el viejo huele a tumba.

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—Mierda —fue todo lo que pudo decir Terra, retrocediendo. Su espalda chocó con la de Isaac, que estaba tan estático como ella, sin palabras.

—Bien hecho al fin, Scott —dijo Gerard, con su escalofriante voz. Terra odió cómo sonaba tan seguro, como si todo formara parte de su plan y le estuviera saliendo de maravilla—. Como el buen amigo que eres, le trajiste a Derek para salvar a Jackson —volteó a ver a Terra—. Y tú, la hermana perfecta. Solamente les falló un pequeño detalle: no se dieron cuenta que también me traían a Derek.

—¡Voy a matarlo! —rugió Terra, haciendo ademan de lanzarse a él.

Eso quería hacer, al menos, pero se detuvo al sentir que Isaac la tomaba del brazo y la hacía a un lado, justo cuando después una flecha lo atravesó en el hombro, haciéndolo caer al suelo.

—¡Isaac! —Gritó, arrodillándose a su lado, comprobando que estuviera bien—. Maldito idiota —suspiró, con lágrimas en los ojos. Esa flecha iba para ella. No para él. Sintió una flecha dirigirse detrás de ella, directamente a su costado, pero fue más rápida. La tomó entre sus manos justo antes de que la atravesara. Volteó su cuerpo, viendo a Allison Argent con su arco en el brazo, apuntándole otra flecha.

—Lo lamento, Terra. Me empezabas a agradar —admitió Allison sombríamente—. Pero no puedo dejar que ganes.

—¿Que gane? —Rugió Terra, poniéndose de pie—. ¿Que gane? ¡Me quitaron a mi hermano, intentaron quitarme a mi novio! ¿Y tú crees que estoy ganando, niña estúpida? Te voy a arrancar el corazón, Argent.

Abriendo los ojos de par en par, Allison se escondió entre las sombras.

—¿Allison? —exclamó Scott, sin poder creer lo que había visto.

La mente de Terra se alejó de todo, concentrándose en quitarle la flecha a Isaac sin causarle más dolor del que ya sufría, pero cada vez que intentaba hacerlo Isaac soltaba un alarido de dolor.

—Tenemos que moverlo de aquí —murmuró Scott, ayudándole a Terra a cargar a Isaac hacia otra de los cuartos del gran almacén abandonado.

Dejaron caer a Isaac lo más delicadamente posible, mientras se escuchaban balazos al otro lado del almacén. Aunque Chris Argent no les había hecho daño en particular, una gran parte de Terra deseó que Jackson lo matara. Había escuchado que algunas veces los kanimas se volvían contra sus amos, y ojalá el siguiente en ser despedazado fuera Gerard.

Mientras Terra tomaba la mano de Isaac, absorbiendo la mayor cantidad de dolor que podía, haciendo una mueca, Scott le retiró la flecha.

—Es mi hermano, es mi problema —musitó Terra—. Pero entenderé si quieren irse en este momento. Ambos.

—No nos vamos a ir —afirmó Isaac, tomando aire y poniéndose de pie. Scott asintió, reafirmando las palabras de Isaac. Terra tomó aire.

—Bien —hizo una pausa, antes de añadir en voz baja—. Si deben herir a Jackson, háganlo. Incluso si es más que herir. 

✖✖✖

No solían llevarse bien. No siempre compartían los mismos puntos de vista. Sin embargo, podían estar de acuerdo en una cosa. No iban a dejar que Gerard se saliera con la suya.

Derek dio un salto, cayendo en sus dos piernas iluminando sus ojos de color rojo escarlata. Del otro extremo de la gran habitación de almacén, Terra, Scott e Isaac rugieron. Sus ojos se iluminaron de azul y dorado, respectivamente, mostrando sus colmillos y sus garras, dispuestos a luchar.

Far away /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora