CAPÍTULO 2.

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2.

Con una mirada vacía Ron dejo la casa de campaña y a unos Hermione y Harry quebrados por dentro, el trío dorado ya no lo volvería a ser lo que alguna vez había sido, ahora el peso de la destrucción de los Horrocruxes y el fin de la guerra contra el señor tenebroso recaía sobre los hombros de la castaña y el azabache, ya nada volvería a ser mismo sin Ronald Weasley. Hermione no miro a Harry ni siquiera de reojo solo camino siguiendo el rastro que había dejado su amigo Ron al marcharse.

- ¡RON! ¡RONALD! ¡RON! -Grito sollozando, mientras corría detrás de él. -Por favor regresa.

Pero entonces Ron ya había atravesado el campo de protección y había desaparecido en la lejanía del bosque, la lluvia caía a cantaros -cada vez lo hacía más y más- Hermione no aguantaba, se sentó allí y por un largo rato, se quedó esperando a que su amigo regresara, sin embargo, no lo hizo.

-Ron, Ron -ella susurró débilmente en el aire.

Mientras tanto, Harry sin mirar a su amiga alrededor se tumbó en el suelo, después de todo lo que había acontecido supuso que Hermione también lo había dejado, había seguido a Ron después de todo, al principio creyó lo contrario al verla callar ante la pregunta de su amigo, pero después al verla partir tras Ron concluyo lo peor. Se sentía furioso con Ron por ser tan idiota y comprender la situación por la que atravesaba en ese momento, se sentía furioso consigo mismo por no haber detenido a Hermione, pero no podía evitarlo, era algo que tarde o temprano pasaría, no podía detenerlos ni culparlos por hacerlo. Con los puños apretados maldijo su suerte, la suerte de ser el niño que vivió ante las garras del Lord Oscuro.

La castaña se quedó con la vista clavada en el suelo por unos segundos, minutos quizá horas no lo sabía a ciencia cierta, se había perdido en sus más profundos pensamientos de tal modo que el tiempo parecía no transcurrir, después de ese brutal letargo Hermione reacciono e instintivamente busco con la mirada a Harry, el agua le escurría por el rostro y se confundía con sus propias lágrimas que no habían cedido en algún momento, sentía un escalofrío que recorría cada parte de su cuerpo, al no encontrar al azabache junto a ella avanzo con paso lento pero firme hasta estar dentro de la tienda, pero lo que vio ahí dentro la desarmó, se olvidó por completo que estaba empapada de pies a cabeza y se apresuró al encuentro con su amigo. Harry estaba en el suelo abrazado sus rodillas, tenía las pupilas dilatadas y unas lágrimas en sus mejillas producto del dolor y sufrimiento, mientras su espalda se convulsionaba levemente de atrás hacia adelante. El terror la invadió al verlo tan mal y llorando de esa manera tan triste y desconsolada.

−Harry – susurró tratando de no asustarlo, sin embargo, su amigo estaba tan metido en sus cavilaciones que no escucho su nombre - ¡Harry! - dijo esta vez más alto y en tono preocupado para que la escuchara - ¿estás bien?

El moreno reaccionó y se levantó al escuchar su dulce voz, lentamente se acercó y atrapándola entre sus brazos se aferró a ella deseando que nadie la apartara de su lado. Hermione lo miro con un poco de extrañez, pues Harry no era la persona más cariñosa del mundo era ella la que siempre iniciaba los abrazos y las muestras de afecto como las caricias y los besos en la mejilla, pero rápidamente la castaña devolvió el abrazo apretándolo más fuerte contra su cuerpo, ese simple gesto causo un gran efecto en Harry, lo hizo sentirse vivo y por primera vez en mucho tiempo se sintió feliz.

- ¿Sigues aquí? -pregunto incrédulo y esperanzado, aun con lágrimas en los ojos.

Harry y Hermione se quedaron abrazados por un rato, ambos esperaban que el momento nunca terminara, poco a poco se fueron separando sin soltarse, ambos se miraron con ternura y lágrimas secas, Harry acarició su rostro con una mano, se acercó a su rostro y depositó un beso en la mejilla de su amiga.

SKYFALL (HERMIONE Y HARRY )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora