorcer hasta que sangren. Oh, por cierto, gracias por un entrenamiento tan genial. Son asombrosos. ¿Quieren ir el viernes a una fiesta en mi casa? Yo compro el alcohol".

Isaac había visto la fiesta desde su ventana, debatiéndose entre ir o no, solo para ver a Terra. No tuvo que pensarlo mucho, pues Terra llegó media hora después con helado de chocolate y una sonrisa misteriosa.

—¿No debes estar en tu fiesta? —le preguntó Isaac, sorprendido por su presencia. Terra se había encogido de hombros.

—Son agradables pero Jackson puede entretenerlos. Me gusta más estar contigo —Terra se le había quedado viendo fijamente después de eso, como si quisiera transmitirle algo más. Isaac no captó qué, y al no hacerlo, Terra simplemente había sonreído y le había ofrecido helado.

Isaac nunca había entendido su amistad con Terra. Era como si la chica estuviera dispuesta a cualquier cosa por él, con una sonrisa y los ojos brillándole con algo oculto cuando Isaac no podía darle nada a cambio salvo mirarla. Mirar a Terra era como ver una lluvia de estrellas fugaces. No podías apartar la vista de algo tan maravilloso por miedo a perderte de algo.

Su padre entrando a la cocina eliminó cualquier pensamiento de Terra como constantemente sucedía, la realidad golpeándole la cara como una perra.

Isaac se encontró pronto cenando con su padre en silencio, ningún ruido arruinándolo. No tardó pronto en pensar en Terra, como siempre. No había ido ese día a la escuela, y aunque contactarla sería tan fácil como tocar su puerta, nunca se había atrevido a hacer eso. Hoy la necesitaba, sin embargo. Habían entregado unas calificaciones, y por mucho que había estudiado con ella, no le había ido excelente. Tenía que decirle a su padre, lo cual no era sinónimo de nada bueno. Pensó en Terra porque ella sabría qué hacer. Tenía esa manera de manipular a las personas para conseguir lo que quería, y si hubiera ido, le hubiera pedido un consejo para abordar el tema. Hacer las cosas sin Terra se sentía como ir a ciegas, pero a veces no tenía otra opción.