Far away /Teen Wolf

¿vas a besarme o voy a tener que ir por ti?

—Pensé que ya estarías dormida, después de todo lo que sucedió —dijo Isaac, reclinándose en la rama del árbol frente a la casa de Terra. Terra se encogió de hombros. El chico hizo ademán de sentarse a su lado, pero Terra lo detuvo con un gesto en la mano, con la mirada baja.

—Sé que me dijiste que estás enamorado de mí, y que Jackson ya no es un asesino lagarto y que Gerard ya no está cazando nuestros traseros y todo debería de ser perfecto, pero...

—Es demasiado —adivinó Isaac. Lentamente Terra asintió, levantando la mirada. Sonrió brevemente. La conocía a la perfección.

—Necesito un tiempo —murmuró, abrazando sus rodillas—. Sé lo que te estoy pidiendo y...

—Tú esperaste demasiado por mí —musitó Isaac, interrumpiéndola—. Puedo esperar el tiempo que sea necesario.

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—Wow, nunca creí que llegaría el día en que llegaría a ver a Terra Whittemore en este estado —murmuró Stiles, escéptico, desde el marco de la puerta de la habitación de Terra, con Scott a un lado.

La respuesta de Terra fue lanzarle lo primero que encontró en su mesa de noche, es decir, su lámpara importada de Francia. Stiles apenas lo alcanzó a esquivar.

—¿A qué te refieres con este estado? —siseó Terra, saliendo de su seguro escondite debajo de las cobijas.

Su cabello aun lucía perfecto, ni una sola hebra fuera de lugar. Su cara estaba totalmente libre de maquillaje, pero seguía viéndose como si hubiera salido de una sesión de fotos, con la piel lisa y brillante. Enarcó una ceja, esperando su respuesta.

—No has ido a la escuela en dos semanas —observó Scott, sentándose al pie de la cama.

—¿Y? Hoy salimos de vacaciones y yo ya había entregado todo lo que tenía pendiente —se encogió de hombros—. Simplemente estoy tomándome un descanso del mundo, ¿acaso no me lo merezco?

—Ese es mi punto —exclamó Stiles, alzando los brazos—. Tú nunca te tomas un descanso.

—Exactamente. Y no hay nada peor que las arrugas prematuras, así que... —Terra comenzó a volverse a esconder en las cobijas, cuando Scott la detuvo.

—¿Tienes ropa puesta debajo de las cobijas, cierto? —le preguntó, entrecerrando los ojos.

—¿Por qué? ¿Te gustaría quitármela?

Scott asumió que eso era un sí. Stiles jaló las cobijas para que Scott pudiera tomar a Terra en brazos y cargarla.

—¿Qué haces? —gritó la chica, pataleando.

—Es una intervención —respondió Scott, bajando las escaleras de la casa de Terra con la chica en brazos.

—¡Es un jodido secuestro! —afirmó.

Entre pataleo y gritos lograron subirla al Jeep, aunque los tres sabían que más que nada Terra estaba armando un lío porque le gustaba el drama.

—¿A dónde me llevan, malditos secuestradores? —preguntó Terra, mirando por la ventana intentando descifrar alguna pista.

—Al lugar más feliz en el mundo... para ti —respondió Stiles. Los ojos de Terra se iluminaron.

—¿Milán? ¿París? ¿Las Vegas? ¿New York?

—El campo de lacrosse. 

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