no tengo muchos amigos.

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Terra y Scott rugieron en sincronía, sus ojos iluminándose de azul y dorado respectivamente, los colmillos surgiendo y las garras enmarcando sus manos. Terra ignoró la mirada que Isaac le dio, y en su lugar, vio a Scott. Con una sola mirada, le comunicó a Scott lo que él ya sabía. Terra nunca le haría daño a Isaac. En cambio, le haría mucho daño a Erica.

—No lo lastimes demasiado —advirtió Terra a Scott antes de lanzarse contra Erica.

Erica sonrió maliciosamente, acercándose a Terra. Ésta, ya estando descalza e ignorando el frío del hielo contra el suelo, aventó a la rubia con una patada al suelo cayendo a unos cuantos metros lejos. Erica se puso de pie rápidamente y se lanzó de nuevo contra Terra, aferrándose al cabello castaño de la chica.

—Esto no es una pelea de gatas —gruñó Terra, claramente molesta, antes de zafarse del agarre de Erica con un codazo en la cara, directamente a la nariz. Erica se llevó la mano a su nariz, sintiendo la sangre correr—. Si no vas a pelear como un hombre lobo, no hagas el ridículo.

Terra tomó a Erica del cuello y la azotó contra la pulidora de hielo. La cabeza de Erica resonó contra el metal. La alzó con total facilidad como si no pesara, encajándole las garras en el cuello apenas ligeramente, no tanto como para hacerla sangrar pero sí lo suficiente para que doliera.

—Déjame ir —suplicó Erica sin aliento, desesperada por respirar. Terra sonrió.

—Bien —accedió, lanzándola tan lejos como pudo. De reojo, vio a Isaac y a Scott peleando.

—¿Necesitas ayuda, Scotty? —preguntó Terra, recargándose en la pulidora con una expresión aburrida en el rostro.

—Estoy bien —respondió Scott, azotando a Isaac repetidamente contra el hielo. Por supuesto que estaba bien. Los chicos eran demasiado inexpertos aun, sin control, sin táctica.

—¿Seguro? Estudié judo un verano en Japón.

—¿Hay algo que no sepas hacer? —preguntó, incrédulo.

—Enamorarme de chicos que me quieran —respondió Terra, encogiéndose de hombros, inexpresiva.

Isaac aprovechó la distracción de Scott al conversar con Terra e intentó encajarle las garras pero fue demasiado lento. Scott, al darse cuenta de sus intenciones, lo golpeó de nuevo. Terra hizo una mueca al escuchar el sonido de algo rompiéndose. Afortunadamente el chico se curaría pronto, y tal vez le enseñara una lección de que no era bueno dejarse morder por desconocidos de la nada. Tal vez valdría la pena.

Al sentir a Erica corriendo hacia ella, Terra apenas se movió de su lugar y le propinó una patada justo en las rodillas. Erica cayó al suelo de inmediato, de rodillas. Terra le dio una última patada en la cabeza, dejándola por fin tirada en el suelo para bien.

Al notar que Scott había terminado también con Isaac, chocó puños con él como si hubiera anotado en lacrosse y palmeó su espalda.

Boyd miraba la escena, ligeramente asustado, mientras Derek sonreía como si justo esperara que eso pasara.

—Fue como quitarle un dulce a un bebé. Excepto que en lugar de bebés eran hombres lobos y estoy bastante segura de que les rompimos uno que otro hueso —exclamó Terra, sonriéndole cómplice a Scott. Scott la ignoró, sintiendo la adrenalina correr por sus venas, mezclada con enojo.

—¿No lo entienden? —Gruñó Scott—. Él no hace esto por ustedes. Está aumentando su poder. Esto se trata solo de él. ¡Los hace sentir que les regala algo, y lo único que hizo fue convertirlos en sus perros guardianes!

Far away /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora