Capítulo 19: Plan "Destino: Londres"

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— ¡Aún no! —exclamó Gerard haciendo un gesto con la mano— Te tengo una sorpresa.

Y en cuanto sus palabras salieron de sus labios todos los ojos quedaron pegados sobre él. Frank sonreía, aunque sus ojos demostraban curiosidad pura. Linda se apresuró a dejar las copas sobre la mesa y Cheech frunció los labios en un gesto solemne.

— ¿Otra sorpresa más? —Linda habló de pronto, palmeando la mano del invitado— ¿Es que acaso no es suficiente con la pila de regalos y tu presencia?

Gerard contrajo los labios intentando mantener su carcajada dentro de los límites, sus ojos buscaron los de Frank que por lo visto, mantenía la misma pelea interna. Si no fuera su madre, Frank hubiese creído que estaba coqueteando.

— Déjalo hablar mujer impertinente —gruñó Cheech, haciéndole un gesto con la mano a Gerard para que siguiera hablando al tiempo que intentaba formar una sonrisa algo tétrica en su regordete rostro.

— El próximo fin de semana vamos todos al café Boheme’s, para celebrar el cumpleaños de Frank —dijo intercambiando nuevamente una mirada con el menor, sus mejillas se colorearon levemente al recordar la primera cita en una cafetería similar.

— Ah, magnifico —coincidió Cheech, sirviéndose una copa de whisky.

— El café Boheme’s —prosiguió Gerard, Frank se mordió los labios. Sabía hacia donde llevaba esta conversación y no creía estar listo para afrontarla en ese minuto— Queda en Londres, Inglaterra.

Una  pequeña risita se escapó de los labios de Frank, y aunque moría de nervios confiaba en Gerard, él podía convencer a sus padres de eso y mucho más.

— ¿Cómo que en Londres? —tartamudeo Cheech dejando la copa sobre la mesa— ¡Eso queda en el viejo continente!

— Así es papá —sonrió Frank apretando sus dedos debajo del mantel, Gerard seguía con la sonrisa en sus labios. Sus miradas volvieron a cruzarse, ambos creían en el poder de las palabras.

— ¿Qué? ¡No, no, no! —dijo Cheech negando varias veces con la cabeza— No porque…—sus ojos buscaban respaldo de su esposa, pero ella estaba exhorta admirando la conversación— Porque nosotros no tenemos moneda de Inglaterra y…

— Se llaman libras, papá —Frank rodó los ojos.

— No y además es demasiado… no… —su rostro se estaba poniendo rojo y todos los ojos estaban sobre él, hasta su esposa lo miraba medio divertida— En fin, no creo que eso vaya conmigo.

— Pero papá… —Frank hizo un leve puchero, Gerard estaba algo ajeno a la conversación. La verdad no sabía cómo esos patéticos pretextos podían servirle de escudo a una persona adulta.

— Los ingleses no nos aprecian, Frank. Deberías saberlo —murmuró entre dientes, tomando su copa de whisky nuevamente— Un tipo de mi trabajo fue hace unos meses y no se portaron nada bien —tomó un largo sorbo y volvió a dejarla sobre la mesa— No me gustaría estropearles la diversión… pero esos viajes no van conmigo.

— Papá… —el menor suspiró ampliamente, buscado respaldo en los ojos verdes del invitado.

— Europa… Quizá en otra ocasión Frank —concluyó dando otro largo sorbo a su copa.

— Dijiste que no te gustaba Europa —refutó el avellana, no daría esa conversación por perdida— ¿Qué va a cambiar para entonces? Supongo que Europa, por que claro. No vas a ser tú.

El menor suspiró exaltado, debería haber sabido que la conversación terminaría en eso, sobre todo teniendo en cuenta la personalidad de su padre y la poca presencia de su madre en las decisiones familiares.

— Yo iré con Frank —habló Linda de pronto, atrayendo todas las miradas hacia ella.

— ¡Pero Linda! ¿Irás al otro continente? —sus ojos se abrieron aún más, su rostro se veía más rojo que nunca y parecía que el nudo de la corbata estallaría en cualquier momento.

— ¿Por qué no? —espetó ella subiendo el tono de igual manera.

— ¿Y dejarme aquí sólo? ¿Es que acaso estás loca? ¡Es Europa, Linda! —el puño de Cheech golpeó la mesa pero no fue su silla la que se movió.

— ¡Por el amor de Dios! —gritó Frank yéndose hacia la sala, luego regresó a la mesa en busca de su montaña de regalos para irse nuevamente a su lugar en la sala.

Gerard frunció el ceño confundido, si no actuaba ahora se quedaría sin Frank para llevar a Europa. Suspiró enormemente y luego de intercambiar una eterna mirada de condescendencia con el menor, se giró hacia Cheech para convencerlo de una vez.

— Tu qué opinas sobre todo esto —comenzó acercando su silla hacia Iero padre— Sabes que a Frank le fascina Inglaterra, su sueño es irse a estudiar allá Cheech. Inglaterra es todo para él, sus libros, su música… —compartió una sonrisa cómplice con Linda al hacer la pausa.

— Claro que lo sé —intervino Cheech con un tono extrañamente cordial.

— Perdona, es obvio que lo sabes —murmuró Gerard— Después de todo es tu hijo.

Frank se mordió los labios, nervioso, pero sabía que no debía intervenir. En lugar de eso se dedicaba a abrir regalos cien veces mejores que sus dos diccionarios de latín. Sus ojos buscaron los de Gerard y sintió un batir de alas en el estómago, el sonrojo se apoderó de su rostro y volvió a fijar su atención en los regalos.

— Frank suele bromear acerca de que eres como el agua estancada —confesó Gerard provocando que una leve risita se escapara de los labios rojo carmín de Linda— Pero yo sé que no es así —se apresuró a corregir con una sonrisa en sus labios. Cheech abrió su boca para hablar pero no salió más que un gruñido, Gerard se quedó en silencio, esperando escuchar algo más no hubo palabra.— De otro modo, él no sería como es —dijo finalmente, con ese particular brillo en los ojos.

— No —suspiró Cheech— Pero…

— También sé que me he precipitado en todo esto —prosiguió más tranquilo, al notar como Cheech comenzaba a ceder poco a poco— Y… lo lamento —suspiró bajando la mirada, dejando escapar un suspiro de sus labios.

 Cheech y Linda intercambiaron una mirada eterna de entendimiento, ambos sabían que el invitado se refería a su ‘relación’ con el hijo único de ambos. Frank notó este momento de tensión y sostuvo el aliento por lo que le pareció horas.

— ¿Y si van con tu tía Helen? —Cheech dijo finalmente, citando a la tía creada para la primera cita de ambos.  Una sonrisa se expandió en el rostro de Gerard y viajó hacia el de Frank, habían ganado. Frank iría a Londres, todos los planes en su cabeza se harían realidad y los planes incluían su primera vez. 

 “Gracias” Los labios de Frank dibujaron la palabra y luego sonrió enormemente. Iría a Londres.

love under rain ・ frerardWhere stories live. Discover now