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IMAGINA #27

Imagina que hoy tenías que acompañar a tus padres al cementerio, lamentablemente uno de sus compañeros de trabajo muy apreciado había fallecido, por lo cual se encontraban hoy en ese lugar para darle su última despedida. Luego de un largo rato dandole el adiós final a la persona muy querida, tus padres fueron con los familiares del fallecido para darles el pesame. Te quedaste plantada en tu lugar, hasta que no muy a lo lejos, divisaste a un chico sentado sobre una tumba. Por alguna razón te intrigó demasiado, razón suficiente para hacercarte al chico. Te plantaste delante de él, éste tenía su rostro escondido entre sus piernas, con sus manos acariciando su cabello. Al percatarse de un par de zapatillas magenta delante de él, no dudó en levantar la cabeza, encontrándose con tu mirada fija sobre él. Al mirarte a los ojos, notaste que sus ojos estaban notablemente rojos, limpió un par de lágrimas con el dorso de su mano.
-Disculpa si te molesto, es sólo que yo...
-No te preocupes.- te interrumpió el chico. Se levantó de la tunba sacudiendo sus pantalones, se estiró dando a notar que era muchísimo más alto que tú. Su cabello negro sumamente lacio cubría su frente, sus ojos negros estaban vacíos y enrojecidos, su piel era palida y sus labios igual. Usaba un traje negro, aunque lo usaba muy a su estilo.- es sólo que quería alejarme un poco de la situación... aunque realmente creo que me es imposible escapar siempre, digo, después de todo siempre me ah gustado estar sólo.
-Si es así, entonces creo que debo marcharme.- estabas girando cuándo su voz tranquila te detuvo.
-Disculpa si te ofendí, no fue realmente mi intención, es sólo que no me gusta la gente hipócrita cómo toda la que está allá.- dijo señalando con su cabeza al montón de personas, entre ellas tus padres y familiares del fallecido.
-¿Porqué piensas eso?- preguntaste arqueando una ceja.
-No lo pienso, lo sé.- dijo con una sonrisa torcida.-es mi familia.
-Yo no... no lo sabía, siento mucho tu perdida.
-Gracías, la persona que murió era la única que me entendía y me apoyaba en todo... mi madre de igual manera lo hace, pero ella no es tan comprensiva en ciertas situaciones ¿sabes?- mencionó volviendose a sentar. Por alguna razón mi cuerpo reaccionó sentándose a su lado.
Tus padres acompañados de una señora llegaron hasta donde se encontraban, ambos se volvieron a poner de pié.
-________, veo que ya conociste a Kook.- mencionó tu padre saludando, luego de ello el le dió un abrazo y dijo un lo siento mucho al igual que tu madre.
-Hijo, entiendo cómo te sientes, pero no debes de aislarte del mundo mi amor, tu padre no hubiera querido eso, estoy segura que el anhela verte seguir adelante, perseguir tus sueños.- dijo la señora atrapando al chico en un abrazo, ambos empezaron a llorar.- eres un muchacho talentoso cielo, ambos vamos a salir a delante.
Ambos se separaron del abrazo y la mujer secó las lágrimas de los ojos de su hijo.
-Vamos a salir a delante mamá, te amo.- dijo abrazándola una vez más.
-Te amo más mi cielo, eres lo más importante en mi vida.- sollozaron un poco y regresaron a su estado neutral pero ausente.- tengo que regresar allá, tengo que despedir a la gente ¿me acompañas?- el pelinegro negó.- bien cariño, en cuánto termine regresamos a casa. Un gusto conocerte _______,aunque hubiera sido mejor conocerte en otras cirscunstancias, eres una muchachita muy linda, espero que mi hijo y tú se lleven bien.- la mujer se acercó a mi oido y susurró en el.- necesita un amigo en que confiar en este momento, estaría muy feliz de que fueras tú.
A lo que sólo asentiste y regresó a la tumba en donde hoy yacían los restos de su esposo.
-Cariño, nosotros los acompañaremos a casa, puedes quedarte con Kook mientras esperamos a que finalicé.
-Okay.- fue lo único que respondiste, tus padrs se alejaron dejándote sola otra vez con Kook.
-Tu familiar era realmente tu padre, es tu padre... realmente lo siento.
-¿Lo dices de dientes para afuera?
-No, de verdad, yo no lo sabía.
-En ese caso gracías.
Volvieron a tumbarse pero esta vez en el pasto.- me llamo Kook, Jungkook.
-Soy _______.
-Dime ______ ¿crees en los fantasmas?- su pregunta te sorprendió. Acababa de perder a su padre y pensaba en fantasmas... posiblemente estaba inestable sufriendo el cruel duelo, no es de extrañar en su caso.
-Mmm, creo en los espiritus, en la reencarnación y todas esas cosas. Sobre todo en e karma.
-Eres parecida a mí en ese caso.- suspiró.- no sé que haré con mi vida ahora que no lo tengo a mí lado.
Un silencio algo incomodo se hizo presente. Podías escuchar otra vez el llanto bajo del chico, una idea se te vino a la mente, harías lo que su madre te había pedido, y ahora más que núnca lo harías de corazón.
Te pusiste de pié de un salto provocando que tu vestido se ondeara un poco. Jungkook levantó su cabeza para mirarte confundido por tu repentina reacción. Estabas siendo tu misma después de todo.
-Tu JungKook.- lo llamaste señalandolo con tu dedo indice y una enorme sonrisa en tu rosto.- vas a dejar tu faceta de emo frustrado y vas a vivir la vida por dos.
-¿Por dos?- preguntó alzando la cabeza confundido.
-Por tu padre, y por supuesto por tí, y de eso me encargó yo, de mi cuenta corre que no vuelvas a caer en tu faceta depresiva ¡seremos amigos!
Por un momento el brillo regresó a los ojos del chico, su boca formó una O y luego una muy linda sonrisa se dibujó en sus labios, dejando al descubierto sus muy chistosos pero lindos dientes.
Le extendiste tu mano para ayudarlo a levantarse, dudó un poco pero luego con suma determinación tomó tu mano.
-Suerte con ello...amiga- respondió.
-Verás que sí, amigo.

***

Te encontrabas viendo tu álbum de fotografías que Jeon JungKookie te había regalado por sus dos años de noviazgo. Tus lágrimas no evitaron brotar de los ojos al recordar aquél melancólico pero muy especial día en que lo conociste.
Luego de aquel día se volvieron amigos, amigos inseparables, después de conocerse un año y medio, de saberse al derecho y al revez la historia del otro, el chico no pudo ocultar los nuevos sentimientos que crecían dentro de él por tí, al igual que tú. Te pidió ser su novia un día que fueron al cementerio, pidiéndolo delante de  la persona que el más amaba en la tierra, su padre. Por supuesto que le dijiste que sí, desde aquél día, el chico frio, pesimista y calculador que conociste poco a poco, se había convertido en TU chico frio, pesimista y calculador con un corazón enorme de oro.