IMAGINA #19

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Imagina que hoy es tu primer día de clase en una nueva escuela. Realmente no sabías como es que tus padres podrían cambiarte de colegio a la mitad del ciclo escolar. Te habían explicado que debían mudarse de casa y ciudad debido a su trabajo y por un mejor puesto en la empresa, al principio estabas molesta por alejarte de tus amigos, de tu demás família, del lugar que te vió crecer, más sin embargo tenía que llegar la resignación. ¿Que sería de tí en un lugar que apenas y conoces?
Tu nuevo colegio es muy bonito, lo que más te había gustado (o al menos por el momento) era que no llevaban el uniforme, te sentías muy comoda con tus vaqueros, zapatillas y blusas bonitas (la mayoria ceñidas)
Tu madre te dejó en la entrada, bajaste del auto sin siquiera despedirte.
-¡Adiós cariño! ¡Suerte en tu primer día!- gritó cuándo comenzabas a andar,no querías ser tan grosera con ella. Estabas enojada, sí, pero eso no te permitía comportarte de esa manera.
Girastes sobre tus talones y le mandaste un beso mientras te despedias con tu mano en el aire.
Primero pasastes a las oficinas principales para recoger tu horario y el croquis que te indicaba la localización de cada salón. También te asignaron tu casillero, y ahí mismo te dirigías, al llegar ahí afortunadamente te diste cuenta que te habían asignado uno en la parte superior, no te imaginabas agachandote todo el tiempo.
Estabas acomodando tus libros y libretas nuevas dentro de el, igual lo adornabas un poco con fotografías de tus amigos que dejaste atrás, al igual que una pequeña cosita que aromatizaba el pequeño espacio con olor a vainilla. Revisaste una vez más tu horario mientras metias tus libros correspondientes a la mochila, hasta que los libros como por arte de mágia comenzaban a caerse.
-¡Maldición!- menos mal que no se encontraba nadie en los pasillos.
Unos pies calzados con unos botines negros se plataron frente a tí.
-¿Necesitas ayuda?- preguntó una voz masculina de timbre dulce y aguda, y sin siquiera responderle comenzó a ayudarte con los libros.
-Gracías.- respondiste sin verlo. Tomaste los libros de sus manos y los depositastes una vez más dentro cerrando el casillero. Al hacerlo dejaste al descubierto el rostro del chico que amablemente te había ayudado, su cara angelical fue lo primero que llamó tu atención, sus ojos color miel, gruesos labios y cabello rosa ¿rosa?
-Muchas gracías.- dijiste una vez más.
-No hay de que.- pensaste que se giraría y se iría, pero no, se quedó ahí mirandote con una sonrisa.
-¿Eres nueva verdad? No te había visto por aquí, y si así hubiera sido, estoy seguro que no lo olvidaría.
Su comentario te hizo sonrojar un poco.
-Sí, acado de ingresar hoy, la verdad es que acabo de mudarme de ciudad, no conozco muy bien.
-Ohhhhh, ya veo, pero no entiendo ¿a mitad del curso te aceptaron? Debes de tener influencias.
-Dije lo mismo, pero al parecer no hubo problema por que voy al corriente con las clases.
-Menos mal ¿cuál es tu primera clase?
-Historia Universal, en el aula diez.
-Perfecto, me toca la misma clase, es bueno el haberte encontrado, así no andas dando vueltas buscando el aula.- el chico comenzó a caminar y le seguiste.- por cierto, me llamo Jimin.
-Un gusto Jimin, soy ______.
-Bonito nombre.
-Gracías.... bonito cabello.
-Gracías.- dijo mientras te volteaba a ver con una sonrisa muy amplía.- realmente tenía ganas de teñirmelo de este tono.
-Pues se ve muy bien.
-Gracías.
Una vez que llegaron a su destino y entraron juntos a el aula, el profesor te asigno un lugar delante de Jimin, "genial" pensaste, estarías cerca de una cara conocida.
Durante toda la clase estuviste atenta, a excepciones de uno que otro momento, sentías una mirada clavada a tu espalda.
Volteaste para encontrar a Jimin mirandote con una sonrisa, la cuál respondiste con otra.
La clase finalizó y guardabas tus libros. Casualmente compartías el resto de las clases con él. En química lo asignaron como tu compañero, al igual que en la clase de música. Estabas muy feliz ya que era la única persona que habías logrado conocer en tu primer día.
Al finalizar la jornada escolar, el chico te acompaño hasta tu casillero.
-¿Estás libre ahora?... digo ¿no tienes nada que hacer saliendo de aquí?- preguntó mientras rascaba su nuca con nerviosismo.
-No, tenía planeado llegar a casa y desempacar ¿porqué?
-Bueno... me preguntaba si ¿quisieras ir a tomar un helado conmigo? Chance y conoces un poco la ciudad.
La pregunta te tomó por sorpresa, y te pareció adorable la forma en como te lo pedía mientras sus mejillas se iban tornando rosa.
-Ammm, sip ¿porqué no? Me haría bien conocer.
Salieron del colegio con rumbo al parque, Jimin en todo el camino te ayudó a llevar tu mochila. Estando ahí se acercaron a un puesto de helado donde un chico pelinegro de ojos grises levantó la orden.
-¿Que vas a querer lindura?- dijo el chico del puesto mirandote de arriba a abajo, su mirada comenzaba a intimidarte.
-Un par de helados...por favor.-respondiste nerviosa, el chico te hacía sentir incomoda con su mirada encima de tí.
-¿Sabor?- preguntó de nuevo mientras relamía sus labios, estabas más incomoda que nunca.
-Yo de fresa... Jimin ¿de que quieres el tuyo?
El chico de cabellos rosas miraba al chico que los atendia con algo de molestia.
-De chocolate.-respondió seco.
-¿Algo más?- el tipo no dejaba de coquetear contigo, te comía con la mirada.
-Sí.-dijo Jimin tomándome repentinamente tu mano.- que dejes de mirar a mi novia.
El chico automaticamente dejó de mirarte para después actuar avergonzado.
-Lo siento.- musitó y volvió a lo suyo no sin antes recibir el dinero.
por parte de Jimin.
Jimin te tendió tu helado y le preguntaste cuándo le debías, a lo que él respondió que no era nada,  te estaba invitado.
-Gracías.-respondiste sonrojada.
El chico te miró mientras provaba su helado.
-No es nada, recuerda que dije que yo te invitaba.- respondió mientras ladeaba su cabeza.
-No por eso... bueno también, pero yo... quería agradecerte por lo del chico del puesto de helado, realmente me intimidó.
-Oh por eso.- te miró con los ojos entre cerrados.- noté que su mirada te incomodaba, y a mí me molestó mucho su actitud hacía tí, aparte de que te comía con la mirada. No agradezcas, siempre estaré aquí para cuidarte _____.
-Jimin...-susurraste.
-Yo me quiero disculpar por tan repentinamente llamarte mi novia, perdón puede que te incomodara.
-No, para nada... gracías por ayudarme.
-Aunque sería muy lindo tener una novia tan adorable como tú.- ambos se sonrojaron ante el comentario, su mirada se dirigió havia abajo.
-Oh perdona.- dijo al notar que sus manos seguían entre lazadas.- lo había olvidado.
Seguieron andando por el parque mientras platicaban, te burlabas de él al decirle que tu helado de fresa se parecía a su cabello, y lo apodaste algodón de azúcar por la misma razón.
Mientras caminaban un poco juntos, recordabas la sensación de sentir su mano tomar la tuya, realmente querias volver a sentirlo tan cerca de tí, y sin darte cuenta de tus impulsos, rosaste tus dedos con los suyos, y Jimin se sorprendió al notar tu acción, y sin pensarselo dos veces, entrelazó sus dedos con los tuyos uniendo sus manos.

BTS WhatsAppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora