un nuevo novio.

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Era un día normal para todos en la cafetería. Terra estaba sentada en su mesa habitual, con una coca cola de dieta frente a ella y una ensalada a medio comer, escuchando los chismes que sus compañeros a su alrededor le decían. Al lado de ella estaba Thomas, uno de los chicos de natación al cual Terra le había empezado a dar tutorías de física pero que al parecer quería que le diera también clases de anatomía.

Terra lo miró de reojo, casi soltando una carcajada. Ni en sueños.

De un momento a otro, todo se quedó en silencio. Al notar que todos voltearon a la entrada, ella lo hizo también. Erica, la misma chica que el día anterior había sufrido de un ataque de epilepsia estaba más que recuperada y a juzgar por el olor la licantropía había sido la cura.

Erica se acercó a la mesa de Terra ante la mirada atónita de todos, moviendo las caderas con su nueva imagen. Ropa apretada, falda corta, labial rojo... Pero antes de llegar a Terra, se dirigió a Thomas y sin decir nada lo tomó de la mandíbula y lo besó.

Todos hicieron un sonido de sorpresa, atentos a la expresión de Terra. La morena solo miraba la escena enarcando una ceja. Cuando terminó con Thomas, miró a Terra, retadora.

—Supongo que tienes competencia ahora —exclamó. Terra hizo una expresión asustada, ganándose una mirada victoriosa de Erica pero tan pronto como apareció se fue pues Terra no tardó en reírse. Sacudió su cabello y se paró. A pesar de los tacones que Erica tenía, Terra era alta y con tacones aún más, lo cual la hacía intimidante.

—¿Competencia? —Terra fingió buscar por la cafetería antes de detener su mirada en Erica—. Oh. Te referías a ti. No, cariño. Tú no eres competencia. Tú... eres como la imitación, la copia barata. La que compran los que no pueden permitirse a la original.

Erica se quedó muda un instante, pero pronto se recuperó.

—¿En serio? Porque ahora tengo todas las miradas sobre mí y la atención de tu juguete nuevo —dijo, señalando a Thomas.

—Oh, ¿ese es mi juguete nuevo? —Rió Terra—. Quédatelo. Desde pequeña me han enseñado a regalarle lo que yo no quiero a los más necesitados.

—Tú eres nada, Terra Whittemore. Y yo me encargaré de acabar contigo.

—Inténtalo —Terra dio un paso hacia Erica, sonriendo cuando la rubia retrocedió—. Al final, la única que hará el ridículo serás tú. Porque puede que tú llegues, con tu falda corta y bonitos labios y consigas que alguien te folle y ahí acabe. ¿Pero yo? Yo soy el producto final. Soy la que presentas a tus padres en el día y te follas en la noche si tienes un poco de suerte. Tú eres a la que quieren por una noche, a mí me quieren para toda la vida. Puedes ser la novedad, pero yo soy un clásico —Erica frunció los labios antes de salir, sus tacones repiqueteando contra el suelo. Todos los varones tenían la vista puesta en ella, pero no importaba. No importaba. No importaba. Terra se sentía temblando.

Far away /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora