SKYFALL (HERMIONE Y HARRY )

CAPÍTULO 29.

29.

El azabache avanzo por el corredor después de salir de la habitación del vendedor de varitas, para luego dirigirse a la puerta de alado en el cual entro después de tocar una vez. En el cuarto se hospedaba una singular criatura de estatura baja y rostro malintencionado. Harry estaba solo, esta vez ni Draco ni Snape lo acompañaban, se aseguro que el duende estuviera cómodo para comenzar con su cuestionario. El interrogatorio con Griphook resulto ser un poco más denso de lo previsto, pues el duende se mantenía a la defensiva en sus respuestas, el duende era demasiado obstinado y carecía de emociones gratas, sin embargo, la insistencia de Harry termino por dar sus frutos, Griphook le contó valiosa información sobre la bóveda que Bellatrix Lestrange poseía en Gringgrots, tan importante que sugería se encontraba el siguiente Horrocrux.

Después de una exhaustiva discusión y negociación, Harry logro convencer al duende para que lo ayudara a entrar en dicha bóveda a cambio de la espada de Godric Gryffindor, la cual causaba un gran interes por parte de Griphook. Era un trueque justo después de todo y lograría continuar con su objetivo.

-¿Entonces tenemos un trato? – cuestiono a Griphook tendiéndole la mano, la cual aceptó estrechándola con suma torpeza.

-Es un trato – Respondió el duende al soltar su mano.

- Bien no me gustan las sorpresas.

- En cuanto al plan, todo debe ser preciso.

- Lo sé, no habrá errores te lo aseguro Griphook.

- De Bellatrix Lestrange – explicó tomando un delgado cabello de la bolsa de su chaleco era rizado y tan negro como la noche

-¿Estás seguro que este cabello pertenece a Bellatrix? – Preguntó tomando el cabello.

La mirada decidida del duende respondió la pregunta. Harry no objeto más, pues ahora tenia otro punto en contra de Voldemort y asi acabaría mas rápido con el.

-Úsenlo con cuidado - Finalizo Griphook con severidad.

- Desde luego, gracias. - Dijo mientras guardaba el cabello de la bruja.

Ambos se pararon de su respectivos asientos y Harry salió de la habitación intentando concentrarse en su planes, pero los pensamientos por Hermione le impedían su trabajo. Estar enamorado no era tan sencillo como imaginaba, todo el tiempo buscaba estar cerca de su amada, saber en esos momentos le inquietaba, sabia que estaba a salvo dentro de la guarida, pero esa sensación de vacío al alejarse le preocupaba, se preguntaba si también sus padres lo habían sentido, si también ellos se habían perdido sus miradas, si ellos también esperaban cada minuto del día para poder abrazarse, con un suspiro concluyo imaginación acelerada. Bajo las escaleras en silencio, mirando hacia todos lados trato de buscar a la castaña, de pronto se encontró con alguien a quien sinceramente quería mantener lo mas lejos posible de su vista.

La sola idea de volver a ver a Ginny le ponía intensamente nervioso, estaba nervioso porque lo descubriera. Harry ya había tomado una decisión pero de todos modos la pelirroja le preocupaba, que tal si notaba en su mirada la cruda realidad, una realidad en la que ella no encajaba, ya no la quería como antes o mejor dicho se había dado cuenta que jamas la había querido de ese modo, su corazón y su alma le pertenecían a Hermione Granger y su pulso se aceleraba con tan solo mirar los castaños ojos de la chica. No podía delatarse a los hechos, debía que ser fuerte frente Ginny fingir algo que no sentía, solo para asegurar la promesa que le hizo a Hermione.

Ginny se acercó con una sonrisa de oreja a oreja, totalmente ajena al enorme dilema que Harry albergaba. Por una parte quería decirle a la pelirroja sus sentimientos, quería contarle que solo la veía como una gran amiga, quería decirle que estaba pérfidamente enamorado de Hermione Jean Granger, pero no podía, le había prometido a la castaña no hablar de su amor hasta que todo terminara y estuvieran seguros.