CAPÍTULO 27.

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27.

La orden hacia demasiados planes como para contarles a Luna y a Ron y a sus hermanos, al pelirrojo le estresaba que no lo tomaran en cuenta en sus reuniones, se sentía ajeno a la guerra, le molestaba ser solo un niño más tras las faldas de su madre, pero sabía que tampoco los gemelos la estaban pasando de lo mejor. Fred y George, estaban en etapa de espera, no podían trabajar en Sortilegios Weasley por temor a un ataque, sin embargo seguían con el humor que tanto les caracterizaba, de vez en cuando molestaban a Ron diciéndole lo linda y agradable que era Luna, el rojo adornaba toda su cara al escucharlos hablar así de su amiga, pues tenían razón, la rubia era amable, armoniosa y bonita. Luna estaba apoderándose de una parte de sí que no conocía, le sacaba sonrisas y podía compartir largas horas de platica a pesar de ser diferentes, tal vez no les gustaban las mismas cosas, pero siempre que estaban juntos se divertían y desde luego los gemelos se aprovechaban de los pocos dotes románticos de su hermanito. Luna Lovegood no podía sentirse más tranquila, estaba a salvo con su padre, quien no desaprovechaba para sobreprotegerla ahora que la había recuperado, su relación con Ron Weasley había mejorado mucho, el pelirrojo la trataba de manera servicial y pasaba casi todo su día con él, le agradaba que al menos ya pensara que estaba loca y que no sintiera lastima por haber estado encerrada por los Mortifagos.

El señor Lovegood estaba atento de lo que ocurriera en la guarida de los Weasley y también fungía bien su papel de miembro de la orden del Fenix, sus planes eran muchos y gracias a su colaboración, la orden estaba logrando grandes avances, todos permanecían en secreto, pero pronto se abrirían para acabar con Lord Voldemort.Una sombra oscura apareció de repente en la puerta de la guarida, todos los miembros de la orden se mantuvieron quietos, pero preparados para atacar en cualquier instante, de repente la figura se fue haciendo nítida, un hombre con una larga túnica y encapuchado se aproximó a tocar la puerta con insistencia. Después de unos segundos Molly abrió y se encontró con que aquel encapuchado era nada más y nada menos que Lucius Malfoy, el hecho no sorprendió a la mujer, al contrario lo estaba esperando y le hizo entrar de inmediato a su morada.

- Buenos días señor Malfoy bienvenido. - Saludó cortésmente Arthur Weasley.

- Lo mismo digo Weasley.

Las caras de Luna y Ron no tenían precio, estaban estupefactos al ver tanta amabilidad de parte de un Malfoy, Ron estaba a punto de enfrentarse con el hombre, pero no tenía caso alguno, pues su madre lo mataría si hostigaba a su invitado, por otra parte los gemelos no estaban nada contentos con las atenciones al señor Malfoy y Ginny estaba hecha una furia.

- Como se atreve a venir aquí maldito traidor, ¡usted es un Mortifago! - Exclamó con su varita en mano, apuntando al hombre.

- Acaso tus padres no te han enseñado modales, niña insolente.

- Disculpa a mi hija Malfoy, te aseguro que se sabrá comportar - dijo Molly.

- ¡Mamá!

- Ginny discúlpate con el señor.

- Pero, pero... - Ginny balbuceó unos segundos antes de saberse derrotada, lanzarle una mirada intimidante al hombre y recitar quedito - Lo siento señor Malfoy.

Fred y George no sabían si reír o llorar por su hermana, les causaba gracia cuando su madre regañaba a cualquier otro miembro que no fueran ellos, pero en este caso se trataba de los Malfoy, la familia que los había despreciado durante toda la vida. Ahora sí que se sentían perturbados, jamás imaginaron que algún día ocurriría tal visión, sin embargo, no podían ocultar sus padres tenían muchos planes y nunca los contaban, así que era posible que el hurón albino padre estuviera involucrado en los secretos que guardaba la orden.

SKYFALL (HERMIONE Y HARRY )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora