Far away /Teen Wolf

estoy jodidamente enamorada de ti.

—Einstein dijo una vez: "Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y del universo no estoy tan seguro".

—En realidad eso no es cierto —exclamó Terra, jugando con un mechón de su cabello. El profesor de química volteó a verla como si quisiera matarla con la mirada.

—¿Disculpa?

—No hay pruebas de que Einstein haya dicho eso. La cita se sacó de un libro, que mencionaba que la fuente de esa frase era un gran astrónomo. En ningún momento se menciona el nombre de Einstein.

—Bueno, señorita Whittemore, si se cree demasiado buena para esta clase puede irse.

—No, gracias. Siento que es mi deber compartir mi conocimiento para eliminar la ignorancia de ciertas personas.

—Si estás tan entusiasmada por eso, amarás la dinámica de hoy —dijo el profesor—. Estarán trabajando en equipos. Veamos si dos cabezas son mejor que una. O en el caso de Stilinski, menos de una.

—Erica, tu comienzas... —la mayoría de la población masculina levantó la mano. E incluso una chica—. No pedí voluntarios. Bajen esas manos hormonales.

—¿Puedo trabajar con ella? —preguntó Terra en voz alta. Hizo contacto visual con Erica, sonriéndole con una frialdad indescriptible.

—En realidad, haremos equipos de tres. McCall, Whittemore, ambos estarán con Erica.

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—¿Qué crees que vas a intentar hacerle a Lydia? —preguntó Terra, intentando parecer casual mientras vertía un líquido azul.

—Dame una oportunidad de hablar con Derek —insistió Scott—. Lo que tengan planeado puede esperar.

—¿Por qué no hablas conmigo en lugar de él? —ronroneó Erica. Terra pretendió hacer un sonido de vomito.

—Cariño, no te humilles. Ni siquiera lo intentes —advirtió.

—No puedes tener a todos los chicos de este instituto, Terra. Déjanos algo a las menos afortunadas —musitó burlonamente.

—Serías menos asquerosa de ver si cerraras esos labios mal pintados, nena. Y qué puedo decir —se encogió de hombros—. Tengo todo lo que tú nunca tendrás.

—Excepto a Isaac —dijo, sabiendo que dañaría un punto sensible. Terra se quedó estática.

—De hecho, estoy saliendo con Scott —exclamó Terra.

—Deberías de dejarle eso claro, pues no deja de ver a Allison —Scott tosió, atragantándose con su propia saliva, evidenciándose.

—No sé de qué hablas —dijo Scott seriamente.

—Si yo fuera Allison —comenzó a decir Erica, subiendo lentamente su mano por los pantalones de Scott—. Te desearía todo el tiempo.

En ese momento, Lydia observó a Erica y a Scott.

—No te pongas celosa —le dijo Lydia a Allison.

—¿Por qué debería de estarlo? —preguntó Allison.

—Por lo que sucede allí —señaló. Allison se tornó seria repentinamente—. Oh, pero no te preocupes. Terra está ahí. Ella pondrá en orden a esa perra. 

En sincronía con sus palabras, en ese momento Terra encajó sus garras en el brazo de Erica.

—Limítate a tener tus manos alejadas de Scott, o tú y yo tendremos un problema. ¿Crees que me has visto enojada? No tienes ni idea —gruñó en voz baja.