CAPÍTULO 21.

6.2K 357 11
                                    


21.


En el transcurso de la mañana Hermione se dedicó a revisar rigurosamente los trabajos de seguridad y vigilancia, ya no podía estar tranquila dejándole todo a Harry y a Ron. Por otro parte el pelirrojo le ponía los nervios de punta, pues no se despegaba de su lado ni un segundo y al parecer no dejaría de hacerlo en un largo rato. La mayor parte del tiempo Ron se las arreglaba para acompañar a Hermione en sus turnos para vigilar la casa de los Lovegood, mientras Harry los miraba tratando de controlar las ganas de decirle a Ron lo que sentía por su amiga. Durante lo que restaba del día la vigilancia a la propiedad para detectar algún movimiento extraño, sin embargo, el señor Lovegood lo único que hacía era regar unas extrañas frutas que levitaban.

Mientras el tiempo transcurría lento en aquellos parajes y zonas rocosas, las cosas seguían de mal en peor en cuanto a Voldemort, pues seguía representando un peligro constante y el tiempo parecía alcanzar al trio dorado.

Harry, Ron y Hermione caminaron en silencio empuñando sus varitas, siempre alertas ante algún movimiento peligroso. La casa de la familia Lovegood era el próximo objetivo de los jóvenes magos, pues esperaban encontrar pistas más exactas del paradero de los Horrocrux o algún tipo de información que los llevara a esos objetos malditos. Habían aguardado por un par de días cerca del lugar, vigilando e intentando pasar desapercibidos, lo cual no representaba problema alguno, si bien no eran invisibles al menos tenían experiencia en ello, – tantos meses huyendo y escondiéndose les habían servido demasiado para llegar hasta ese punto- Harry avanzo al principio del pequeño grupo y Ron hacia lo mismo, pero al final de la fila. Después de algunos minutos divisaron su destino esperado.

La casa de los Lovegood estaba en medio de la nada, con el estilo único que siempre había mostrado Luna, pues se adornaba con excéntricos amuletos y decoraciones, plantas por demás extrañas que se apreciaban desde la entrada. El azabache golpeó la puerta fuertemente para que lo escucharan fuerte y claro, Ron y Hermione le dieron la espalda a su amigo para cuidarle la espalda. Dentro se logró escuchar un movimiento -el sonido de los pasos seguramente- y después la puerta se abrió lentamente para dejar ver un hombre con semblante pálido y mirada nerviosa.

-Buenos días señor Lovegood, soy Harry Potter – saludó cortésmente.

- Harry Potter – dijo en un susurro apenas audible mientras se tocaba el mentón.

- Si – respondió creyendo que su nombre era una pregunta.

- ¿A qué has venido? ¿Y ellos, quiénes son?

- Ellos son mis amigos – mencionó en desorden señalando a sus compañeros. – Y he venido a ...

– Pasen rápido.

Después de un momento de reflexión, el señor Lovegood se apartó de la puerta para darles el paso libre hacia el interior. Primero entró Hermione seguida Ron y finalmente dejo pasar a Harry. Sin más los jóvenes magos entraron a la casa esperando que la visita fuera tranquila y sin contratiempos. El señor Lovegood obligo a los tres a sentarse frente a la negativa de Harry por quererlo hacer, luego comenzó a dar rondas por toda la habitación dirigiendo su visión por la ventana.

- ¿Quieren un poco de té? – Preguntó intranquilo.

- No señor...

- Xenophilius Lovegood, señorita – completo el hombre.

- No señor Xenophilius, estamos bien.

- Es verdad señor Xenophilius, solo venimos a hacerle algunas preguntas.

SKYFALL (HERMIONE Y HARRY )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora