CAPÍTULO 37.

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37.

Antes de entrar al castillo Harry se detuvo y tomo a la castaña por sorpresa, esta se asustó, pero al sentir los labios de su amado abalanzarse sobre los suyos correspondió con el mismo fervor, si la vida es tan corta, porque el olvido debía ser tan largo.

Su destino estaba decidido, si quería asegurar la vida de su amada Hermione y de los demás, necesitaría sacrificar la suya.

La guerra había comenzado. Un fuerte sonido de explosión alertó a todos, los mortìfagos estaban intentando pasar las potentes barreras que la profesora McGonagal junto con otros había creado alrededor del castillo.

- Hay que ir a ayudar - sugirió Hermione.

Entraron al castillo, el caos estaba en su máximo nivel, los mortifagos estaban ganando terreno en los jardines del colegio, las barreras se estaban debilitando. Harry y Hermione corrieron por los corredores, hasta llegar a la gárgola en forma de águila que daba a la oficina del director. La castaña quería preguntar qué hacían en ese lugar, pero se dedicó a ser guiada y subir las escalaras hasta la estancia. Luego el azabache se dirigió al armario y lo abrió, antes de que Hermione hablara, Harry le quito la varita de su mano, la tomo de la cintura y la beso apasionadamente, no cerró los ojos intentado capturar cada gesto de la castaña. Al terminar la volvió a besar, esta vez cerro los ojos y lo disfruto más, una y otra vez se repetían las caricias y los suspiros, las lágrimas surcaron su rostro y se detuvo en seco, ya no podía más y la separo empujándola dentro del armario. La puerta se cerró al instante haciendo que Hermione se sintiera confundida.

- ¿Harry? - llamó interrogante sentada en el suelo, para después levantarse y avanzar contra la puerta.

Afuera Harry caminaba en reversa alejándose de ella.

- ¡Harry! - Gritó molesta y traicionada - Harry James Potter sácame de aquí en este momento, tú lo prometiste, hasta el final, cuando el cielo caiga - exclamó enojada por último, mientras golpeaba y pateaba la puerta.

Harry no hizo caso, dio la vuelta tras terminar un encantamiento para sellar la puerta. - Lo siento, pero no permitiré que Voldemort te mate, morir es mi destino no el tuyo.

Las palabras de Harry eran para sí mismo, sin embargo, la castaña escucho y su corazón cayó tras la puerta.

Todo el castillo se hallaba a pedazos, la familia Weasly repelía las maldiciones y atacaba junto con los aurores. Los mortifagos llegaban entre oscuras sombras y lanzaban encantamientos prohibidos.

El azabache caminó lentamente por los pasillos, hasta que llegó a la escalera del comedor, estaba abarrotado de gente de la orden y algunos alumnos, todos muy ocupados en sus puestos. Estaba a punto de salir cuando la familiar voz de Ron le hizo voltear. Bajó y entre la gente pudo ver al pelirrojo que lo miro con sorpresa, mientras Harry se mantuvo con expresión tranquila.

- Harry, espérame - dijo Ron casi gritando - ¿Dónde está Hermione? - preguntó rápidamente al notar que su amiga no aparecía junto a Harry.

- Está bien. - Respondió incoherente y evadiendo la pregunta prosiguió - ¿Y el cuerpo de Snape?

- No te preocupes, Dooby me ayudo a esconderlo en su oficina - explicó agitado y mirando hacia todos lados. - Por cierto, has visto a Luna.

- No. ¿Para que la buscas?

- Este puede ser nuestro último día de vida - comenzó desesperado - necesito encontrarla, tengo que decirle que la ¡AMO! - Gritó para después emprender la carrera hacia las escaleras por donde aparecía su soñadora amiga.

SKYFALL (HERMIONE Y HARRY )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora