CAPÍTULO 25.

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25.

La tarde y noche permanecieron lluviosas, por lo que todos permanecieron adentro de la casa, la mayoría planeando ideas para encontrar a Harry ni Hermione, por suerte, esta vez Ron fue incluido en las discusiones y logro dar algunas pistas para la localización de sus amigos.

No sabía cuánto tiempo había pasado. Harry levanto la vista, se encontraba en un lugar tan diferente como cada día, las palpitaciones de su corazón se aceleraban cada vez más y la molesta sensación de opresión seguía persistente haciendo que se sintiera mareado y antes de poder caerse se recargo en un árbol descansando su cabeza y aferrando sus manos en el tronco, el fresco viento sopló en su rostro y diviso el lugar en donde se encontraban, entonces miro el rostro de Hermione, el de Dooby y el de los Malfoy. La tranquilidad llego al intercambiar miradas fugases, estaban exhaustos, pero al fin y al cabo bien, contra eso solo se tenían a sí mismos y podían continuar hacia donde el destino los llevase.

Diversas preguntas pasaron por el cerebro de la castaña, todas tan angustiantes que hacían que su nerviosismo aumentara, los Malfoy habían traicionado a la desquiciada de Bellatrix, por lo tanto, eran dignos de confianza a esas alturas. Era un cambio radical para los planes de Harry, una búsqueda, un rompecabezas que lo llevaba cada día al filo de la muerte, sin embargo, debía reconocer que jamás se lo hubiera esperado de la familia Malfoy, especialmente recibir la ayuda de Lucius le resultaba una fantasía. Era realidad, todos caminaban con rapidez esquivando las ramas que había en su camino, el patriarca del que había sido su enemigo por mucho tiempo los conducía a un rumbo indeterminado a la mitad de un bosque desconocido, siguiendo con su recorrido y ya situados frente a un claro, fueron detenidos por Lucius Malfoy.

– Dense prisa, debemos entrar. – Apresuro Lucius.

– ¿A dónde? – Pregunto Hermione al ver simplemente montones de árboles y ningún edificio.

– Hacia allá – señalo al frente – la casa está encantada por eso no la pueden ver.

– Nos esperan, por eso debemos apresurarnos. – Explico Narcissa Malfoy.

El hombre saco su varita y pronunciando en voz baja un hechizo, logro aparecer frente a sus ojos una enorme construcción. Narcissa toco la espesa puerta de madera con insistencia, mientras Hermione y Harry miraban atónitos el acontecimiento, para aumentar la sorpresa de los jóvenes abrieron la puerta y la persona que se encontraba dentro era nada más y nada menos que Severus Snape. El profesor dedico un mirada fría a sus visitantes, lo cual no resulto sorpresivo, Lucios le devolvió la mirada, pero la suya era de preocupación.

– ¿No estás esperando que te invite a pasar?

– No esperaba menos de ti Severus. – Dicho esto Lucius Malfoy se aproximó al centro de la habitación principal.

– Te lo agradezco mucho Severus, no sé qué haríamos sin ti – Narcissa bajo la cabeza – seguramente ya estaríamos muertos.

Draco secundo a padres e invito a Harry, Dobby y Hermione a pasar al lugar, aunque un poco renuentes, accedieron, pues los Malfoy se habían jugado la vida por ellos.

– ¿En dónde estamos? – pregunto Harry sin dirigirse a alguien en específico.

– Esta – Severus señalo alrededor con el dedo y puntualizo con su característica voz áspera – es mi casa.

La sala del profesor Snape no era tan hostil como cualquiera pensaría, más bien guardaba un toque de calidez hogareño, la chimenea estaba encendida con las brasas a punto de ceder, las paredes eran adornadas con cuadros de diferentes imágenes y paisajes, sin movimiento, -demasiado Muggle- los sillones eran cómodos, cualquiera diría que en aquella casa vivía alguien común y sin magia.

SKYFALL (HERMIONE Y HARRY )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora