love under rain ･ frerard

Capítulo 41: 'Te amo'

A Zacky le duró sólo un par de minutos la estupefacción, estaba malditamente nervioso y Frank podía apreciarlo cada vez que inspiraba, incluso después de salir de la consulta del médico. Entonces era él quien había pasado a estar nervioso y Zacky quien trataba de controlarlo.

Hasta entonces, con la maravilla de haber ‘visto’ y escuchado el corazón de sus dos bebés, no se había fijado en el detalle que dejaba de ser una maravilla. Él tenía solo 17 años, ningún bien propio y, dentro de unos cuantos meses tendría a dos bebés bajo su completo cuidado. En momentos como ese es cuando desearía tener una máquina de tiempo y… simplemente ponerle un alto a esa primera vez en que le entregó su virginidad a Gerard.

Sin esa primera vez no hubiesen habido otras más y entonces no habría bebé. Ninguno de los dos bebés. Pero ya no podía hacer nada para revertir la situación, era lo que tenía. Y tendría que encontrar una manera de lidiar con eso.

Por otro lado, el sólo hecho de pensar en que en su interior habían dos pequeñas vidas lo llenaba de alegría. Recordaba ese tiempo en que recién había descubierto todo y había sido lanzado a la calle por sus padres… entonces se había sentido tan sólo y ahora, tenía a esos dos bebés y quisiera o no, ya no estaría más solo.

Incluso Zacky le parecía algo momentáneo, se sentía agradecido e intentaba corresponderle a sus sentimientos con todo el corazón, pero… sus sentimientos por él no superaban la gratitud. De hecho, se preguntaba si es que en algún momento había sentido algo más que atracción por el moreno que no se separaba jamás de su lado. Intentaba recordar, pero sólo había una persona en su mente cada vez que pensaba en amor… y aunque intentara negárselo a sí mismo sabía de quien se trataba y de quien se trataría siempre: Gerard.

Después de todo, había sido su primer todo, le había mostrado el mundo y también las consecuencias de vivir. Y le había dejado un recuerdo que jamás olvidaría, una parte de él que aunque estuviera a kilómetros no se borraría nunca. Porque esos dos bebés dentro suyo serían la viva imagen de Gerard, un recuerdo brutal de cada uno de sus errores y aciertos.

Más aciertos que errores, si es que le preguntaban. Porque de lo único que se arrepentía era de su ingenuidad… el amor y las acciones eran algo que, ni aunque regresara en el tiempo cambiaría, todo lo que había hecho junto a Gerard era porque quería hacerlo. Y si pudiera, lo haría de nuevo.

Estaba seguro que en algún momento de su vida volvería a tropezar con la misma piedra, y esperaba que nuevamente fuese bajo la lluvia.

Por el momento tenía otras preocupaciones, que incluían ser arrastrado al centro comercial por Zacky, en busca de un arsenal de cosas para los futuros bebés.

— ¿En qué piensas tanto? —preguntó Baker, acariciándole la mejilla con los dedos. Frank cerró los ojos y suspiró fuertemente.

— Cosas —contestó sin más, Zacky sonrió de lado y quitó su mano. Habían llegado.

Frank había ido pocas veces al centro comercial, no le gustaba ese lugar que se había inaugurado hace sólo un par de años, era demasiado grande y había demasiada gente. Además tenía recuerdos… no malos ni buenos, recuerdos. Y en cada uno de ellos estaba Gerard.

Inspiró fuertemente luego de abandonar el taxi, con la vista fija en el cielo. ¿Es que tendría que acordarse de Gerard por cada cosa que hiciera?

Quería culpar a las hormonas por esos cambios de humor o línea del pensamiento, porque durante los meses anteriores no había sucedido nada; estaba bien que pensara en él un par de veces al día, era inevitable cada vez que se encontraba de rodillas frente al inodoro, mirándose al espejo o, durante el último tiempo, sintiendo las pataditas. Pero en el presente era un tema horrible, quisiera o no era en la primera persona que pensaba al despertar y también al dormir.