CAPÍTULO 36.

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36.

El gran comedor seguía ardiendo hasta que los aurores lograron apagarlo por completo. En la entrada los hombres y mujeres se disculparon argumentando "fuego demoniaco". Los protestantes fueron llevados y encerrados en las mazmorras. Mientras Harry dejaba a Draco, comenzó a buscar a la castaña.

- ¡Hermione! - Grito para llamar su atención y corrió a su lado - ¿Estas bien?

- Estoy bien, Harry creo que debes preocuparte por otras cosas. - Dijo antes de que Harry la besara, señalando sobre su hombro con la mirada.

- Potter, me alegra verte y a usted también señorita Granger - expresó la profesora con una mirada enternecida - ¿Qué necesitan?

- Tiempo - contestó Harry sin titubeos - Es lo que necesitamos por el momento.

La profesora Mcgonagall asintió, y se dirigió a los maestros y miembros de la orden.

- Profesores, aurores, acompáñenme afuera, necesitamos encantamientos defensivos para el castillo - ordenó para después dirigirse a los alumnos - prefectos, lleven a los alumnos de primero y segundo grado a los salones del ala sur. - Señor Finnigan, usted y sus compañeros encárguense del puente, sé que tiene una afición particular por los explosivos. Los demás quédense dentro del castillo y vigilen las entradas. - Concluyó tajante.

Y tras esa orden todos se movilizaron para cumplir sus tareas. Ron y Hermione que estaban parados cerca de la entrada y Harry se dirigió hacia ellos, emprendiendo el camino hacia afuera del gran comedor. Los tres emprendieron camino cuando una mano detuvo al azabache.

- Potter gracias por salvarme - Dijo Malfoy.

- No hay por qué - sonrió - has que no me arrepienta por ello, por un momento creí ...

- Que te traicionaría - termino la frase con una sonrisa melancólica - sé que no confías en mí, pero te aseguro que debes confiar ellos - señalo a Ron y a Hermione - ellos no te traicionar como lo hicieron mis amigos. - Finalizo Draco mientras le daba la espalda.

- Lo sé, ah y Draco siento lo de tus amigos, pero me alegra que sigas con nosotros - dijo antes de ver salir al rubio.

La escuela lucia como todo un centro de batalla, todos iban y venían por los pasillos. Draco se había marchado junto con Neville para ayudar a sus compañeros y ahora solo se encontraba el trio dorado planeando su estrategia. Harry le contó a sus amigos las visiones que había tenido y acepto que lo acompañaran en su próxima misión.

- Tengo que hacer algo importante.

- Te acompaño – sugirió Ron apoyando su mano en el hombro de su amigo.

- Te acompañamos – replicó Hermione tomando las manos de los magos y juntándolas – estamos juntos en esto.

- Hasta el final – prosiguió Harry mirándola con profundo amor.

- Hasta que el cielo se desmorone.

Después de caminar en dirección a las escaleras principales, Harry, Hermione y Ron se desviaron hacia la cabaña de las barcas, pues el azabache sabía que Voldemort se encontraba ahí. Salió del castillo con la varita en alto. El aire frio los hizo temblar mientras se iban acercando a la orilla del lago negro, pronto pudieron divisar la cabaña de la barcas. Caminaron lentamente, al escuchar voces en el interior Hermione detuvo a su amigo y a su novio cerca de unos ventanales brumosos, que solo permitían ver las borrosas formas de Voldemort y Snape que hablaban haciendo sentir tensión en el aire.

- ¿Estás seguro? – se escuchó decir a Voldemort con voz fría y oscura.

- La varita le responde a usted – respondió Snape – y solo a usted mi señor – recalcó con seguridad.

SKYFALL (HERMIONE Y HARRY )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora